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—Jimin, lo siento tanto.—apenas y podía pronunciar las palabras.

Me sentía un completo estúpido. El saber todo lo que lo hice sufrir a causa de mis dudas y mi maldito dolor, era algo que no podía perdonarme.

Por centrarme sólo en mí, ni siquiera noté cuánto dolor había puesto en él.

Jimin tan sólo me veía, así como la primera vez que subimos aquella montaña rusa, como cada día que esperaba por mí en ese puente de cantera. Me veía con esos ojos brillantes y llenos de cariño que me mostraba cada vez que me abrazaba o me tomaba la mano.

Al contrario de mí, él no parecía estar molesto. Incluso, él parecía un tanto aliviado.

—Jungkook... deja de disculparte.—hablaba bajito mientras con su mano izquierda tomaba una de mis manos y con la derecha daba masajes sobre la cicatriz del lado izquierdo de mi rostro.

—Deberías estar golpeándome ahora mismo.—contesté demasiado bajo, pero el sólo negó con la cabeza.

—Jungkook...—dijo ahora en un suave susurro.—¿Por qué me besaste?—intentó verme a los ojos pero desvío su mirada, era más que obvio que estaba nervioso y fue cuando caí en cuenta que al encontrarlo fui hacia él para tan solo llegar y besarlo. No fui capaz siquiera de decirle nada.—¿Qué... qué hay de tu... primer amor?—bajó su vista y su tono de voz había cambiado completamente.

Esto hizo que sonriera aún más. De verdad Jimin no tenía idea que me había enamorado de él dos veces.

—Creo que lo amo más que nunca.—dije en un intento de puchero y Jimin inmediatamente levantó su vista hacia mí soltando mi mano.—De verdad, creo que es un idiota.—Jimin frunció demasiado el ceño y su rostro demostraba que estaba completamente enojado.

De nuevo sus ojos se habían hecho cristalinos, y puso distancia entre los dos. Caí en cuenta de lo que había dicho y lo mal que sonaba para alguien que no entendiera mi estúpida lógica.

—¿Entonces por qué me besaste?—retrocedió unos pasos.—¿Por qué... por qué sigues haciéndome esto?—continuó más bajo y le intenté tomar de la mano pero no me lo permitió.

Giró sobre sus talones y comenzó a avanzar dejándome parado mientras intentaba encontrar una manera rápida de explicarle que era él a quien tanto amaba.

—¿¡Cómo es que jamás te diste cuenta!?—grité un poco para que escuchará. Avancé los pasos que se había alejado y al llegar a su lado tomé su mano derecha haciendo que girara hacia mí.—Eres tú Jimin, tú eres mi primer amor.

Él por su parte no parecía entender. Lágrimas salían de él sin parar, pero aun así mantenía su vista en mí. Pasó su mano libre sobre su rostro en un intento inútil de limpiarlo, casi desesperado conmigo.

—Dijiste que lo habías encontrado...—su tono de voz demostraba que estaba más que confundido.

—Jamás lo encontré. Creí que no era bueno para ti, así que pensé que la mejor manera de alejarte era mintiendo sobre eso.—me sentía un idiota justo ahora.—Jimin, me enamoré de ti desde que éramos unos niños, y luego de todos estos años hiciste que me enamorara de ti por segunda vez.

Un sollozo salió de él, así que lo jale un poco más a mí para que llorara en mi pecho. Lo sentía temblar, lo escuchaba sollozar, incluso sentí uno que otro golpe en mi pecho.

MÁS ALLÁ DE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora