El tormento de Jade (Pausada)

Capítulo XII

Jade.

El sonido de sirenas retumba en las paredes de este oscuro pasillo, gente gritando y corriendo por todos lados. Me siento aturdida de sobre manera, sigo en un estado ausente después de lo que vieron mis ojos, no he dejado de pensar en ello, todo esto me impide actuar con claridad y mas aún con Pierce frente a mi. ¿Qué demonios hace él aquí? ¿También viene a pasar el rato con estas chicas?. El solo hecho de pensarlo se me revuelve el estomago y las ganas de vomitar incrementan con cada latido de mi corazón.

—Jade —la voz de Ana me hace encararla en modo automático, como si fuese un robot controlado —debemos irnos, algo no está bien —se le puede ver asustada. Pobre, esta igual o más aterrada y confundida que yo.

—Vengan conmigo —sugiere Pierce y entrelaza su mano con la mía, yo permito que lo haga.

—Jade, espera... —viene Oliver poniendo su camisa, Pierce le da una mirada enojado y yo solo quiero irme de aquí —no te vayas, necesitamos...

—No quiero verte —por fin hablo, me sorprendo hasta yo misma de lo dura que salieron esas palabras de mi boca —hoy no.

—Por favor… —susurra muy cerca de mi cara, puedo sentir la desesperación en su voz.

—Ya te dijo que no —Pierce se interpone entre los dos, quedando detrás de él, Ana y yo.

—Chicos —grita mi amiga atrayendo la atención de todos los presentes —debemos salir ya.

Los cuatros salimos escopeteados al escuchar balazos, gente gritando y llorando por todo el lugar, unos empujándonos conforme tratamos de salir de ahí, todo era un jodido caos.

Un oficial me toma del brazo.

—Suélteme —grito mientras intento zafarme.

Pierce le da un golpe al hombre y de pronto todo se vuelve en cámara lenta.

Oliver esta tratando de zafarse de un policía, este le da un golpe en el estomago y puedo ver como se contrae de dolor, por otro lado Pierce esta peleando con dos más, uno le da un golpe en su rostro y puedo ver sangre saliendo de su boca.

Ahogo un grito y las ganas de ayudarlo son tan imponentes.

El caos incrementa conforme pasa mas el tiempo y yo solo estoy abrazada de mi amiga, quien empieza a llorar por la situación. Decido sacarla de ahí lo antes posible cuando logramos salir, casi puedo respirar agusto cuando dos oficiales se nos ponen en frente de nosotras y empiezan a ponernos las esposas a las dos.

Ana gritar y patalea, se pone renuente, yo solo estoy quieta dejando que ese hombre haga su trabajo. No tengo fuerza si quiera para defenderme.

Nos suben a las dos en la patrulla y puedo ver por la ventana trasera como arrestan a Pierce y a Oliver, a ambos los tienen afuera y boca abajo contra el cofre de la patrulla, los ojos de Pierce logran encontrarse con los mios y desde esta corta distancia con su mirada me hace saber que no tema, que todo va a estar bien y el auto arranca, conforme se va alejando pierdo de vista a ese chico oscuro.

—Mis padres van a matarme —la voz de Ana tiembla, pero sonríe.

Por supuesto que van a matarla, como los míos y Kyle van a matarme, ¡Por dios! Kyle, el no va a perdonarme nunca si se llega a enterar que prácticamente lo drogue con pastillas para dormir, y mi nana no volverá a confiar en mi. Suelto una maldición.

—Lo siento mucho Ana, no debí involucrarte en esto —susurro despacio, solo para que ella me escuchase.

—¡Oye! no te disculpes, mi vida sería aburrida si no te hubiera conocido —suelta mas calmada —jamás me habían arrestado.