Capítulo 14

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LOS PERSONAJES PERTENECEN A JK ROWLING, excepto Elizabeth que es invención mía. 

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[…]

Abrí la puerta con suavidad, sin picar. Ahí estaba él tumbado en la cama, leyendo una revista de Quidditch.

Nos saludamos con la cabeza y procedí a tumbarme a su lado, en la cama, mientras comía una varita de regaliz.

-¿Y Ginny?-preguntó.

-Está con Harry en mi cuarto.-fue a protestar, pero le corté.- Ya es mayorcita, Ron. Por dios, será que tu no tienes sexo con chicas. Déjala, es su novio. Y tu mejor amigo. Pareces una abuela, quejándote por todo.

Sonrió, me cogió la cabeza y me rascó con los nudillos.

-Para. PARAAAAAAA.-grité.

Por fin paró y se sentó en la cama apoyando su espalda en la pared.

-¿Me enseñas el juguetito?-preguntó.

-¿Qué juguetito?

-Vamos, no disimules. Habéis ido a la tienda esa sexual. Os he visto.-explicó, antes de que le preguntara nada.- Y antes a Hermione no le temblaban las piernas de un calambre. Estoy seguro de que al especie de mando que llevaba Fred en la mano tiene su explicación.-reí.- Y tu probablemente te hayas comprado algo.

-Pero es para mi sola.-le dije, después de unos segundos.- No hay nada que puedas disfrutar tu.

-Solo con verte con esos leggins ya disfruto.-se lamió los labios.

-Está bien. Vamos a hacer un trato. Yo te enseño como funciona el juguete pero tu no me tocas.-le reté.

-No voy a aguantar, pero vale.-rió.

Saqué el vibrador de la bolsa y, tras mucho rato intentándolo, lo saqué de su plástico. No se iba a escapar, no. ¡Que manía con cerrarlo todo tan bien!

Me quité los leggins con lentitud, disfrutando como sufría Ron y, después, me quité la camiseta. Le tiré a la cabeza mi sujetador, que hizo ver como se ponía en los pectorales.

-La camiseta.-pedí que se quitara.

Se deshizo de ella y me alegró con su trabajado torso. Mordí mi labio y pellizqué mi pezón izquierdo, mientras que con la mano derecha sujetaba el aparato.

Allá vamos”-pensé.

Sentada de rodillas en el colchón, con el pelirrojo apoyado en el cabezal de la cama, cogí el aparato y empecé a masajearlo con mis manos, sin dejar de mirar a Ron, que me observaba con expectación.

Me pasé el vibrador apagado entre los pechos y mi abdomen y, acto seguido, lo subí a mi boca, donde empecé a lamerlo como si de un pene se tratara.

Sonriendo al ver la cara de Ron, me quité la ropa interior que me quedaba y empecé a frotar la punta del vibrador en mi clítoris, excitándome.

Apreté la especie de botón que había en el objeto y aquello empezó a vibrar de tal manera que arqueé la espalda, sorprendida del placer que me proporcionaba.

A medida que iba mojándome estaba cada vez más caliente y me notaba muy dilatada. Fui introduciendo poco a poco el vibrador en marcha dentro de mi vagina y cuando entró entero gemí cerrando los ojos.

Fue entonces cuando Ron cogió la parte del aparato que sobresalía de mi y empezó a hacer movimientos con él dentro mío, como si fuera su pene.

-Shhh… que te van a oír.-me calló el pelirrojo con un beso, mientras gemía.

-Creía que habíamos quedado en que no ibas a tocarme...-medio sonreí, medio gemí.

-Vaya, que pena. He perdido la apuesta.-sonrió, sin parar de mover el aparato.

Fue aumentando el ritmo y no tardé nada en llegar al orgasmo con el vibrador y con Ron lamiéndome los labios.

-Bendito cacharro.-murmuré, sacándomelo de dentro.

-Ven aquí que me pones enfermo.

Me tumbó encima suyo mientras nos besábamos y le quité los pantalones junto con los calzoncillos.

-Tengo otra cosa… Cierra los ojos.-le pedí.

No muy seguro, cerró los ojos y yo aproveché para coger el lubricante de la bolsa. Lo abrí y eché un poco en la punta de mi lengua, que lamió sus labios.

-Mmm… Me encanta la fresa.-musitó, abriendo los ojos.

-Ya me lo imaginaba.-sonreí.

Seguimos besándonos y me eché algo más de lubricante en las manos, mientras empezaba a masturbarle con el lubricante de fresa. Lamí su gran pene con ese sabor tan dulce y gimió en voz baja. Tras un rato chupándosela, volví a masturbarle mientras él golpeaba con suavidad mi clítoris y al rato se corrió en su ombligo.

Le besé y me levanté de la cama.

-No te vayas. Aún no hemos acabado…-me siguió.

-Eso ni lo pienses. Esto solo acaba de empezar.

Aparté los libros que había en el escritorio y me senté encima, con las piernas abiertas. Me besó mientras introducía dos dedos en mi vagina y me masturbaba.

Cuando estaba a punto de penetrarme nos miramos a los ojos y sentí aquella conexión tan especial que nos unía. Cerré los ojos cuando vi que volvía a acercarse para besarme y, a la vez que sus labios tocaron los míos, él me penetró.

Me daba embestidas rápidas y cortas, con fiereza, sin dejar de besarme con intensidad. El escritorio se movía con nosotros aunque intentaba que no lo hiciera por que no quería que los demás nos oyeran.

Al cabo de un rato, me levantó cogiéndome por el trasero y me empotró contra la columna de su cuarto, sin dejar de embestirme.

Me agarré a la columna por detrás mientras mis pechos botaban con el ritmo que habíamos cogido e intentaba no arquear la espalda de placer para evitar que Ron se hundiera con mi peso.

Justo antes de que me corriera, Ron me tumbó en la cama y sacó su pene de dentro mío. Estaba a punto de suplicarle que volviera a meterlo cuando, de la nada, sacó mi vibrador aún empapado y lo introdujo de golpe en mi vagina, mientras vibraba y lo movía con rapidez.

Su pene quedaba encima de mi abdomen y empecé a masturbarle con ambas manos, mientras él seguía haciendo lo mismo conmigo. Sacó el vibrador de dentro y noté que me empapaba y empapaba las piernas de Ron antes de que el se corriera en mis pechos.

Se tumbó encima de mí, apoyando las manos a los lados de mi cabeza, mientras me besaba con lentitud.

-A pesar de lo fantástico que es este aparato, nunca va a substituirme, que lo sepas.-murmuró mientras se tumbaba a mi lado.

-No lo dudes.

Pieles [+18] COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora