Basura

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— Tardaste mucho, Rogers — El alto y guapo rubio se vió obligado a voltear en dirección de donde provino esa voz. Nervioso sí estaba, ¿cómo no estarlo luego de tanto tiempo sin poder tener un acercamiento con Stark?. Mientras disimulaba tranquilidad al acercarse a la mesa, intentaba ordenar cada una de sus palabras, lo que menos quería ahora era quedar en ridículo sin saber qué decir.

— Perdón, Natasha me entretuvo — Claro, recibió condones por parte de la mujer. — ¿Cómo estás? — Estúpidamente fue lo primero que preguntó, y sí, aunque lo hizo amablemente, la respuesta del castaño fue como un balde de agua helada.

— ¿Cómo quieres que esté?, solo quiero que digas todo lo que según dijiste que dirás para ya poder irme de aquí — Ante esto, Steve sabía lo que pasaba, el multimillonario estaba enojado, de eso no había duda, el tono con el que hablaba y su mirada lo decía todo. Sin embargo, Rogers no se dejaría llevar por esto, haría lo posible por arreglar todo.

El capitán colocó sus codos sobre la mesa de cristal mientras miraba atentamente al contrario. — Quiero disculparme por todo lo que te hice, no fue justo y fui todo un...! — Las interrupciones no tardaron en hacerse presentes.

— Imbécil — Completó Tony teniendo el entrecejo fruncido. — Ya basta Rogers, tú no sientes nada, jugaste conmigo y eso no pienso perdonártelo, los accidentes no existen, yo estaba ebrio y tú decidiste aprovecharte, ¿ó me quivoco? — Por su parte, Tony ya quería irse, no fue buena idea venir, pensaba.
No podía creerle a Steve nada de lo que decía, ¿perdonarlo?, ¿así de fácil?, ni de chiste.

— Es verdad, todo fue mi culpa — Rogers no haría lo más mínimo por mentir, sería lo más sincero posible en cada palabra que dijera. — Hice mal las cosas y en verdad lo siento.

— ¿Es todo?, ¿crees que una disculpa como esa hará que te perdone? — El menor se puso de pie listo para irse de ahí. No pensaba seguir soportando a su ex-compañero de equipo.

— No, sé que no es suficiente, lo que te hice no tiene perdón — Al ver que el castaño ya estaba por irse se apuró a pararse y detener al millonario; sea como sea no quería dejarlo ir. — Solamente quiero hablar contigo, no te vayas.

Ante esto, Stark volteó a verlo con frustración, ira; en verdad deseaba ahorcarlo con sus propias manos, pero era un lugar público y no quería después tener problemas por asesinato. — ¡Entonces quiero que me expliques por qué mierda me usaste! — Tarde se dió cuenta que ambos estaban en la mira, todas las personas los observaban con sorpresa. Unas molestas por escucharlos discutir y otros porque estaban interesados en el chisme.

— Hablemos afuera — Ordenó el capitán al sentirse incómodo por el hecho de estar siendo observado. Ni siquiera comieron nada. Bueno, Tony se habia comido dos donas acompañadas de un café antes de que el rubio llegara.
Juntos salieron del lugar y empezaron a caminar, pero la tensión estaba entre ambos y Tony empezaba a irritarse. — Te hice una pregunta — Habló esperando una respuesta, esa respuesta que quería saber desde hace meses.

— No te usé.

— Oh sí, claro que lo hiciste, ¿ya se te olvidó?

— No, quiero decir... No quise hacerte el mal.

— ¡Pero lo hiciste!, te metiste a mi cuarto, sabías que estaba ebrio, dormido, ¡y te aprovechaste!, ¡te fuiste sin decir nada!, ¡afuera actuabas como si nada hubiera pasado! ¡NUNCA dijiste nada de lo que pasó!, ¡siempre callado! — El corazón le latía con fuerza, no por emoción, sino de rabia. — Así que ¡¿cómo piensas que con tus disculpas se solucionará todo?!

Steve lo escuchó de principio a fin sabiendo que todo era cierto.

— Sí, fue cobarde de mi parte haber actuado de esa forma porque no fui capaz de decírtelo.

— ¿Decirme qué?

El silencio gobernó por varios segundos hasta que Steve se animó a hablar nuevamente. Estaba por declararse en ese instante, pero tampoco quería tirar todo al drenaje. Lo que sentía por Tony lo diría después. Por ahora solamente deseaba recuperar su confianza sin volver a lastimarlo

—  Q-que eres una persona muy especial.

— ¿Enserio?, ¿sólo por eso?

— Escúchame, Ton...!

— ¡NO!, ¡tú escúchame a mi! — La mirada de Stark se volvió fría y oscura. — Deja de decirme cuánto lo sientes. Lo que me hiciste no se olvida. ¡Por mí, tú puedes largarte, no me importas, eres una basura a la que no quiero volver a ver!

— No, Tony, eso no es lo que...!

— Púdrete, Rogers.

El castaño se fue del lugar en su lujoso auto del año, dejando al capitán con una cara larga de tristeza. Tenía que estar listo para todo lo que le vendría, incluso tal vez unas muy buenas bofetadas.
Ahora mismo ya no sabía qué hacer, estaba perdido y se sentía tan solo. Necesitaba ordenar claramente sus pensamientos para poder saber qué carajo haría.

Salió del café sin siquiera escuchar los reclamos del vendedor por no haber dejado el dinero en la mesa. Subió a su moto y volvió al complejo donde fue recibido por su querida amiga, Romanoff.

— ¿Y bien? — Ella le sonrió deseando escuchar algo positivo, pero la seriedad en el rostro de Steve era tan notable como el mismo trasero de éste.

— ¿Qué quieres que diga, Nat? — La peliroja suspiró amargamente y pasó a sentarse en una de las sillas mientras miraba al rubio que continuó de pie — Lo eché a perder, Tony no quiere ni verme.

— Tienes que ser paciente, era obvio que él no lo tomaría a la ligera.

— Lo sé, yo ya lo sabía pero es que no sé qué hacer, ¿y si lo harto tanto que termina asesinándome?

La fémina rió por escuchar las locas ideas de su amigo que al parecer le estaban atormentando. — Steve, Stark será un dramático, arrogante y todo lo que pienses, pero jamás un asesino.

— ¿Cómo sabes eso?, la gente cambia.

— Sí, pero él no lo haría porque tú eres el pad...! — Error, Natasha estuvo a un segundo de cometer un gran error, algo que no hizo y rápidamente se corrigió. — E-eres el cap, su compañero.

— ¿Qué ibas a decir? — Sin embargo, Rogers notó aquel misterioso cambio de palabra y eso alarmó a Natasha.

— Lo que dije, que es porque eres el cap.

— No, es que dijiste "pad", ¿qué es?

— Steve, ya te lo dije.

Todo estaba mal, Rogers no era un estúpido, algo no le cuadraba porque aparte de eso la espía empezaba a ponerse ligeramente nerviosa.
Ella era ahora la que no tenía idea de qué hacer, por dónde ir ni qué decir. El rubio la tenía acorralada con la mirada e insistencia en sus palabras.

— "Padre de su hijo", eso es lo que Natasha iba a decir — Atrás se escuchó una voz masculina y bien conocida por el par de amigos. — Tienes un hijo, Steve — Era Clint.

Esa Noche Me Cambiaste La Vida | STONYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora