Capítulo 8

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Ouma se había quedado dormido en la puerta. Saihara la abrió haciendo que Ouma se cayera golpeándose en la cabeza.

Ouma: A-auch. -Se levantó sobando su cabeza. -

Saihara: ¡L-lo lamento...! ¿En serio te quedaste ahí? Perdón por tardar.

Ouma: Solamente quería que cumplieras lo que prometiste...

Saihara: Primero tendremos que cambiarte.

Ouma: ¿Ah?

Saihara: No puedes salir así, con el cabello muy largo, sucio, muy delgado, tan sólo con verte pensarían que estuviste secuestrado.

Ouma: ... Entonces, ¿puedo bañarme?

Saihara asistió para después por obvias razones cargar a Ouma hasta el baño.

Ouma: ¿T-te vas a quedar mirándome?

Saihara: Ya no hay nada que no haya visto, ¿quieres estar limpio o no?

Ouma suspiró para quitarse la ropa quedando desnudo. No pudo mirar a Saihara, solamente se metió a la ducha para abrir la lleve del agua sintiendo cómo caía, hasta que vio como Saihara sin ropa se metía con él. Avergonzado Ouma se tapó los ojos.

Saihara rió levemente y abrazó a Ouma por detrás.

Ouma: S-saihara-chan no, no por favor...

Saihara: Tranquilo, seré suave ya que estamos en la ducha y no quiero que te caigas.


Besó el cuello de Ouma separando sus piernas para que con sus manos tomara su miembro y lo introduciera en la entrada del pelimorado, Ouma gimió fuertemente, Saihara le puso la mano en la boca y se empezó a mover.

Ouma se sostuvo de las llaves para abrir el agua fuertemente.

Saihara: Estás babeando mi mano... Parece que te está gustado.

Ouma negó con la cabeza cerrando los ojos fuertemente hasta que sintió nuevamente el líquido caliente dentro suyo después de media hora en la misma posición y ritmo.

Saihara: Ahora sí vamos a bañarnos.

Después de bañarse; Saihara le puso ropa que tenía en su armario a Ouma, que lamentablemente le quedaba grande.

Saihara: Parece que llevas un vestido. —Rió levemente. —

Ouma: Huele bien... —Se sonrojó oliendo la camisa ya que nunca había olido tan bien, normalmente su ropa olía a encierro. —

Saihara: Te ves muy lindo... —Abrazó a Ouma y este correspondió confundido.— Hoy dormirás conmigo.

Ouma: ¿E-en serio? Gracias...

Ouma se acostó en la cama de Saihara sintiendo que era realmente cómoda, su cama siempre fue dura pero ya se había acostumbrado, Saihara se acostó a su lado, Ouma no tardó en dormirse por la sensación de comodidad, también que Saihara le acarició el cabello hasta que también durmió.

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