"El hermano de Onodera".

Capítulo 5: "Continúa la búsqueda".

Narra Ritsu: A qué se olvidaron de mí ¿verdad? pues no, aquí sigo buscando a mí hermano a propósito lo ¿han visto? porqué todavía no lo encuentro.

—¿Cómo lo vas a encontrar sino lo haz buscado todavía flojo?

¡Takano-San! ¿quién te dio permiso de entrometerte en mí narración? además yo no soy ningún flojo.

—Le pagué a la autora, para qué lo hiciera.

Huy la mato.

—Ya la matarás luego cuando acabe la historia y puedas encontrar a tú hermano, por él momento sigue con la historia.

Tiene razón él ex uke de Yokozawa acabemos con esto de una buena vez.

—Me las vas a pagar Onodera, te veo al rato.

Cómo les estaba diciendo, la investigación del paradero de mi hermano estaba "estancada" y la policía todavía no sabía si él estaba vivo o muerto.

—Él debe estar vivo yo lo sé.
—¿Cómo estás tan seguro hijo? tú madre literalmente ya perdió toda esperanza de encontrarlo con vida.
—Porqué lo siento, algo en mí me dice que él está más cerca de lo que nosotros imaginamos.

De repente llegó él mesero que nos estaba atendiendo con un par de cafés que le pedimos.

No sabía porqué, pero algo en ese mesero me resultaba MUY familiar.

—Aquí están sus cafés señores.
—Gracias.
—Espera un momento.

Me había dado cuenta de algo muy importante.

—No quiero azúcar, llévesela por favor.
—Entiendo en seguida se la retiro.

Cuándo él mesero retiró mi azúcar.

—Es un muchacho bastante educado ¿no te parece?
—Me da igual papá.

Qué idiota fui, tenía a mí hermano mayor justo en frente de mí y no me di cuenta.

—Joven le encargamos la cuenta por favor.
—En seguida señor.

Mi papá y yo nos pusimos a pelear por quién pagaría la cuenta.

—En serio hijo, no me importa pagar tú café.
—No papá, tú me invitaste él café es justo que ahora yo pagué.

Cómo no estaba dispuesto a ceder ante él chantaje de mí papá y saqué mi billetera para pagar los cafés.

—Sólo asegúrate de darle una buena propina al mesero, para que nos siga atendiendo igual de bien.
—Sí papá, ya lo sé.

En eso llegó él mesero con la cuenta.

—Aquí tienen su cuenta.
—Muchas gracias.

De repente sentía los dedos del mesero tocar los míos, sentí una extraña descarga cuando lo toqué una que no había sentido nunca antes.

Y no, no es lo que ustedes se están imaginando bola de mal pensados

—Joven, intento recoger mi dinero.
—Lo... lo siento mucho deje que quite mí mano.

No sabía porqué cuándo lo solté me sentí realmente triste.

—¿Qué pasa hijo? ¿te gustó ese muchacho?

Mi cara se puso realmente roja cuando dijo eso.

—¿Cómo dices eso papá? no porque me gusten los hombres significa que me van a gustar todos los que me encuentre.
—Perdón hijo.

Subí al taxi con mi padre a pesar de que este tenía un lindo coche, la verdad era que no quería que él caso de la desaparición de mí hermano siguiera siendo público.

Y por eso tenía que usar un taxi para no ser descubierto.

—Adiós papá, nos vemos otro día.
—Sí adiós hijo.

Subí a mí departamento y en efecto ahí estaba Takano esperándome.

—Hola Onodera ¿dónde estuviste tan tarde?
—Con mi padre, últimamente lo estoy viendo mucho.

Iba rápidamente hacía mi departamento cuándo de repente...

—Me tienes muy abandonado Onodera.
—Suéltame Takano, no estoy de humor para esas cosas.

La verdad desde que me enteré de la verdad sobre mí hermano perdido, no había tenido relaciones con Takano san.

No tenía cabeza para pensar en mí relación con Takano, mientras averiguaba si mi hermano mayor estaba vivo o no.

—¿Qué te sucede? desde que te reconciliaste con tú padre ya no me haz hecho caso.

Esa era la gota que había derramado él vaso.

—No me digas que ahora estás celoso de mí propio padre Takano.
—No son celos Onodera, es que ya no recuerdo la última vez que lo hicimos.

Sabía qué me iba a echar en cara no haber tenido relaciones sexuales con él, yo por supuesto exploté.

—¡No todo en esta vida es sexo Masamune!
—Haz cambiado mucho Onodera, dime ¿qué se traen tú padre y tú?

Decidí decirle la verdad, pero a medias para no involucrarlo.

—Les conté sobre nuestra relación a mis padres y es por eso que necesito que me des un tiempo.

Takano estaba al borde del llanto, quería tranquilizarlo pero me contuve.

—¿Cómo qué un tiempo? ¿acaso dejarás que tus padres nos separen?
—No es por ellos, es por mí que quiero poner mis pensamientos en orden.

De repente sentí una inmensa frialdad por parte del hombre que quiero en su voz.

—Está bien, pero ni creas que te voy a esperar otros 10 años.
—Te prometo que no será así Takano.

Ahora que Takano san no sería una distracción para mí, podía buscar a mi hermano con total libertad.

—No te preocupes hermano mayor, juro que algún día te encontraré— pensé.