Capítulo 1

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- Ya veo - dijo Scarlett por la bocina del teléfono - Fred, esto debe ser una broma.

Ella hablaba en un tono perturbadoramente tranquilo. Fred, detrás de la línea sudaba frío, tenía el estómago hecho un nudo y el alma pendiendo de un hilo; sacó una servilleta del bolsillo de su camisa y se limpió su grasosa cara redonda, pero permaneció casi imperturbable, apenas se notaba el temblor en su voz.

- No es una broma, quiero comprar el cinco porciento de la empresa; Sé cómo se mueve, las altas, las bajas, conozco a los abogados de confianza, tengo la documentación de todos los que trabajan para la empresa, cosa que tú no tienes porque estás haciendo no sé qué cosas.

Hubo un silencio del otro lado de la línea, Scarlett sonrió a pesar del tono en que le hablaba, pensó en lo que dijo Fred y se rió elegante y tranquilamente, lo cual provocó aún más tensión.

- Ya veo, Fred. Llevas diez años en el negocio, no te mentiré: me gusta tu determinación, así que puedes decirme cuando y cómo vernos para negociarlo - dijo ella con una tranquilidad profesional.

- Me estaré comunicando contigo - dijo Fred en un tono firme y casi seguro, por la tranquilidad y cordialidad que percibió en ella.

- Estaba esperando tu llamada, Fred - estas palabras le helaron el cuello a Fred, haciéndolo balbucear, para luego quedarse en silencio - espero que estés haciendo bien tu trabajo - advirtió.

- Lo hago, sin duda -carraspeó ligeramente. Las pupilas de Scarlett se redujeron y sonrió.

- Oye, ¿podrías explicarme cómo te pondrás en contacto conmigo? Ya que sólo dos personas tienen mi numero personal - preguntó riendo hipnóticamente suave, lo estaba volviendo loco con su agudeza - ¿vas a ir con Rick y Rod a que me llamen, como ahora, cuando se te pegue la gana porque según tú no tengo cosas qué hacer?

- No, esa no fué mi intención - sintió que el mundo le daba vueltas y le costaba hablar sin balbucear, se aflojó el nudo de la corbata, toda la disposición y firmeza que le quedaba lo abandonó.

- No sé cómo creas que funcionen las cosas, pero yo manejo esta empresa, si me quieres quitar aunque sea una piedra, me daré cuenta antes de que siquiera veas esa piedra - Fred trató de interrumpir, pero ella le evadió - y una última cosa, un pequeño detalle: tú no me encuentras, yo te encuentro, y encontraré también el momento en que no te moleste para hablar de ese cinco porciento que tanto deseas.

La tranquilidad y fluidez de esas palabras no se supieron interpretar en el cerebro de Fred con una expresión que concordara, así que ella terminó la conversación.

- Salúdame a Briton y Railey de mi parte, ambos son un encanto.

Colgó dejando un ambiente de suspenso y sonrió triunfalmente, dejando el teléfono sobre el escritorio.

Rick y Rod recogieron el teléfono y Fred salió despavorido de la sala de conferencias sin despedirse, muerto de miedo y corrió al auto tan rápido como su obeso cuerpo se lo permitió sin saber cómo proceder, ¿lo sabría Railey? ¿sería correcto llamarle?, ya en el asiento del conductor decidió llamar a Briton. Se escuchó un confuso ¿Hola?  del otro lado de la línea entre un cúmulo ordenado de gente.

- Creo que lo sabe.

die DunkelheitWhere stories live. Discover now