Después de terminar el horario escolar ambos salimos del instituto, la chica rubia se acercó a penas vio a Alan, él se negó a acompañarla esta vez y se despidió mientras nos íbamos. Caminamos juntos un buen rato en silencio, estaba algo distraído meditando mi comportamiento, había sido extraño.
-¿Dónde vives?- Pregunté al darme cuenta que llegamos al parque donde esperé ayer.
-A decir verdad... Vivo a un lado de Bianca- Confesó refiriéndose a la chica rubia, mirando en otra dirección.-Quise acompañarte.
-¿Porque?- Cuestioné ansioso por su respuesta.
-Yo... No lo sé...- Contestó algo confundido.
-¿Qué clase de respuesta es esa?-Volví a interrogar, su respuesta no tenía una lógica.
-Ian... De verdad lamento lo de hoy- Se detuvo un momento.-Tenía curiosidad, pero aún así no es excusa.
-Ya olvídalo, Alan.- Suspiré girando mi rostro hacía él.--Será mejor que vayas a tu casa, la mía está a unas cuadras.
Asintió con lentitud no muy convencido y se volteó caminando de regreso, esperé unos segundos me dirigí a casa. Al entrar no escuché ningún ruido, subí las escaleras hasta mi habitación dejando la mochila a un costado de la puerta sacando el libro de historia.
Luego de un rato de estudio comencé a aburrirme, pensando de pronto en Alan; no había pasado una hora desde que hablé con él y ya estaba pensando, incluso cuando lo tengo enfrente mío pienso en él. Sacudí mi cabeza y me concentré en terminar de estudiar antes de que llegara mi madre.
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Durante la noche escuché el sonido de la puerta, y las pisadas en la planta de abajo. Giré la cabeza sobre la almohada y miré el reloj despertador, eran casi las 4 de la madrugada. Me acomode nuevamente en la cama logrando volver a dormir.
Para las siete de la mañana ya estaba listo y saliendo de casa, al pasar por la sala vi a Adelina desparramada en el sillón y varias botellas de alcohol a un lado sobre el suelo. Caminé hasta la parada del bus y esperé unos minutos, a penas llegó el transporte me subí sentándome junto a la ventana, cerré mis ojos recargando mi cabeza contra el asiento.
El rostro sonriente de Alan se hizo presente en mi cabeza trayendo me nuevamente a la realidad, sacudí mi cabeza tratando de despejarme, desde que lo había conocido me sentía extraño, algo diferente.
Bajé y caminé hasta la entrada del colegio, viendo a Alan adelante entrar junto a esa chica ¿Serían novios? ¿Porqué me preocupaba que lo fueran? Entré al salón y me senté junto a él, esperando que la clase comenzará de una vez ¿Que adolescente normal quiere algo así? Era absurdo, no lo entendía.-Hey, ¿Estás bien?- Preguntó luego de un rato viéndome.-Luces algo molesto.
-Sí, estoy bien.- Respondí volteando mi rostro hacia él un momento, encontrándolo muy cerca.
Trague saliva regresando mi vista al frente mientras sentía el corazón palpitar acelerado, ví de reojo como se recostaba sobre su mesa y cerraba sus ojos, lo contemplé un segundo antes de que volviera a hablar.
-Ok, avísame cuando llegue el profesor.-- Musitó acomodándose en el pupitre, usando sus antebrazos como almohada.
-Bien.- Solté un bostezo y recargue mi codo en la mesa, apoyando mi cabeza en la palma de mi mano.
Toque suavemente su hombro y lo sacudí despertándolo cuando el profesor atravesó la puerta del salón, la clase concurrió con normalidad y salimos juntos apenas sonó la campana de receso, al llegar a la cafetería él se fue directamente con Bianca, me senté una mesa vacía dejando mi almuerzo de lado sintiéndome molesto en ese momento, sin poder evitarlo dirigí mi vista hacía ellos mientras conversaban, Alan se levantó y caminó hasta mi mesa.
-¿Porque no viniste conmigo?-- Inquirió levantando las cejas.
-No lo sé...- Dije un poco sorprendido, haciendo que soltara una carcajada.
-Vamos.
Me puse de pie y fui con él, si sabía porque no lo seguí; no estaba seguro de que yo le cayera bien a ella, aunque no me importaba lo que pensara. Nos sentamos frente a Bianca mientras ella sonreía de manera extraña.
-¡Hola! Soy amiga de Alan.- Saludó efusivamente.-Me llamo Bianca.
-Soy Ian, un gusto.- Me presenté, un poco reticente.
-Sí, ya se... Alan me habló de tí.- Comentó soltando una pequeña risa.
El resto del almuerzo fue básicamente escuchar a Bianca hablar de cualquier cosa, diciendo cualquier tontería de la cual solo Alan encontraba graciosa, no lo entendía. Me molestaba ella, su presencia era irritante. ¿Porque las mujeres son así de escandalosas?
Mientras regresábamos a clases vi a Alan de reojo, no estaba seguro de lo que me pasaba, y no sabía si deseaba saberlo. No hablamos mucho después de cada clase, al salir él se despidió con la mano y se fue con ella. Caminé hasta el trabajo a pesar de que me sentía cansado.
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Tóxico Amor
Cerita PendekIan Brown ha sufrido maltrato por parte de su madre desde pequeño, él quiere cambiar su vida y lo conseguirá con ayuda de su compañero de química, quién ha decidido no separarse de él un minuto. Pero... ¿Qué pasa cuando dos personas mentalmente ines...