Ian Brown ha sufrido maltrato por parte de su madre desde pequeño, él quiere cambiar su vida y lo conseguirá con ayuda de su compañero de química, quién ha decidido no separarse de él un minuto. Pero... ¿Qué pasa cuando dos personas mentalmente ines...
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No tengo perdón, lamentablemente me bloqueé totalmente con el final, como si me costará dejarlo ir :'u Por ello probablemente el final no sea tan bueno pero me esforcé, incluso sé que debo mejorar en mi forma de escribir xd
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Había sido como una promesa silenciosa de mi parte, y tenía que hacer lo que fuera por cumplirla. Incluso si tenía que arrastrarme y suplicar lo haría con tal de tener a Alan conmigo, lo que hiciera falta lo haría sin importar qué. Así lo había decidido.
No me dirigió la palabra cuando lo conduje, sujetándolo de la mano, hasta el auto en el que vine.
—Espera, mejor vayamos en la camioneta...
—No. Es conveniente cambiar de vehículo, continuaremos en el auto en el que vine... Y yo conduciré.— Sentencie sentándome en el asiento piloto.
No sabía siquiera lo que él podía estar pensando, me di cuenta que su comportamiento era contradictorio en ocasiones, por lo que no eran claros sus objetivos. Miré a Alan de reojo y sostuve el volante con algo de fuerza por un momento. No había manera de saber que pasaba por su mente, y eso era algo frustrante para mí.
Por eso, a cualquier costo debía mantenernos juntos.
Encendí el motor poniendo el auto en marcha, faltaba poco para llegar a la frontera. El silencio reinaba durante los últimos treinta minutos que habíamos recorrido, haciendo el trayecto algo pesado. Unos segundos después, un suspiro salió de su boca mientras observaba a través del cristal de la ventanilla del coche.
—No entiendo... La razón de que quieras seguir conmigo después de todo lo que hice. Tú no tienes nada que ver, ni siquiera sabes lo que pasará.— Con un tono monótono en su voz, Alan cortó el silencio.
—Recuerdo que en tu desesperación casi me rogaste venir conmigo... Además, no podía dejarte solo ya que eres lo único importante que tengo ahora, porque me terminé enamorando de un pequeño mentiroso entrometido.—
—¡¿Porqué tienes que decir algo como eso?! Estas siendo tan honesto de repente...— Refunfuñó irritado.
—¿Que es lo que está mal, Alan? ¿Que hizo que quisieras escapar? ¡Sólo quiero cuidar de ti, no me importa nada más! ¿Porqué— Volví mi vista al frente notando que algo iba mal, el auto estaba bajando la velocidad, hasta que finalmente se detuvo por completo en la carretera.
—Quedó sin gasolina... ¿No es genial?
No hice caso a su tono burlesco y lleno de sarcasmo, prefiriendo ocuparme en resolver esto.
—Debimos usar la camioneta, ya le había cargado gasolina...— Renegó cuando bajamos del auto.
No dije nada, caminé hasta el maletero del auto e introduje la llave que correspondía para abrirlo. Alan se acercó justo cuando encontré lo que buscaba, y sujetando el bidón con combustible lo miré esbozando una ligera sonrisa.
—No todos esperan a encontrar un autoservicio para cargar combustible, hay quienes son más listos y preparan una reserva de emergencia.
—¿Ya sabías que estaba eso ahí?— Se cruzó de brazos frunciendo el ceño cuando negué—Entonces sólo fue una suposición... ¿Y que hubieras hecho si no hallábamos esto?
—Hubiera sido un inconveniente tener que esperar aquí a que pasara otro vehículo.
Me ocupé de cargar el combustible, al cabo de algunos minutos el tintineo de unas llaves llamó mi atención, la llaves que había dejado en la cerradura del maletero ahora se encontraban en manos de Alan, quien no hacía más que jugar con ellas recargado contra el vehículo.
—No juegues con las llaves, dije que sería yo quien conduciría.
Alan siguió sin hacer caso mientras se acercaba, dejé el bidón sobre el asfalto de la carretera y me giré para tenerlo de frente. Curvó una sonrisa de lado antes de alzar la vista.
—Es un poco gracioso, el lío en el que nos hemos metido... No hay marcha atrás de ahora en adelante— Eso lo tenía claro, sin embargo me era difícil comprender su comportamiento. Llevó su mano libre a un lado de mi rostro con sus ojos fijos en los míos.—Eres un gran chico, Ian.
—¿Porqué siento que parece más un reproche que un cumplido?— Cuestioné absorto en sus palabras.
En lugar de contestar, se aproximó aún más con la intención de cortar la poca distancia entre ambos y unir nuestros labios. No me importó, cedí al anhelo de su cercanía, perdiéndome. Deseando grabarme su olor, el sabor de sus besos y el calor de su cuerpo, poder absorber todo de él, y que él tuviera todo de mí.
Lo estreché con fuerza, pegando aún más su fisionomía a la mía, siguiendo aquel beso. Pero todo se rompió en ese momento, tal vez esa ilusión o mi corazón, sin embargo supe que esto era real.
El sonido de un disparo hizo eco en el bosque dejándome paralizado, afloje mi agarre en sus brazos y baje la vista topándome con un arma a un costado de mi abdomen, busque rápidamente la mirada de Alan, quién no había dejaba de verme sin expresión. Se alejó cuando intenté agarrarlo nuevamente.
—A-Alan...— Articulé con dificultad, soltando un jadeo al llevar mi mano a la herida, doblandome un poco del dolor.
—Hasta aquí llegamos... Y nos separamos.— Murmuró retrocediendo al tiempo que me acercaba torpemente.—Lo lamento.
—¡Alan!— Perdí el equilibrio al querer abalanzarme hacia él, comenzó a alejarse corriendo hasta subirse en el auto y marcharse—¡ALAN!
Gruñí al intentar incorporarme, fallando en la tarea. Totalmente mareado en ese momento.
—Alan...— Susurré contemplando cómo iba alejándose cada vez más.
Cerré mis ojos dejando que algunas lágrimas se deslizaran por mi rostro, esto se sentía como un Déjà Vu. Mi vista estaba borrosa, el dolor en la herida me era insoportable al grado de debilitarme mientras más sangre iba perdiendo, sin embargo me forcé a mantenerme consciente.
El dolor que sentía se hacía inaguantable a medida que el tiempo pasaba, notaba que iba perdiendo la conciencia por momentos. El sonido de unas llantas detenerse abruptamente cerca de mío captó mi atención, perdí el conocimiento luego de ver una silueta bajar del vehículo. Entonces todo oscureció.
