ENDING SCENE ❈ YUWOO

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¿Qué sentido tiene?
Tú no sabes la clase de
corazón que me has dado.

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A Jungwoo le gustaba jugar con las luces de navidad. 

Eran su parte favorita de diciembre. Todas ellas, las luces del árbol, las que decoraban las calles y las casas. Le encantaban lo mágico que lucían y como le daban a todo un ambiente maravilloso y cálido incluso en aquella época tan fría.

Jugaba mucho con ellas, las ponía en el árbol, pero luego las sacaba y volvía a arreglar. Nunca se conformaba con el resultado de sus decoraciones, y ese día no había sido la excepción, aún siendo víspera de navidad y teniendo que tener todo listo para la cena que tendría junto a su novio. 

Cuando Yuta llegó, él aún jugaba con las luces, intentando acomodarlas con sus manos antes de buscar otro lugar donde ponerlas. El árbol lucía muerto y apagado sin ellas, pero de todas formas él no se conformaría hasta sentir que estaban perfectas y simplemente las dejó de lado para poder comer junto a su pareja, esperando poder seguir con ello más tarde.

Durante la cena ninguno estuvo demasiado callado, al parecer Yuta tenía mucho de lo que hablar y a él le encantaba escuchar su voz y ver su sonrisa, por lo que no hizo ningún esfuerzo para detenerlo y, cuando fue su turno de tomar la palabra, respondió con el mismo entusiasmo. 

Pero en algún punto de la noche el ambiente se había vuelto más tranquilo, más profundo e incluso más tenso. Las palabras de Yuta parecían querer embelesar a Jungwoo para luego poder soltar una noticia pesada. Musitaba las oraciones y pronunciaba todo lenta y cuidadosamente, recibiendo toda su atención y curiosidad, haciéndolo preguntarse a qué quería llegar.

Muchas veces durante su conversación reiteró  lo mucho que Jungwoo le importaba y apreciaba, que quería poder tenerlo siempre a su lado sin importar lo que les deparara el futuro, incluso si no estaban juntos como pareja más adelante, él quería tenerlo al menos como un amigo.

Eso fue suficiente para que Jungwoo atrapara el sentido de la conversación, a qué quería llegar y por qué de pronto sonaba tan suave y temeroso de sus palabras. No quería herirlo, ¿pero por qué debería? 

No lo soportó más y simplemente le había pedido que le dijera qué era lo que pasaba de una vez por todas, porque los nervios lo estaban carcomiendo por dentro y tenía miedo que lo que fuera a decir estuviese demasiado lejos de ser de su agrado. Y Yuta hizo lo que se le pidió, dejando de lado el tacto y olvidándose de lo mucho que se había preparado para intentar que, cuando aquellas palabras saliesen de su boca, para el menor no fuese tan doloroso como lo fue. 

Las manos de Jungwoo sudaban y había comenzado a contener el aire en algún momento, sus ojos se aguaron y el nudo en su garganta le impidió hablar, sin embargo, logró soltar una amarga carcajada cuando Yuta lo dijo. Cuando Yuta se despidió.

Estaban en el sofá, a un lado de las luces, sus miradas conectando y ninguno de los dos cediendo a los ojos de otro. Ninguno quería ser quien se apartase primero. Jungwoo porque intentaba encontrar algún ápice de mentira en Yuta, y Yuta porque quería demostrarle lo serio que estaba siendo al pedirle que dejaran todo hasta ahí, que terminaran por las buenas en lugar de esperar a que su relación se volviese algo tóxico e insoportable. 

Yuta ya no quería a Jungwoo como antes, sentía que la llama se había apagado y prefería dejar todo como un lindo recuerdo del pasado a forzar las cosas, porque le importaba mucho el menor y quería que también pudiese salir adelante sin él y sin el recuerdo de una dulce relación que terminó de forma amarga y que quisiese olvidar.

Pero Jungwoo estaba cegado. Apretaba con fuerza las luces entre sus manos, importándole poco si las dañaba e intentando contener las lágrimas que en realidad ya estaban bajando por sus mejillas. Él no compartía la opinión del mayor, él creía que podían seguir intentando y que con el tiempo todo volvería a como fue en un principio, porque todavía amaba a Yuta tanto como el primer día y dudaba que eso fuese a cambiar pronto, no creía poder continuar como si nada si no era con él. No quería hacerlo.

Y ahí, fue cuando Yuta volvió a cometer un error. 

Probablemente hubiese sido menos doloroso para Jungwoo que las cosas terminaran mal, que Yuta hubiese sido un maldito con él para así no quererlo cerca, pero cuando los brazos de éste lo envolvieron intentando reconfortarlo, susurrándole que todo estaría bien y que encontraría a alguien que lo quisiera como él realmente lo merecía, sólo sintió que su corazón se rompía incluso más. 

Jungwoo no deseaba que él se disculpara por no poder ser aquella persona que le diese el amor y el cariño que anhelaba. Tampoco quería dejar ir a la única persona que lo hacía feliz, al único a quien amaba y a quien había entregado todo de sí. 

No quería y no lo haría.

¿Cuáles eran las verdaderas razones para ser dejado? Él no quería a nadie si no era Yuta, sólo lo necesitaba a él y sabía que en el fondo él también lo necesitaba. 

No solo su vista estaba nublada, si no que también su mente. La tristeza no lo dejaba ver más allá de sus acciones. Besó a Yuta, rogando en silencio por un último beso, pero él no correspondió. No estaba bien hacerlo, sentía que sería peor para Jungwoo y apenas notaba que ya estaba hiriéndolo lo suficiente. 

Y otro error, porque aquello sólo lo hizo sufrir más y perder por completo la consciencia que tenía respecto a sus acciones. Jungwoo ya no estaba prestando atención a lo que hacía, sus labios continuaban chocando con los del contrario por más que él intentara alejarlo. Sus manos, con las luces enredadas aún entre sus dedos, se habían deslizado por el cuello del chico y habían comenzado a acariciarlo, pero no con el habitual cariño que lo hacían. El contacto era brusco y Yuta comenzaba a incomodarse, intentando alejarlo con más fuerza, pero Jungwoo seguía en el mismo lugar, sollozando e intentando acercarse aun más. 

Yuta intentaba disculparse, pero las palabras ya apenas salían. Jungwoo no solo presionaba sus manos cerca de su cuello, si no que había enredado el juego de luces alrededor de éste mientras tiraba de ellas. El mayor se movía con desesperación, pero ahora tenía a Jungwoo por completo sobre él intentando asfixiarlo con el cable de las luces mientras lloraba y presionaba su rostro contra la mejilla de Yuta. 

Él ya no podía gritar y cuando Jungwoo sintió su último aliento, bajó a llorar sobre su pecho. Consciente de lo que acaba de hacer, pero no completamente arrepentido. Quizá había perdido una parte de su cordura cuando las palabras de Yuta habían salido, o tal vez jamás la tuvo y ahora sus acciones le permitían verlo. 

Aquella no había sido la noche especial que Jungwoo había preparado para navidad, y quizá iba a ser su última vez pudiendo contemplar el ambiente mágico y cálido que tanto le gustaba en pleno invierno. 

Estiró un poco más el cable que aún rodeaba el inerte cuerpo de Yuta y lo bajó para poder enchufarlo. El rostro del mayor ahora era iluminado por las luces que debían estar en el árbol y Jungwoo se recostó sobre él siendo iluminado también, sin dejar de llorar, pues una parte de sí estaba enojado consigo mismo por lo que acaba de hacer.

Después de todo, a Jungwoo le gustaba jugar con las luces de navidad, no matar con ellas.




Bien, navidad no se acaba hasta que el árbol se desarma a mediados de enero (en mi casa, al menos) y técnicamente ni siquiera ha comenzado porque todavía no veo Mi Pobre Angelito. Por otra parte, este o.s quedó del asco, pero tanto mal intento de fluff me iba a terminar por colapsar. Perdón, ah.

Feliz navidad atrasada y último día del año. :) 

CHRISTMAS MOOD 愛 NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora