¡¿Tony?!

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— ¡Tony! — Muy tarde, el castaño ya había colgado. A la pobre Pepper se le hacía un nudo en la garganta mientras intentaba marcar al número de su pareja, pero lo único que se escuchaba era la voz de esa irritante contestadora.

"El número al que ha marcado se encuentra apagado"

La desesperación no hacía mas que aumentar, su cabeza daba vueltas por las palabras que Stark le había dicho tan a la carrera. ¿Por qué no le explicó nada?, ¿dónde estaba?, ¿qué pasaba?!, empezaba a imaginarse lo peor. Inmediatamente prendió la laptop para investigar la casa, otras formas de contactar al hombre, pero nada, las cámaras, sistema de sonido, GPS de los trajes, carros, sus intentos fueron nulos. No pudo evitarlo y las lágrimas terminaron brotando de sus ojos hasta deslizarse por las mejillas.

— ¿Estás bien? — Se acercó Happy mirando con preocupación a la mujer que tenía bien agarrado el móvil entre sus manos, pero al escuchar la voz de su "Guardaespaldas" se incorporó ya limpiándose las lágrimas.

— Happy, tenemos que volver ya a California, debemos encontrar a Tony — Se puso de pie para dirigirse al frente donde estaba el piloto, siendo antes detenida del brazo por el contrario.

— Tranquilízate, ¿qué pasó? — Él no entendía nada, antes de preguntar fue calmando a Pepper haciéndola sentarse mientras esperaba algo, una respuesta. — Explícame bien, ¿qué pasó?.

  — Le llamé y él me dijo que debía... debía irse por un tiempo y que, que no le dijera a nadie, que no lo busque — Potts pensaba que algo malo le pasaba a Stark, ¿qué tal que lo hubieran secuestrado como pasó en Afganistán? ¡¿y si lo tienen amenazado?!. — ¡Por eso tenemos que irnos ya! — Levantó un poco la voz.

— Pepper, calma, calma... entiendo todo, pero si Tony te dijo que no lo buscaras, no podemos ir y empezar la búsqueda así por nomas — Sugirió Happy.

— ¡¿Y entonces que quieres que hagamos?!, ¡¿quedarnos aquí a esperar a que lo maten, o algo?! — La verdad era que ella no podía ni siquiera tranquilizarse un poquito, al contrario, los nervios y preocupación se incrementaban. 

— No, mira, si avisamos al FBI o a quien sea que tenga que ver con el gobierno, dará el chisme, entonces vendrá la prensa y todo será un relajo. Podemos... podemos avisar a los Vengadores, tenemos que buscar a Tony lo más sigilosamente posible si es que realmente esté secuestrado. Además es amigo de los Vengadores, seguro ellos lo...!.

— ¿Amigo?, eso ni tú te la crees Happ. — Interrumpió Pepper con una pequeñísima sonrisa de lado.

— ¡Bueno bueno!, es su... su compañero...?, ya pues, la cosa es que ellos nos pueden ayudar a buscarlo! — Contestó muy seguro de sus palabras y por un segundo Pepper guardó silencio, aunque después lo rompió con un simple — Está bien.

En esos momentos iban en pleno vuelo directo a Houston para una reunión que Potts tenía con unos cuantos socios. Sin embargo inmediatamente ella marcó y avisó con una mentira de que su madre había sufrido un accidente, que estaba grave y debía regresarse lo más pronto posible, pidió mil disculpas, pero por suerte ninguno se quejó, solo le dieron deseos de que su mamá se mejorara.

El avión se desvió un poco en dirección ahora a New York mientras que Pepper llamaba a James Rhodes que afortunadamente le contestó.

— ¿Pepper?.

— Rhodes, necesito tu ayuda y la de los Vengadores.

— ¿Qué?, ¿por qué?.

— Es Tony.

— ¿Y ahora que hizo?, ya no me sorprendería lo que ese loco harí...!

— ¡Desapareció, Rhodes!. 

— ¿Qué?, ¿Tony?, ¿cuándo?.

— MIra, tú encárgate de juntar a todos, yo ya voy para allá, se los voy a explicar.

  — De acuerdo — Por supuesto que él no entendía ni un poco, pero a como se escuchaba la pelirroja del otro lado de la línea no debía ser ninguna mentira.

La llamada fue terminada y James comenzó a llamar a cada uno de los Vengadores, claro, excepto a Hulk y Thor, no sabían ni una pizca de ellos.  

Pasaron casi 2 horas cuando el avión con el logotipo "Stark Industries" aterrizó en la pista del aeropuerto y de él bajaron Pepper, Happy y unos cuantos más acompañantes. Harold (Happy) se metió como chofer en un auto mientras que atrás iba Pepper; inmediatamente prendió el carro y aceleró hacia el Centro de los Vengadores que no estaba muy lejos, y con la velocidad que iban llegaron pronto.

— Pepper — Saludó Rhodes recibiendo afuera a la dama quien ni siquiera sonrió, pues lo único en lo que su mente estaba era en Tony. Caminando al lado del mejor amigo de su pareja, entraron al gran lugar y directo a la sala donde solían tener reuniones.

Ella caminaba a pasos largos haciendo ruidos con sus tacones, pero se detuvo al estar ya dentro de la sala, ahí estaban Sam, Wanda, Natasha y claro, el Capitán América, todos estaban sentados viendo cómo la señorita Potts entraba y caminaba hasta el frente. — Lamento haberlos interrumpido, pero... — Dijo un poco nerviosa y casi a poco de llorar.

— ¿Qué pasa? — Preguntó Natasha viendo la triste expresión de Potts. Eso hizo que todos sintieran preocupación y curiosidad de haber sido citados por la mismísima Pepper Potts, quien muy rara vez les hablaba. 

James se sentó al lado de Romanoff sin dejar de ver a la rubia, pero antes una voz exaltada se escuchó. — Tiene que ver con Tony.

— ¡¿Tony?! — Sí, quien dijo el nombre del castaño fue Steve.

— Si... — Todos voltearon a verlo con intriga, pues fue muy eztraña la manera en la que el cap había reaccionado, incluso Pepper se extrañó, pero aún así se decidió a contar todo de principio a fin.

Hasta el mismísimo Rogers se sorprendió por eso y mejor se calmó guardando silencio con tal de escuchar a la pareja de Stark. 

— Es por esto...  — Pepper tomó su celular, tecleó un poco y lo puso en la mesa atrapando las miradas de los Vengadores.

¿Dormiste bien? — Todos comenzaron a escuchar con atención dándose cuenta de que era una llamada y las voces pertenecían a Stark y a Potts.

— Ah, si si, muy bien.

Tony, ¿qué te pasa?, mintiendo sobre tu plática con el Presidente, evades mis llamadas, ¿qué sucede?.

Pepper, yo... lo siento.

¿Tony, estás bien?.

— Sucedieron varias cosas y ahora me tengo que ir, será por un largo tiempo, mira... te pido que confíes en mi y no me busques, no avises a nadi...!

Tony no entiendo, ¿a qué te refieres?, ¿qué pasa?. — 

— Linda, no preguntes nada, voy a volver y cuando lo haga te explicaré todo, pero por favor, no me busques, si preguntan ponles una excusa, ya sabrás cuál.

— ¡TONY!, ¡no puedes irte así por nomas!, dim...!

— Te amo.

— Ton...! Y se acabó. 

Cada uno quedó sorprendido por lo que acababa de escuchar, de repente dudaban un poco, pero luego se decían mentalmente. "Tony no estaría jugando, además se oía apurado".

A todos les entró la preocupación, pero más a Steve que no sabía qué pensar.

Esa Noche Me Cambiaste La Vida | STONYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora