1 | Un vistazo al presente

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"Querida amante; quise escribirte ésta carta para decirte que lo nuestro no podrá seguir pasando y lo siento si sueno tan dura con mis palabras, la verdad, es que no intento herirte. Soy incapaz de salvar tu corazón de nuevo aunque sé que te alegra saber que no lo romperé otra vez. Fue un hermoso año y de verdad adoro que hayas estado presente en él aunque lamento ese forcejeo de sentimientos que causé en ti.

Te contaré que tengo que partir a Londres nuevamente, sin embargo no quiero recordar el motivo; pero en el fondo sé que te alegras por mí... y en serio, yo lo estoy de ti, solo que no nacimos para estar juntas y esto ya lo hemos hablado.

Te he dejado un ejemplar sobre mis libros favoritos y espero que los leas todos. No te he podido dejar mucho aunque yo quisiera, de todas formas aspiro que haya sido un buen regalo de navidad. Te conozco y te encantará mientras por dentro te dices a ti misma que no los leerás... pero sí, lo harás.

Te pido de muchas ganas y de inmenso corazón que no pierdas el poema que escribí para ti. Recuerdo que dijiste que había sido lo mejor que te habían obsequiado, y créeme, es lo mejor que yo he regalado. Espero que esa hoja de papel sea un portal a las clases de literatura. Que necesitas saber que eres la chica más inteligente que conocí y que tienes mucho potencial para escribir. Recuerda tus anhelos de ser escritora (espero aparecer en uno de tus libros). Lo lograrás pronto.

Quiero finalizar diciendo que estoy muy orgullosa de ti y por lo que ahora has logrado; deseo en este momento que sientas lo mismo por mí.

De verdad ha sido un año maravilloso y lamento terminar con todo, pero debes entender que no todas las personas a quienes amamos son las indicadas, y que no todos los corazones tristes crearán malos recuerdos.

Te amo mucho Jennie, gracias por existir.

Lisa Manoban."

***

<<Voy a pretender ser tu héroe solo por esta noche>>, me dijo mientras mordía el lóbulo de mi oreja y bajaba de manera sutil por mi cuello. Me ericé, y se sintió hermoso. Mi corazón latía muy rápido y sentí que la amaba aunque sabía que no hacía lo correcto, de igual manera no podía dejarme llevar, ¿cómo no dejarme llevar si se sentía increíble? Cerré mis ojos y di por acabada ésta batalla de sentimientos confusos dónde no sabía si seguir o detener todo y pensar en nuestros actos, pero Lisa Manoban seguía bajando besando mi torso.

Esa mañana no despertó a mi lado. Me había dado la noche más perfecta pero incompleta con su ausencia al despertar, aunque ya sabía a donde había ido.

Me levanté y estrujé mis ojos como si eso pudiera aliviar la resaca, y en el mostrador había dejado una nota, supuse que para explicar su paradero aunque ya lo conocía perfectamente. Aunque me sentía feliz por ella, dentro de mí se encontraba un inmenso vacío, un vacío que se rellenaba con un simple <<te amo>> que proviniera de sus labios y otra noche como esta para completar lo demás. Pero ya eso no sucedería.

Cogí la nota en el mostrador y detecté de manera inmediata su perfecta caligrafía y la pulcra ortografía que solo la profesora de literatura tendría. Y lo que supuse resultó ser verdad.

El regalo se encontraba en la silla enfrente del computador. Había forrado los libros con un hermoso papel de obsequio metálico. Adentro contenía una pequeña hoja que decía: Léelos y recuerda nuestro poema. Sonreí porque sabía que ella la había escrito mientras sonreía también. Solo la recogí y salí de la habitación.

Era un día extrañamente caluroso pero hermoso. Me paseé por mi casa para recoger mi birrete y salir a la graduación que suponía que iba tarde; pillé el discurso encima de la mesa y salí disparada con dos mensajes de mi madre en los cuales me preguntaba dónde me encontraba.

Dear Lover | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora