Capítulo 1

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LOS PERSONAJES PERTENECEN A JK ROWLING, excepto Elizabeth, que es invención mía.

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Tan solo llevaban diez minutos teniendo sexo y ya deseaba que Cormac terminara.

Fingir placer me estaba cansando más que el sexo en sí. Si alguien disfrutaba en ese momento era mi novio.

Llevábamos tanto tiempo juntos que ya no sabía si nunca me había gustado el sexo con él o si, simplemente, con el tiempo había acabado aborreciéndolo.

Aún y así, yo le quería, y por algo tan "tonto" como el sexo, no quería terminar su relación con Cormac.

"Que termine ya...", pensaba mientras me embestía otra vez.

Cormac tenía la mala costumbre de dar cuatro besos, desnudarme y penetrarme a los dos minutos, sin juegos preliminares, y eso al rato me pasaba factura, ya que acababa teniendo dolores.

Al poco rato, Cormac gimió con ganas y sentí su semen dentro de mis paredes vaginales. Super polvo, si, si... (Nótese la ironía)

-Eres increíble, nena.-Suspiró el rubio tumbándose a mi lado, cerrando los ojos.

-Te quiero, cariño.-le dije, aunque Cormac parecía medio dormido.                 

Al no obtener una respuesta, me vestí y salí discretamente del cuarto de los chicos, deseando que todos estuvieran aún comiendo y no tuviera que encontrarse a alguien.

Después de la sesión de sexo (para Cormac, claro está), fui corriendo al Gran Comedor para ver si podía coger algo para comer. Cuando llegué, vi que Harry estaba sentado con Ron y la castaña, Hermione, y decidí sentarme con ellos.

-Hola chicos, ¿os importa?-les dije a los tres.

Viendo que negaban con la cabeza, me senté al lado de Hermione, dedicándole una sonrisa, y me incliné para besar a Harry en la mejilla.

-¿Dónde has dejado a tu hombre?-preguntó Harry entre risas.

-Durmiendo.-le contesté mirándole mal.- Se que no te cae bien, pero podrías hacer el maldito favor de...

-Lo siento, Liz, sabes que por ti lo haría, pero lo he intentado tantas veces que ya me he dado por vencido.-dijo el moreno comiendo un trozo de pollo.

Suspiré y me serví los restos de pollo que quedaban en las bandejas, escuchando atentamente como Hermione se quejaba de todos los deberes que tenía.

-Y luego no entiendo como el capullo de Malfoy saca casi las mismas notas que yo, cuando creo que en su vida ha cogido un libro.-dijo indignada- ¿Debería hacer yo también la pelota a Snape como lo hace él?

-Ya se la haces a todos los profesores sin querer, Hermione.-dijo el pelirrojo riendo.

Reímos todos, incluso la susodicha, y me di cuenta de que Malfoy miraba hacia nuestra mesa, pero cuando nuestros ojos chocaron, bajó la mirada.

Terminaron de comer antes que yo, y se excusaron para irse a terminar la redacción de Transformaciones.

Me quedé pensando en Cormac y nuestra relación. A pesar de que fue con Seamus Finnigan con quien conocí el amor y el sexo, no cuajamos tan bien como Cormac y yo. Supongo que a los 14 años no vas a encontrar al amor de tu vida y, definitivamente, aunque había pensado que Seamus era el hombre con el que me casaría, las cosas no habían ido así. Demasiado jóvenes nos conocimos, demasiado jóvenes probamos el sexo y demasiado jóvenes quisimos amar.A veces comparaba mi situación con Seamus a la de Hermione y Ron. A pesar de que no tenía mucho trato con el pelirrojo, siempre supe que mi amiga sentía algo por él, y cuando empezaron a salir fui muy feliz por la pareja.

Pieles [+18] COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora