Capítulo 2: "Mis verdaderos sentimientos hacia Maki".

282 14 0
                                    

Narra Rikuto: Maki me había prestado unas cobijas y unas almohadas extras, para que durmiera en su sofá esa noche.

Después de todo ella nunca había dormido en una cama con un hombre, tal vez era pobre pero era una chica decente.

—Muchas gracias por dejarme quedar en tú sala, te prometo que no será por mucho tiempo.
—No te preocupes por eso, te puedes quedar en mi casa todo el tiempo que necesites.
—Aún así te voy a ayudar con los gastos de la casa, no quiero ser una molestia para ti.
—Cómo quieras Rei, ahora duérmete que mañana será otro día.
—Que descanses.

Ese sofá era bastante chico, pero también era muy acogedor.

A la mañana siguiente, me desperté para hacerle algo de desayunar a Maki y a mí, mínimo para agradecerle su hospitalidad ¿no? bastante fue mi sorpresa al ver que él refrigerador estaba vacío.

—¿Qué pasa Rei? ¿porqué despertaste tan temprano?— dijo Maki todavía en pijama y con su melena negra todavía despeinada por la mañana.
— Es que quería preparar un desayuno para nosotros dos, pero mira tu refrigerador está vacío.
—Es que todavía no nos dan nuestra quincena y no he podido ir al supermercado.
—Mierda y todo el dinero que tenía se lo quedó mi estúpido hermano.
—De verdad lo siento.
—Vístete Maki, vamos a mí antigua casa para buscar dinero y ropa.
—Pero ¿y tú hermano? bueno el que ya no es tú hermano.
—Raito nunca está por las mañanas ya que se va con sus amigos a tomar, es un verdadero irresponsable.
—Está bien, vámonos.

Nos vestimos rápido y fuimos encubiertos hasta mi casa con unas cuantas bolsas logré sacar mi dinero y ropa pues en serio la necesitaba, también estaba él cuerpo en descomposición de mí padre.

Conociendo a Raito no iba a moverlo de ahí, iba a dejar que se pudriera o iba a arrojar su cuerpo a una fosa común cuando este comenzara a apestar.

—No puedo dejarte así padre.
—¿Qué piensas Rei?
—Ayúdame a cargar el cuerpo de mi padre, no pienso dejarlo aquí pudriéndose con el tarado de mí hermano.
—Pero...
—Escúchame Maki, tal vez ese hombre no era mi "padre biológico"pero él me crió y me protegió durante bastantes años como si lo fuera, por lo que no puedo dejarlo a su suerte.
—Está bien Rei, siempre supe que tenías un gran corazón.
—Lo sé, ahora ayúdame a moverlo.
—Sí.

Por fortuna él enterrador era amigo nuestro y nos haría él favor de enterrarlo sin cobrarnos ni un centavo, ya que eso era lo que le había prometido a mí padre en vida.

—Gracias por la ayuda.
—No fue nada siento mucho que mi amigo haya fallecido.

Me puse a llorar sobre la tumba de mi padre una última vez abrazando a Maki, la cuál me consolaba como yo a ella cuándo murió su madre.

—Yo sé lo que se siente perder a alguien que amas Rei así que llora, llora todo lo que quieras.
—Muchas gracias Maki, siempre estás ahí cuándo más te necesito.
—Tú también, cuando se murió mi madre fuiste un gran apoyo para mí, es lo menos que puedo hacer por ti.

Después de eso invité a desayunar a Maki cómo se lo prometí, era una gran fanática de los dangos así que la invité a un puesto de dangos que estaban cerca del cementerio, para desayunarlos con leche.

Luego fuimos al supermercado para llenar su refrigerador con el poco dinero que me quedaba, era lo mínimo que podía hacer por ella hasta la gente nos miraba creyendo que éramos una pareja de recién casados.

Y de cierta manera lo parecíamos pues tanto en el trabajo como en la calle la gente nos preguntaba si éramos pareja, pero siempre les decíamos que no que solamente éramos muy buenos amigos.

Yo tampoco me animaba a preguntarle a Maki si sentía "algo más" que amistad hacia mí, porque no quería arruinar la linda amistad que teníamos. Sólo por confesarle que desde que éramos niños he sentido unos fuertes sentimientos por ella.

Pero me he quedado callado durante tanto tiempo, por temor a que me rechace, quizás no sea su tipo aunque a decir verdad nunca la he visto  salir con otros chicos además de mí, así que todavía tengo una esperanza con ella.

Esa misma tarde fuimos a trabajar juntos a la cafetería algo me olía mal desde él momento en que nuestra jefa me mandó a llamar a su oficina, tal vez era su perfume barato, pero tenía un mal presentimiento.

—Pasa Rei, necesitamos hablar.
—¿Qué pasa? ¿estoy en problemas?
—Claro que no "tontito" sólo quiero platicar contigo.
—¿De qué?
—De darte un aumento de sueldo si aceptas ser "más cariñoso" conmigo.
—¿Más cariñoso? no la entiendo.
—No te hagas él santo, me he dado cuenta de como le coqueteas a una de mis camareras de seguro "ya lo hicieron" ¿verdad?
—Se equivoca yo a Maki la respeto mucho y nunca haría algo que manchara su nombre.
—¿Ves que sí es cierto que la quieres? por lo pronto sino quieres que los eche a patadas a los dos tendrás que hacer todo lo que yo te diga.

¿Qué haré? ¿Me dejaré manipular por mi jefa? ¿o yo y Maki nos quedaremos sin empleo? descúbranlo en él siguiente capítulo.
Fin del Capítulo.

"El hermano de Onodera".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora