Sangre, aquel líquido carmín brillante se encontraba manchando la ropa de un joven rubio. »Mierda, en unos minutos entro a clase y me encuentro así, mierda« pensó, soltó un sollozo, avergonzado de sí mismo.
‹Con esa actitud jamás serás un héroe, así Deku te va a ganar›
»¡Basta!« no iba a ir a clases ese día, de quedaría en los dormitorios hasta que su mente dejará de decirle aquellas cosas. Se hizo ovillo entre las sábanas de su cama, los ojos aún llorosos y subió el volumen de la música, le importaba poco si los profesores se enteraban solamente quería dejar de hacerle caso a su mente.
»Cargando únicamente con mi obstinación, hoy, otra vez, dormiré sólo en mi cama«
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- ¿Bakugou Katsuki? - preguntó Aizawa notando que aquel chico explosivo no se encontraba.
- No ha llegado - comento Kirishima preocupado - Voy por él.
- No - fuerte y claro, así se hizo escuchar el profesor - Si a la tercera hora no aparece, Todoroki, irá a ver qué ocurre.
- ¿Por qué Todoroki? Yo soy amigo de Bakugou y él no - exclamó con indignación el pelirrojo.
- No discutiré de esto, ya dije quién irá a ver a Bakugo - dio finalizada la charla dando media vuelta y saliendo del salón de clase.
- Puedes ir en mi lugar, Kirishima - dijo el heterocromático - Es tu amigo al final de cuentas.
- Ve tú, Aizawa-Sensei se enterará y me pondrá un horrible castigo - con preocupación.
Y la segunda hora dio comienzo cuando entro Midnight.
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Un golpe en la puerta lo despertó de aquella siesta que se tomó mientras lloraba. Soltó un quejido, salió de entre las sábanas y abrió para ver a un heterocromático serio.
- ¿Mitad y Mitad? - preguntó confundido para luego fruncir el ceño ‹Él si será un héroe› - ¡Cállate!
Cubrió sus odios en un intento de no escuchar aquella voz. Todoroki miraba a Bakugo entre confundido y sorprendido.
- ¿Bakugou? - lo llamo preocupado.
- ¡Cállate, maldita sea! - estaba montando una escena frente a quien es su rival.
- Bakugou - Lo llamo de nuevo, viendo como el rubio lloraba en silencio.
- Haz que se callen - suplico con aquellas orbes rubí llenas de lágrimas. Estaba tan expuesto, pero, poco importaba.
- Si te encuentras igual yo, en algún lugar, solo grita mi nombre y estaré ahí - lo abrazó con tristeza intentando juntar todas las piezas rotas de aquel rubio.
- Estoy sucio, Todoroki- gimoteo débilmente.
- Puedo llenar tu tina y tomarás un baño, ¿está bien? - susurro suave sobre el oído del de ojos rubí.
- Por favor - balbuceo. Sintió como lo tomaban de las caderas y él rodeo la cintura del bicolor.
Con el rubio en brazos fue hasta el baño y abrió el agua dejándola en una temperatura tibia. Sentó a Katsuki en el lavabo.
- Voy a quitarte la ropa - comento en voz baja y suave - ¿Está bien?
- Sí... - susurro con la voz quebrada.
Con cuidado retiro la pijama del rubio, la doblo y en un parpadeo volvió a tomar entre sus brazos al de ojos rubí. Lo sumergió despacio y tratando de no hacer movimientos bruscos. Tomo el jabón líquido y un pequeño trapo rosa, el cual metió al agua y le echo una sustancia pegajosa con olor a vainilla.
‹Patético›
Rompió a llorar quitando con el dorso de la mano las lágrimas que eran camufladas por el agua de la tina.
‹Serás un villano, ningún héroe debe estar roto, tú no tienes arreglo›
Todoroki limpiaba la suciedad del alma de Bakugo en un intento para ayudar a juntar las piezas como si fuera un puzzle.
- No quiero ser un villano... - gimoteo con la voz apagada.
- Eres un gran héroe, Bakugo - replicó el heterocromático - Serás el mejor de todos, lo sé.
Mientras Todoroki se centró en seguir bañando al rubio se quedó embobado viendo las facciones del otro. Su mentón afilado, su nariz refinada, que sus pestañas eran largas, sus cejas parejas y no muy pobladas de vello, su cara limpia de imperfecciones, sus mejillas de un suave rosa y no olvidemos sus labios, bellos y apetitosos según el pensamiento del heterocromático.
Noto lo suave y frágil que podía a llegar a ser su piel, que sus manos a pesar de las miles de explosiones diarias no tenía callos ni nada. Cada pequeño detalle se lo grabo y se prometió no decirle a nadie sobre todo eso que Bakugo le dejó ver. Terminó de limpiar la suciedad que se encontraba en el alma de Bakugo. Lo llevo a su habitación en brazos, le colocó la pijama con cuidado y lo recostó en su cama.
— Le diré a Aizawa-Sensei de que te sientes mal — le susurro suave.
Un quejido de protesta se escuchó del menor.
— También le diré que cuidare de ti hasta que te mejores — el rubio frunció el entrecejo — ¿Está mal si te cuido?
— No ...— se quejó — Pero no le digas a nadie de esto bastardo, solo a la oruga.
— Solo le diré a Aizawa.
Salió de la habitación diciendo que no tardaría y el silencio reino nuevamente, en cambio, las voces no se escuchaban.
¿Hace cuánto tiempo que se estaba muriendo por dentro? Sabía cuál era el motivo, nadie se tenía que enterar .
¿Fue su culpa? No lo sabía, no importaba ¿O sí?— Volví — anuncio neutral.
— Sí... — avergonzado cubrió su rostro con las sábanas.
— ¿Ya te sientes mejor? — preguntó con un deje de preocupación.
— Sí, gracias — murmuró intentando no ser escuchado.
— No es nada — se sentó en la cama de Bakugou — Me dijo Aizawa que últimamente es más a menudo tus ataques, por lo que vi sé que esto es un ataque solo necesito que me expliques por qué pasa esto.
No dijo nada.
— No es nada — sintió su voz temblar.
— Bakugo — dejó la cara del rubio al descubierto — No sé cómo ayudarte si no me explicas.
Subió al de ojos rubí a su regazo para mecerlo suave y lento en un intento de calmarlo.
— Por favor — beso su sien — Descansa, puedes contarme después.
Con cansancio cerro despacio sus ojos para quedar en manos de Morfeo.
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Silence [TodoBaku]
Fiksi PenggemarOdiaba el ruido, pero, el silencio era su peor enemigo.