"El hermano de Onodera".

Capítulo 9: "Infiltrado".

Narra Ritsu: Vaya sueño más largo y extraño tuve pero bueno había llegado la hora de volver a la realidad.

—Onodera, ¡Onodera despierta!— dijo la detective Osaka sacudiéndome con sus pequeñas manos.
—Pero como... haz logrado entrar a mi departamento.
—Como no me abrías la tiré de una patada.

Hay Osaka, eres un pequeño peligro.

—Te va a costar pagarme una puerta nueva ¿sabes? ¿qué tal si te oyeron mis vecinos?— refiriéndome a mi jefe molesto el cual había hecho una fiesta el día anterior sólo para no dejarme dormir.
—No lo creo, el cuarto de a lado huele completamente a alcohol dudo que alguien despierte.

Bien hecho Takano, gracias a tú fiestecita voy a poder irme a investigar con Osaka en mi día libre sin que lo notes.

—Sólo deja que me aliste y nos vamos a buscar pistas.
—Me parece buena idea.

Más tarde la detective Osaka y yo nos fuimos a investigar más el caso de mi hermano.

—¿Qué hacemos en un club de mala fama de la ciudad?
—Aquí viene el hijo menor del señor Orayaka a emborracharse y a jugar según mi informante, tú sólo sígueme la corriente y no hagas nada estúpido.

Ok, eso me pareció muy ofensivo. Aunque debo confesar que el hombre de la entrada todo musculoso y grande me daba miedo.

Pero con Osaka era muy buen tipo.

—Buenos días señorita ¿es su acompañante?
—Sí Budo, déjanos pasar.
—Adelante.

A Osaka y a mí nos atendieron como reyes.

Hasta tenía su propia mesa apartada.

—Oye Osaka ¿vienes a este bar con frecuencia? porque al parecer mucha gente aquí te conoce.
—Suelo venir aquí a resolver casos y tomarme una copa de vez en cuando ¿eso es un crimen?
—No creo que no.
—Prepárate moreno, que acaba de llegar nuestro objetivo.

Raito Orayaka había llegado al lugar acompañado por un grupo de chicos que lucían de mala reputación.

—Y ahora Osaka san ¿cómo nos vamos a acercar a ellos?
—Nos los vamos a ligar.
—¿Qué?

¿Estaba hablando en serio?

—Es la única manera en que bajen la guardia y nos digan todo lo que queramos.
—Yo no pienso hacer eso.
—¿Ni siquiera por tener información de tú hermano?

Lo siento Takano, espero nunca te llegues a enterar de esto.

—Bien.

Hice mi mejor actuación de chico coqueto, llamando la atención de un guardaespaldas rubio el cual no estaba feo (espero que Takano no haya leído esto).

Mientras que Osaka estaba sentada en las piernas de nuestro objetivo.

—Oh Raito Kun, gracias por invitarnos a mi "amiga" y a mí a su mesa.
—Cuando quieras, un par de hermosuras como ustedes no debían estar en este club solas.

Osaka con sonrisa fingida comenzó a emborrachar a Raito, para sacarle toda la información que pudiera mientras yo intentaba que el guardaespaldas rubio no me besara.

—Ya veo, sé debe sentir horrible que tú padre quiera más a tú hermano adoptivo que a ti.
—Lo sé nena, tú sí me entiendes francamente lo odio.
—¿En serio? cuéntame más.

Ahora entiendo porque Osaka era buena haciendo lo que hace.

—Mis padres lo encontraron en un bote de basura cuando era un bebé antes de que yo naciera siempre lo adoraron más que a mí y ahora está apunto de casarse con...
—¿Con quién? vamos dilo.

Estaba apunto de decirnos el nombre, cuando unas pistolas estaban apuntándonos a la cabeza.

—Hora de que nos pagues lo que nos debes Raito Orayaka— dijo el chico rubio que me estaba coqueteando— en cuanto a ti disfrutaré jugando con cada una de las partes de tú cuerpo muerto.

Este tipo en realidad estaba loco, por suerte Osaka reaccionó a tiempo y logró darle una patada a ese rubio opresor y quitarle su arma.

—Se acabaron los juegos, ahora todos tendrán que acompañarme a la policía.
—No puedo creer que seas una policía, me engañaste.
—Ya, ya tendrás mucho tiempo para quejarte en tú celda.

En serio creí que esta vez no viviría para contarlo.

—Eso que hiciste fue realmente muy valiente.
—¿De qué hablas? sólo hice mi trabajo, siempre pongo por delante mi vida profesional de la personal.

Y le creo.

—¿Qué hacemos ahora?
—Con la confesión que saqué el hijo adoptado es Rei Orayaka, así que iremos a visitarlo a su trabajo.
—¿Y dónde trabaja?
—¡Matsui!

De repente Matsui todo temeroso de su compañera de trabajo, llegó corriendo.

—Sí Osaka.
—Danos la dirección del trabajo de Rei.
—En seguida te la traigo.

Osaka me llevó en su auto hacia la dirección que nos mandó Matsui.

Cuando vi el lugar estaba muy sorprendido.

—Espera un momento ¿es aquí donde trabaja mi hermano?
—Sí ¿porqué?
—Es la cafetería a la que siempre voy.

Todo este tiempo mi hermano y yo estábamos muy cerca.

—Pero que estúpidos son.
—Con eso no me ayudas.

Estaba apunto de entrar a la cafetería de siempre cuando una cruda moral comenzó a apoderarse de mí.

—¿Qué esperas? ¿no vas a entrar?
—Quizás él no quiera verme ¿y si le arruino la vida? ¿y sino le caigo bien?

Mi compañera detective me miró a los ojos desde su altura y me dijo:

—Tú le caerás bien, no tengo pruebas pero tampoco tengo dudas.

Eso me reconfortó un poco.

—Gracias Osaka.

Los dos entramos juntos a la cafetería sin mirar atrás, listo para conocer a mi hermano de una vez por todas.