• Capítulo 50 •

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La casa estallaba en gente, risas, alcohol, comida rápida, globos, música, vasos, bebidas, familiares, amigos y regalos. Todos bailando al ritmo de la música. Tres cuarenta de la mañana y Jack gruñía a cada uno que se cruzara por su camino.

—Ya, tranquilo, Frost —apoyé mi mano sobre su hombro y volteó exasperado.

—¿Cómo quieres que esté tranquilo? —gritó—. Mira mi casa, Elsa.

—Hey, es nuestra casa, ¿no es así?

—Bueno, mira nuestra casa. Está infestada de gente borracha.

—No todos están borrachos —le corregí y frunció el ceño—. Cálmate y disfruta, ¿puedes? Por favor es mi cumpleaños y no pienso pasar el resto de la noche peleando contigo.

—Disculpa —desvió la mirada—. Van a destrozar todo, es eso lo que me molesta.

—No van a destrozar nada.

—Además están todos con ganas de tener sexo en cualquier parte de mi casa —se quejó—. Yo te juro que si alguien sube, sufrirá las consecuencias.

_¿Sabes, Jackson? Voy a echarlos a todos, no tienes de qué preocuparte —dije enojada y comencé a caminar hacia la puerta.

—No, no, espera, Elsa —me tomó del brazo y volteé a verlo—. No me hagas caso, solo ve con tus amigas y disfruta.

—¿Te vas a dormir?

—¿Estás loca? Nunca me iría a dormir cuando esta casa corre peligro de ser incendiada.

Hice caso omiso a sus palabras y me zafé de su agarre. Caminé hasta donde estaban Blanca y Mulan. Ellas me sonrieron.

—Está el sucio Hiro aquí —dijo Mulan a las carcajadas.

—No hables así de él, es mi amigo —lo defendí.

—Bueno, pero sí es sucio —dijo la azabache alzando las manos.

—Estás pasada de alcohol —le dijo Blanca.

—Pero si es sucio.

—Cómo digas, Mulan —dijo—. ¿Tu novio está gruñón? —me preguntó.

—Sí, algo así —dije buscándolo con la mirada—. No sé que le ocurre.

—Necesita un buen polvo.

—Seguro que Elsa se lo da todas las noches —rió Mulan. Mulan la empujó y cayó sentada en un sillón.

_Quieta, Mulan —le gritó—, y cállate, nadie quiere oírte.

—Bien —dijo riendo y cerró los ojos.

—Apartemos la vista de ella, cuando está ebria, le gusta llamar la atención —dijo Blancanieves y le dimos la espalda.

—Hay tanta gente que no conozco —admití. Blanca rió.

—Así son las fiestas, invitas a alguien y ese alguien viene con amigos y amigos de sus amigos.

—Me he dado cuenta —dije entre risas.

—Está buena tu fiesta, pero si tú no las disfrutas, no vale la pena —me dijo.

—Es que no puedo disfrutarla si Jackson se está quejando por todo.

—Él es sólo tu novio, que no te afecte.

—Blanca... —dije y le mostré mi anillo de bodas—. No es solo mi novio.

—¡Oh por Dios! —gritó y algunas chicas nos observaron-. No hablas en serio, dime que estás jugando.

La Bella y La Bestia (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora