My Hero's Love

C a p í t u l o 10

Lengua larga.

— ¡Tsuyu-chan! —gritó Uraraka sorprendida por la acción de su amiga.

¡Se llevaba a Deku por el pasillo!

Ya iba a remontar carrera para seguirlos, cuando Iida le frenó.

— ¿Iida-kun?

—Uraraka-kun, hemos sido malos amigos para Midoriya hasta ahora —le frenó Tenya, con deshonor—. Déjalo esta vez. Posiblemente Asui-kun hable con él, y cuando nos necesite, aquí estaremos.

La castaña asintió conforme, mientras Ashido le reclamaba a Todoroki porque este había cerrado el paso con su hielo.

El chico tenía el presentimiento que Tsuyu solo quería ayudar a Midoriya.

Aunque le hacía sentir como un inútil no poder ayudarle.

—Todoroki-kun, ¿y qué tal si te hago una pregunta a ti? —añadió la chica de cabellos rosados a Shouto.

—Paso.

El chico ya se encaminaba a su habitación cuando el comentario de Mina le hizo detenerse.

— ¿Es cierto que te gusta Deku?

Los allí presentes se quedaron observando al aludido, que solo detalló el suelo mientras sentía las miradas como aguijones sobre él. Esta situación de verdad no le gustaba en lo absoluto.

—No —respondió frívolo encarando a la de tez rosada.

No se rendiría tan fácilmente.

— ¿Y el día que le defendiste cuando todos queríamos escuchar? ¿Ah? ¿Y tu pelea con Bakugou?

Vamos, quería que el TodoDeku se hiciera real de una vez por todas.

Todoroki Shouto no tenía respuestas para ese momento. Solo podía permanecer impasible cuando el silencio empezaba a hablar por él.

Y entonces alguien salió en su defensa.

—Ashido-san. Creo que estás llevando esto demasiado lejos. Él no fue el único que nos recordó lo poco respetuosos que estábamos siendo. Si ya dijo que no es así, deberías creerle.

Todoroki Shouto miró la cara seria de Yaoyorozu al enfrentar aquella situación. Los presentes quedaron satisfechos con esa respuesta y poco a poco fueron abandonando el pasillo.

Ashido Mina solo asintió sin palabras y se retiró. Quizás había sido muy cabeza dura al entrometerse en la vida de los demás de esa forma.

Momo le dirigió una sonrisa amable al de ojos heterocromáticos, el cual le correspondió con una cabezada.

—Gracias.

El chico se encaminó de nuevo hacia su habitación mientras Momo seguía preguntándose una y otra vez si sería cierto.

Probablemente sí, a juzgar por lo que logró decir su silencio a falta de palabras acertadas.

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—... ¡¿Asu- Tsuyu-san?! ¿Q-q-qué haces? —preguntó Midoriya Izuku al ser arrastrado por la lengua de su amiga rana.