Voz

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[Tony]

— Quiero... verlo. — Intento inclinar la cabeza hacia el frente para poder ver al bebé que no para de llorar, pero Xavier me está dando la espalda, estoy seguro que lo tiene en brazos.

— Crees que te lo mereces?, crees merecerte ver a este niño?... qué fácil, no?, tener sexo, que te embaracen, parir y vivir de lo más tranquilo sin preocupaciones ni nada. — Es otro Xavier, me odia, eso está más que claro. — Me da lástima que sea hijo de un asesino. — No me puedo mover, la anestesia sigue en mi cuerpo.

N-no le hagas nada, es un be...!

— Es un bebé?... oh sí, claro!, los míos también eran unos bebés y no hiciste NADA!, nada excepto matarlos!. — Da más pasos hacia el frente para acercarse a una pequeña camita; el cuello se me cansa, no puedo seguir intentando ver lo que pasa a un par de metros y termino echando la cabeza hacia atrás. Xavier maldiciéndome, culpándome de lo que hice mientras mi bebé sigue llorando sin parar.

Es cierto, no voy a negar que ese día en New York fue más que fuerte, mucha gente murió. Suelen decirme "héroe", un héroe es el que combate el mal y rescata a las personas del peligro pero... no es tan fácil como parece. Los extraterrestres salían de ese portal; por más que matáramos cincuenta, cien, quinientos y hasta mil, nunca se acababan. Posiblemente Xavier tenga en parte razón, cometí un error al terminar con esos gusanos en medio de la ciudad, no pensé en las vidas que costaría.

Sin embargo, qué más podía hacer?, sacarlos de la Ciudad?, ir por uno, sacarlo, matarlo, regresar por otro, sacarlo y hacer lo mismo una y otra vez?, sería muy lento. — L-lo siento... en verdad... perdón. — No puedo evitar que las lágrimas comiencen a brotarme de los ojos. — D-desquítate conmigo, no... no con él.

— Ohh claro que sí!, pero te haré sufrir tanto hasta que sientas lo mismo que yo cuando acabaste con mi familia!. — Entonces lo escucho dar pasos hacia mí e intento por segunda ocasión inclinar la cabeza hacia el frente con tal de mirar qué es lo que va a hacer pero antes de eso siento un fuerte golpe en la cabeza que me deja inconsciente.

Mis ojos empiezan a abrirse poco a poco pero no veo nada, todo está oscuro, ni siquiera sé qué hay delante de mí. Lo que sé es que estoy acostado, se siente un ambiente muy pesado, sobre todo cuando lo primero que me viene a la mente es mi bebé y el imbécil de Xavier. Intento moverme pero hay otro problema; estoy atado de las muñecas y los tobillos. — ¡XAVIER! — Grito con todas mis fuerzas hasta que me cala la garganta, tengo que irme, tengo que irme!.

— Cállate, tu voz es repugnante. — Lo escucho hablar justo en mi oído y claro que me retuerzo aunque no niego que me dé miedo, este hombre es un loco. Entonces la luz se prende y me encandila bastante, así que los mantengo entrecerrados para poder acostumbrarme poco a poco, lo cual es desesperante. — Tú eres el que da asco!, ya suéltame! — Le digo con enojo mientras intento jalarme pero un nuevo dolor me invade, esta vez es en la parte del abdomen. — Aghh!.

— Jajaja, vuelve a hacer eso y te abrirás lo que te cocí, entonces no te ayudaré. — Coció?, lo de la cesárea?, mierda. Ya puedo ver y lo primero que hago es llevar la mirada con enojo a ese hombre. — El bebé... dámelo!, qué le has hecho?! — Si tan solo tuviera el audífono para ordenarle a Jarvis que active un traje — Hey hey hey!, cálmate, aún no le hecho nada, aunque estoy ansioso, esperaba a que te despertaras y bueno, mejor ya hay que empezar. — Empe... empezar con qué?!. — Me preocupa lo que este hijo de perra vaya a hacer, cómo es que no me di cuenta todo este tiempo?, estaba esperando, se estaba esperando a que yo diera a luz para hacer de las suyas!.

— Con darle unos retoques a ese niño para que se vea más lindo, porque como era de esperarse es horrible — Noto que se levanta de la silla donde andaba sentado, se da la media vuelta y avanza pero desde donde estoy me es imposible verlo. Sin embargo a pocos segundos regresa y en brazos trae un pequeño bulto que coloca en la camita que está a menos de un metro de mí. Siento un revoltijo en el estómago, quiero vomitar y la cabeza sigue dándome vueltas mientras intento pensar en alguna solución para poder zafarme; el problema es que no sólo se trata de mí, sino también del bebé. Mierda, me siento tan mal, los ojos me pesan y me duele todo el cuerpo pero no puedo terminar aquí. — N-no lo... — Lo miro y él sonríe pero con maldad, en sus ojos se nota la locura, el dolor... el odio. Del bolsillo de su pantalón saca una navaja, luego baja un poco esa cobijita azul que tapaba a mi hijo y de esa forma logro verlo de lado pero no solo eso, me doy cuenta de que está también dormido. — No le hagas nadaa!!, es... es un bebé!! — Mi corazón se acelera a mil y las lágrimas me brotan de los ojos sin cesar, pues es justo el momento cuando Xavier coloca la punta de la navaja en el cuello del bebé para hundirlo en él?, cortar de lado? hacia abajo?, nononono — NOOOOOOO!!, ¡¡¡JARVIS!!!, ACTIVA CUALQUIER TRAJE!!, Y-YAAMGHMH!! — Me altero tanto que termino gritando, pero al final mi boca es tapada por la mano de ese hombre y la navaja que estaba a poco de quitarle la vida al bebé ahora el filo chocaba con mi cuello; por favor por favor Jarvis!, espero que el micrófono esté cerca y así que pueda escucharme.

Tengo miedo, tengo miedo de morir pero si es por la vida de mi bebé no importa, prefiero mil veces que viva él. Ya no puedo, la energía que me quedaba la he gastado en ese grito, estoy agotado, no... no lo lograr... — TÚ! HIJO DE PUTA!, TE VOY A MATAR!, TE VOY A MAT...! — Por qué se enoja?, pasa algo?, Jarvis me escuchó?, mi vista está borrosa y entonces a lo lejos puedo escuchar una voz que no logro distinguir, no sé si sigue siendo la de Xavier, pero he llegado a mi límite y finalmente ya no oigo ni veo nada, a excepción del último segundo que alcanzo a distinguir una sombra caer, qué era?.

Esa Noche Me Cambiaste La Vida | STONYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora