Ouma estaba pegado a la puerta esperando a Saihara ya que habían pasado dos día sin que Saihara bajara a darle de comer.
Después de un rato volvió a oír el micrófono.
¿Ya aprendiste la lección?
Ouma: ¡L-lo hice! Lo juro, no te volveré a contradecir. (Maldito hijo de perra)
Después de un rato la puerta se abrió mostrando a Saihara con un plato de comida, Ouma se sentó cuando Saihara le dio el plato. No pasó mucho tiempo para que terminara.
Ouma: Gracias...
Saihara: De nada, solamente vi que sí me obedeciste.
Ouma: Oye... Te preguntaré; ¿sabes algo de mi familia...?
Saihara: ¿Qué? Jajajajajajaja, Ouma-kun qué gracioso.
Ouma: ¿Eh?
Saihara: Yo soy tu familia ahora, seré en lo único que pienses si es que quieres salir alguna vez de aquí.
Ouma: Pero... ¿No eras mi novio?
Saihara: Y pronto tu esposo.
Ouma: ¿Qué?
Saihara: ¡¿No te emociona?!—Tomó de los hombros al pelimorado. —
Ouma: S-sí, mucho, estoy muy feliz. —Hizo una sonrisa forzada. —
Saihara: Me alegra. —tomó el mentón del más bajo y lo besó. —
Kokichi seguía sin acostumbrarse a ese tipo de besos, se separó para abrazar al más alto que prefería mil veces eso a qué lo besara. Saihara correspondió.
Saihara: ¿Hmmm? ¿Por qué estás temblando? ¿Acaso es de la emoción?
Ouma: S-sí, me emociona mucho ser tu... ¿Esposo?
Saihara: No me mientas. —Abrazó más fuerte al pelimorado. —
Ouma: N-no... Puedo respirar...
Saihara: No veo auténtica emoción, ¿por qué mientes? Eso me enoja mucho. —Siguió apretando más fuerte. —
Ouma: L-lo... Siento... S-si... Si me e-emocion—
Saihara soltó a Ouma y éste cayó al suelo respirando agitadamente.
Saihara: Qué exagerado. —Lo tomó del brazo para tirarlo a la cama y se subió encima de él. —
Ouma solamente lo miraba, realmente estaba muy débil ya que hace tiempo que no comía. Saihara rió levemente para volver a besarlo y después separarse.
Saihara: Tal vez mañana te compre ropa, ¿te gustaría?
Ouma: ¿Puedo ir...?
Saihara: Puedes.
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Un sueño de libertad.
Fanfiction¡Hola! Soy... Creo que mi nombre es Ouma Kokichi... Tengo ¿17? He vivido desde hace mucho en un sótano, creo que desde los 6 años... No es tan malo como piensan, siempre un chico de 19 años viene a darme de comer, a veces hablamos, parece muy amabl...