—Buenos días señor y señora Frost —dijo el chico de recepción. Jack se acercó al mostrador y el hombre sonrió.
—Buenos días —respondió al hombre. Me quedé a unos centímetros de Jack.
—Ayer por la noche llegó algo para usted —dijo el chico—. Déjeme que lo busco y se lo traigo —Jack asintió y el chico vestido de verde salió a buscar el paquete.
—¿Por qué te alejas de mí? —me tomó la mano mientras me acercaba a él.
—Respeto Frost —me zafé de su agarre.
—Pero no te estoy faltando el respeto, sólo te quiero más cerca —me dijo haciendo su labio inferior hacía afuera—. Ven aquí —agregó. Negué con la cabeza—. ¿Viste cómo te miraba éste? —preguntó llamando mi atención.
—¿Quién? —arqueé una ceja—. ¿El de recepción?
_Sí, éste que viene aquí —dijo por lo bajo. Reí con ternura—. ¿Y bien? ¿Quién lo manda? —dijo cuando ya tenía una pequeña caja en manos.
—Su padre, el señor Jeremy Frost —respondió a los dos segundos y me dedicó una dulce mirada. Jack también me miró y sentí mis mejillas arder.
Jack abrió la caja y se encontró con una carta y unas carpetas.
—Oh, sí, acá están —dijo sonriendo—. Muchas gracias —le dijo al muchacho. El desvió su mirada de mi cuerpo y observó a Jack.
—De nada —sonrió nerviosamente.
—Elsa, voy a dejar esto a la habitación y bajo para que nos vayamos —me dijo. Besó mi mejilla y desapareció.
Me apoyé de espalda sobre el mostrador y me dediqué a mirar la entrada y salida de la gente a mi alrededor. No había tenido tiempo de observar el lugar porque cada vez que entro o salgo de aquí, voy peleando con Jack o convenciéndolo de hacer algo.
—¿Cuántos años tienes? —esa voz me sacó de mis pensamientos.
—Diecinueve —respondí recordando mi falsa edad, creada por Jack—. ¿Tú?
—Veintitrés —me sonrió—. ¿Cuál es tu nombre? —quiso saber. Tal vez no debería hablar con él, sólo por el hecho de que Jack ya me ha hablado sobre sus celos—. Es Elsa, ¿verdad? —me dijo con impaciencia.
—Sí —sonreí esperando que Jack apareciera por el elevador. Volteé a ver al chico para poder hablar mejor—. ¿Tú como te llamas?
—Hans —sonrió—. Elsa, es un lindo nombre para una linda chica.
—Ay, gracias —sonreí. Jack tenía que llegar ya.
—Y él es tu novio, ¿cierto?
—Sí —era lo único que podía decir—. ¿Tú tienes novia?
—No, ando buscando una preciosura como tú, pero veo que estás ocupada —dijo. De seguro mis mejillas ya estaban poseídas por un tono rosado claro—. Mi intención no era ponerte incomoda —teoría confirmada, mejillas coloradas.
—No, está bien —dije intentando ser modesta.
—Entonces... ¿De dónde eres? —preguntó.
—¿Hay que llenar alguna solicitud que pides datos? —preguntó una voz que reconocí al instante.
—Perdone, yo... —intentó hablar pero Jack lo interrumpió.
—Tú nada, nosotros ya nos vamos. Elsa —dijo tomando mi mano.
—¡Jack! -lo reproché—. Eso fue muy descortéz.
—¿Y qué? —dijo enojado mientras empujaba la puerta de entrada—. ¿Quieres que sea cortéz con el tipo que coquetea contigo? —me miró. Estaba celoso.
ESTÁS LEYENDO
La Bella y La Bestia (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•
Ficção Adolescente«¿Quién iba a imaginar que me enamoraría de una bestia?» Qué horror es cuando la persona que más amas es la persona más fría del mundo, Qué horror es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Qué horror es que tú seas la pob...