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Había pasado gran parte de la noche pensando en que si Jimin no me diría quién es, yo mismo lo averiguaría; si Jimin no venía hacia mí, yo iría hacía él.

Estaba sentado en una de las sillas de mi cocina con mi computador, tenía demasiado trabajo, ni siquiera en Londerwork tenía tanto. Estaba estudiando las reglas financieras y viendo las nuevas reformas cuando mi móvil sonó.

Deje caer mi frente en la mesa para después solo tapar mi cara con mis manos, estaba más que avergonzado... Jimin era un sin vergüenza.

"Me gustas" tenía una llamada entrante de alguien ahora registrado de ese modo. No podía dejar de sonreír y no podía siquiera contestar, no quería que notara que me comenzaba a poner nervioso por él.

Después de unos segundos terminé contestando pero no dije nada, no quería que me escuchara.

—¿Jungkook? ¿estás bien?—la preocupada voz de Jimin sonó del otro lado del móvil y aún con mi sonrisa intacta contesté;

—Eres un estúpido.—mientras con mi mano derecha tenía el móvil en mi oreja, con la izquierda jugaba a hacer círculos con una cuchara en mi taza de café.

—Tengo pensado ir a tu casa...—continuó hablando, ignoró por completo lo que le había dicho—pero... tengo un problema.—fruncí el ceño y mis dedos se detuvieron.—¿Puedes venir a el puente?—pidió y solo me dispuse a salir rápido de la casa, sin siquiera cambiarme mi pijama; esta vez era una azul marino.

Al llegar al puente, tratando de controlar mi agitada respiración, solo vi a Jimin sentado sobre la estructura de cantera de aquel puente mientras tenía su vista puesta en el cielo con una gran sonrisa y sus pies jugaban en el aire. También que tenía dos inmensas cajas de cartón en el suelo. Camine hacia Jimin quedando justo en frente de sus pies.

—Llegaste rápido.—habló aún con su sonrisa mientras se encogía de hombros.

—¿Cuál es el problema?—contesté un poco confundido, creí que se había caído en el lago o algo parecido.

De un salto bajo de aquel puente y tomó una de las cajas, y yo sonreí al ver que Jimin desaparecía por completo tras ella.

—¿Podrías ayudarme con esa otra?—hablaba fuerte mientras caminaba a dirección del bosque.

Tan solo lo imite y comenzamos a caminar, iba tras Jimin un poco confundido por ir a dirección de mi casa con dos cajas inmensas, pero era Jimin de quien estaba hablando... con él nada era normal.

Al llegar abrí la puerta y enseguida entró, no me dio tiempo ni de cerrarla cuando Jimin ya se encontraba subiendo las escaleras aún con la inmensa caja en sus manos. Cerré la puerta lo más rápido e hice lo mismo que él.

Ya en mí habitación se puso de rodillas y comenzó a abrir aquella caja con mucha desesperación mientras tenía una sonrisa inmensa en su cara. Fruncí el ceño y hablé;

—Quiero entenderte.—fui sincero, no entendía a Jimin, cada día hacía algo nuevo y más dudas salían de mí.

—Abre esa también.—dijo mientras apuntaba la caja que yo había estado cargando. Di un suspiro y me puse a abrir la caja. Me sorprendí un poco ya que eran piezas de una silla. Giré hacia Jimin que estaba de mi lado izquierdo y sin quitar su vista de lo que parecía estar armando su silla hablo;—¿Te gustan?—No hubo respuesta de mi parte, tan solo volví a suspirar y seguir armando aquella silla. Cuando terminamos ambos nos pusimos de pie y Jimin arrastró una de las sillas armadas y salió con ella hacia mi balcón, después regresó por la otra e hizo lo mismo. Yo solo me limitaba a verlo.—¡Jungkook, ven!—gritaba desde afuera de mi balcón y salí.

MÁS ALLÁ DE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora