C A P I T U L O 24

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EDITADO

CAPITULO 24:

Los sabios dicen que la música amansa a las fieras. Y aquí estoy yo para desmentirlo.

Me gusta escuchar música sola, pienso que eso junto con un libro en tu mano es uno de los mayores placeres del mundo.

Lo que para mí no es un placer es estar en un cubículo encerrada con personas que apestan a alcohol y a tabaco.

¿Cómo he acabado aquí?

La razón tiene nombre y apellido.

Lucía Williams.

Sí, mi "cuñada"

Y sí.

"Cuñada" entre paréntesis todavía parece acordarse de que su hermano es mi profesor particular.

A decir verdad que se me refiera así me incomoda un poco, pero sé que no lo hace con mala intención.

-¿Quieres algo de tomar?- Me gritó literalmente en el oído.

-No, lo que quiero son unos nuevos tímpanos, después de esta noche los necesitaré

-Anda Ale, llevas toda la noche con el ceño fruncido, diviértete un poco y suéltate la melena.

Me tome del coletero y solté la coleta rápida que me había hecho antes de salir de casa.

-Ya me he soltado la melena ¿Contenta?

-Ja Ja Ja, me encanta tu humor sarcástico, iré a por un poco de alcohol, a ver si así empiezas a disfrutar un poco.

Sii, yupi, alcohol.

Alcohol + Alexandra = Dormirse y tener sueños eróticos.

Está científicamente demostrado por un estudio que ha hecho el instituto internacional del las paranoias mentales.

Ya ha pasado una semana desde que amanecí en casa de Dani.

Una semana desde que auto imagine como sería mi primera vez con mi mejor amigo.

Dicho así parece que algo falla en mi centro de operaciones, más conocido como mi cabeza.

-Ya vuelvo- dijo Lucía con dos bebidas en sus manos- toma esté es para ti.

-¿Qué es?- pregunté mientras lo olisqueaba.

-Es un sexo en la playa.

Qué casualidad.

Yo no tengo sexo en ningún lado, y menos en la playa.

Mentirosa, tú tienes sexo, no es de cuerpo presente, pero igual es sexo.

Ya estaba tardando en aparecer el pequeño traidor que tengo por subconsciente.

Sí, también tengo novio, es inexistente pero tengo novio.

Eso no es igual.

Claro que lo es, ninguna de las dos cosas ocurren en la realidad.

Tus pensamientos te excitan en la realidad

Vale, creo que acabo de humillarme a mí misma.

Definitivamente, no soy normal.

Un solo de guitarra me sacó de mis pensamientos.

Miré hacia el escenario abarrotado de gente con luces coloridas saliendo disparadas de ciertos lugares.

Las personas comenzaron a gritar emocionadas a su alrededor.

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