Natural de Imagine Dragons resuena en todo el auto, además de la música que lo reina, una tensión incómoda se formuló desde que salimos de aquel estacionamiento, yo no he hablado a excepción de solo movimientos con mi cabeza al son de la canción y asentimientos de acuerdo a las indicaciones de Pierce.
La lluvia volvió a su trabajo pero ahora con más intensidad, lo cual tuve que irme con más despacio y cuidado por la peligrosa carretera que ya se sentía muy resbalosa.
—¿Eres feliz? —la pregunta de Pierce me toma por sorpresa. Creí que no volvería hablarme, bueno, en algún punto tendría que hacerlo, pero no ahorita, no en este momento y menos con esa pregunta tan perturbadora de por medio.
—Demasiado —miento y lo miro de re ojo, su mandila se tensa con fuerza y hace un gesto para nada amigable.
—No pareces muy convencida con tu respuesta —dice entre dientes sin apartar la vista de la carretera.
—¿Y eso a ti que te afecta? lo creas o no, me da igual —sueno tosca y simple. A estas alturas ya lo que piense de mi, me tiene sin cuidado.
—Pareces tan sufrida y ahogada en tu propia respiración —esta vez su mirada es penetrante que me hace girar un poco la cabeza para verlo —tus ojos sin vida, demuestran lo evidente.
Desvío la mirada incrédula y trago saliva. Ignoro sus comentarios y sigo manejando como si no hubiésemos tenido esta estúpida conversación.
Veinte minutos después llegamos a su casa, ambos nos bajamos del auto empapados y corriendo lo más rápido posible hasta la puerta.
Y aquí me encuentro, estremecida por el frío de la lluvia y con mis dientes tiritando. Observo de reojo a Pierce, le tiemblan hasta las cejas. Pobrecito. Al menos ya sabemos que siente el frío: su mejor aliado.
Escuchar ese "clic" en el picaporte, fue como una hermosa melodía para mis oídos. Pierce abre la puerta y hace un ademán incitando a que pase primero.
Dudosa entro y lo primero que recibo es un calor profundo mandando una calidez a mis extremidades, algo reconfortante, como si me fuesen devuelto a la vida.
Su casa es como las que se ven muy chicas por fuera, pero una vez dentro es muy espaciosa. El estilo y la decoración transmiten una comodidad; como si te sintieras bienvenido en casa. Los colores caoba, beige y azul eléctrico me encantan, lo hacen ver sencillo pero elegante.
Mi atención se posa en la pequeña librería que se alcanza apreciar a una larga distancia de aquella mini chimenea rústica.
Todo está muy limpio y ordenado.
—¿Te gusta? —la voz de Pierce me saca de mis cavilaciones.
—Si, tienes una casa muy bonita —digo, porque es cierto —¿vives solo? —me tomo la libertad y el atrevimiento de preguntar mientras camino unos cuantos pasos más temerosos.
A juzgar por mi aspecto no quiero ni arruinar el piso de madera tan pulcro.
—No.
—Entonces… ¿Vives con tus padres? —pregunto con suavidad.
—Deberías quitarte la ropa —me dedica una mirada de fastidio.
Fruncí el ceño.
—¿Disculpa? —mi confusión le hace sonreír.
—Estas toda empapada y no quiero que te vayas a enfermar.
Mi cara muestra un ligero asombro. Si tan solo él fuese diferente, digamos más... apacible, tal vez le hubiese creído.
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El tormento de Jade (Pausada)
RandomEntre un pasado y el presente, Jade Jhonson se vera obligada a entrar en los juegos de un encapuchado y las sombras de sus recuerdos por descubrir la verdad. -Yo seré tu sombra en la oscuridad, tu demonio, inclusive tu ángel, si así lo deseas -susur...