Capitulo 18

0 1 0
                                    

                                                   Orquídea

Miro hacia abajo para ver si la otra cosa todavía sigue por ahí.

Como no la veo comienzo a bajar las escaleras, más despacio esta vez para que no hagan tanto ruido.

Cuando ya estoy abajo comienzo a caminar por donde he venido antes.

La puerta de una casa se abre y una mujer de unos 36 años asoma la cabeza por ella.

Mira hacia un lado y luego hacia otro. Me hace un gesto con la mano y yo me acerco hacia allí.

Abre un poco más la puerta y veo que detrás de ella hay una niña que aparenta 10 años.

-He visto lo que has hecho, ese hombre era mi marido.-parece estar a punto de llorar.
-Mira señora, estaba... - no me deja terminar.
-Infectado, lo sé. Por favor se lo suplico. - pone a la niña delante de ella y continúa hablando. - puedes quedarte con mi hija?
-Esto yo... - levanta la manga de su camiseta negra y me enseña su brazo.

Una mordedura de un tamaño considerable le recorre este.

Miro a la niña, sus ojos verdes miran hacia mí.

-Claro yo... - sin saber qué hago extiendo la mano hacia la niña esperando que ella coja la mía.

Mira hacia atrás, le da un beso a su madre en la mejilla y pone su pequeña mano encima de la mía que tiene salpicaduras de sangre seca.

Nunca he tenido hermanos asique no estoy muy segura de que debo hacer.

Sin decir una palabra más,la mujer se aleja un poco para cerrar la puerta. El sonido del pestillo cerrándose resuena en mi cabeza.

La niña no dice nada. Simplemente permanece callada con su mano encima de la mía.

-Está bien, como te llamas pequeña?-una mochila con forma de mariquita cubre su espalda.
-Merida.Aunque mis amigos me llaman M. - me dedica una sonrisa a la que le falta un incisivo.
-Pues encantada de conocerte M. Yo me llamo Orquídea. - espero a ver que contesta.
-Orquídea, son las flores favoritas de mi madre. - me entran ganas de devolver por este momento pero me aguanto.
-Que bien M. - sus ojos verdes se desvían para mirar el palo de hierro manchado de sangre que sostengo en la mano izquierda.
-Por que llevas ese palo?
-Para matar a los bichos malos, no estas de acuerdo?.-asiente y su pelo rizado le choca en la cara.

Miro hacia donde me dirigia antes y vuelvo a tenderle la mano para que me siga. Me la agarra sin dudar.

Empezamos a caminar y no vuelve la vista atrás. Hacia su casa.

Creo que terminaré queriendo a esta niña.

Éramos Diferentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora