Sonrisas Entre Rosas

Hojas secas

Actualmente

Decidimos tomar la última ronda pues la tarde estaba por querernos dejar, sabía que la mayoría tenía ganas de marcharse pues tenían compromisos pendientes.

3 años atrás

(Pasaron meses durante ese momento y tiempo).

Ella y yo estábamos más que felices, eso era lo más importante en ese momento, estaba cumpliendo con lo que le prometí, que la haría feliz durante el tiempo que me permitiera estar a su lado.
Salimos de paseo, las ventas aumentaron, me quedé a trabajar y prácticamente formamos una unión entre los dos más allá de lo emocional.

(No podíamos quejarnos, nos teníamos uno al otro, más que eso, nos queríamos como no tienen idea).

Esa noche recorrimos gran parte de los centros comerciales, fuimos a comer, a jugar, fuimos a todo, ella siempre tiene la manía de mirar al horizonte y yo la quedaba viendo fijamente, como si un niño estuviera el más hermoso paisaje que cualquier horizonte pudiera proyectar. Ella me hacía recordar todo, el como nos conocimos, las cosas que habíamos pasado, lo mucho crecimos, estoy hablando tanto en lo emocional como en lo elemental.

Creo que no hay pareja más perfecta que nosotros, pero vaya, cualquier pareja siempre debe pensar eso, salimos y nos dirigimos al parque pues la noche lo ameritaba, el clima estaba tan fresco que se podía respirar paz y tranquilidad, lo mismo que era ella, lo mismo que le decía.

- Se lo dije: ¿Te vez hermosa cuando sonríes lo sabías?

(Ella solo me miró y me tocó el rostro como si acariciara a un niño).

Estábamos sonriendo, cuando de pronto, así de la nada, el clima comenzó a tornarse más abrumador, dejándonos prácticamente más helados.
Decidimos irnos caminando a casa pues ya era tarde necesitábamos descansar.

Caminando pasamos por una panadería, claro, a ella le encantaba los panqués de chocolate, obviamente cuál niña se ponía feliz y yo la complacía pues su felicidad lo era todo para mí.

Salí de comprar esos panqués y sabíamos que no aguantaría las ganas y comenzaría a comerlos, se mira tan hermosa con cada gesto que hace, pues a mí me encantaba verla. Llegamos a casa, decidimos tomar algo dejando aún lado el abrumador frío que nos alejaba estando allá afuera.
Preparamos un café, nos sentamos aún costado ella y yo frente a frente sin decir nada, era costumbre hacer eso observamos a las estrellas, a la luna, estábamos en nuestro momento, así lo llamaba pues ella estaba en su mundo y yo estaba en el mío.

Esa noche que yo recuerde fuimos a descansar, después de tantos imprevistos y tantas sorpresas se notaba cansada, solamente nos fuimos a recostar pues mañana era día trabajo agitado pues estábamos en fechas especiales.

Apagué la luz y esa noche pude notar que llegó un viento un poco intenso, dejando caer hojas secas, dejando ver qué octubre llegaba.