Crookshanks

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A la mañana siguiente le llego la carta de su padre quejándose de que el hipogrifo había escapado y que buscaría la manera de arreglar eso. A Draco ya no le importaba mucho lo que pasara, solo quería molestar a Granger con eso y nada más.
Bajaron a desayunar tarde, cerca de las 10 de la mañana. Al ser domingo estaba bastante llena. Casi nadie se levantaba temprano los fines de semana.

–Dicen que Weasley esta en la enfermería–dijo Zabbini.
–¿Y eso nos afecta en algo?–preguntó Theo riendo a carcajadas— Blaise, pareces una vieja chismosa.
–Me gusta enterarme de lo que pasa. Se hasta los más oscuros secretos de la gente y solo algunos de ellos los comento, otros me los guardo para cuando los necesite. Como el de Draco por ejemplo–dijo Zabbini señalando a Draco con malicia.
–Ya sabes que no tienes que hacer si no quieres terminar muerto–dijo el rubio mirándolo despectivamente.
–Vamos Draco no te enojes. Que una sangre sucia te haya pegado no es nada malo–dijo riendo.
–¿Quién te pego Draquito?–dijo Pansy. Si no fuera porque ella interrumpió la conversación, Draco ya se hubiera avalanzado contra Zabbini.
–Si "Draquito", ¿Quién te pego?–dijo Zabinni riendo.
–Nadie–dijo el rubio con enojo y saliendo del Gran Comedor.

Cansado de las burlas de sus amigos, decidió ir junto al lago.
Pasando por el pasillo que lo conduciría hacia afuera, vio un gato naranja que lo miraba.
No supo bien porque pero se acerco a él; le recordaba a alguien.

–¿Qué haces solo aquí? ¿Y tu dueño o dueña?–le dijo mientras lo acariciaba. El gato automáticamente comenzó a ronronear calmando los nervios y enojo del rubio.
Como si supiera que ya Draco estaba mejor de ánimos, comenzó a caminar hacia afuera. El rubio como también se dirigía hacia allí lo siguió.
Cuando estaba por ir hacia un árbol que estaba cerca, el gato maulló.

–¿Qué pasa amiguito?–el gato le respondió con un mullido y se dirigió hacia un árbol más cerca del lago.

Capaz quiere que lo siga

Decidio seguir al animal que desaparecía detrás del árbol. Cuando llego junto al árbol, vio una castaña con el gato en sus piernas mientras leía un libro. En cuanto se dió cuenta de que la castaña era Granger quiso dar media vuelta y salir de allí, pero su pie piso una rama que hizo más ruido del que debería.

–¿¡Malfoy!?–dijo asustada–me asustaste, ¿qué haces aquí?
–Eh...yo... –dijo rascándose el cuello–estaba siguiendo a ese gato.
–¿Porqué seguías a Crookshanks? –preguntó la castaña confundida.
–Me dijo que lo siguiera...o algo así– dijo sin saber como explicar– que nombre raro para un gato, ¿de quién es?– intentando cambiar de tema.
–Es mío–dijo la castaña.
–Por eso me recordaba a alguien–dijo en un susurro y pensando en voz alta.
–¿Qué dijiste? –dijo la castaña extrañada.
–Nada, nada–se apresuró a decir.

Se quedaron unos segundos en silencio e incómodos.

—Escucha, tenemos que terminar el trabajo y nos tenemos que juntar a hacerlo. Sigo enojada, pero como Buckbeak se salvo, no te golpeare de nuevo. Así que deberíamos ir a la biblioteca y terminarlo–dijo todo eso como si en esos segundos hubiera estado planeando como decirlo. El rubio asintió con la cabeza estando de acuerdo.

A Draco le molesto que le mencionara lo del golpe, pero como quería terminar ese trabajo lo antes posible no dijo nada.

–¿Qué te parece si lo hacemos acá? –dijo Draco– Es domingo y si vamos a hacer el trabajo prefiero hacerlo afuera.
–Mis libros no los tengo acá, así que iré a buscarlos– se levanto y se dirigio al gato–¡vamos Crookshanks!

El gato solo se movió para acomodarse junto al rubio que ya se había sentado apoyado en el árbol.

–Creo que me prefiere–dijo el rubio con una media sonrisa.

La castaña puso los ojos en blanco y se fue de allí.
Draco quedó junto al árbol. Mientras acariciaba la bola de pelos, pensaba en lo raro de la situación. El podría haberse comportado mal con la castaña pero no pudo.

Hermione
Estaba volviendo con sus apuntes y libros. Llegando al árbol, vio como Malfoy estaba recostado durmiendo contra el árbol con Crookshanks arriba de sus pecho durmiendo también. Esa imagen le pareció muy tierna, pero sus pensamientos no estaban de acuerdo.

Es Malfoy, el no es tierno. Ya no es el niño que conoció en el tren...

Pensó en la mejor manera de despertarlo sin que se enojara. Pero a la chica más inteligente del colegio no se le ocurría nada.
Así que decidió sentarse en frente de él y empezar a buscar en su libro en donde se habían quedado. De vez en cuando lo veía, pero una parte de ella le decía que volviera a concentrarse en sus cosas.

Draco
Abrió los ojos y lo primero que divisó fue a la castaña con su pelo alborotado por el viento y su cara de concentración pero como si se esforzara en hacerlo.

Se ve tierna... NO, NO ES ASÍ.

–Granger, ¿por qué no me despertaste?–corriendo a Crookshanks de su pecho.
–No quería molestarte... Empecemos–dijo sin más explicación.

Luego de lo que parecieron minutos para para ellos, terminaron el trabajo.

–Mira, ya está por atardecer–dijo la castaña sorprendida. Ninguno de los dos se había dado cuenta del tiempo que había pasado. Tampoco se dieron cuenta de que no habían ido a almorzar.
–Si es verdad, y tengo mucha hambre.
–Podemos esperar hasta la cena.
–¡Estas loca! No voy a esperar tanto tiempo–se levanto y dijo—ven, vamos.
–¿A donde?– preguntó la castaña sin levantarse.
–A buscar comida en la cocina. Con Crabbe y Goyle como amigos, se donde es.
—Pero ahí trabajan los elfos que están esclavizados y encima que hacen comida para todos ¿los vas a hacer cocinar para nosotros?–dijo levantándose y enfrentandolo.
–Espera un momento. A ellos les gusta ser así y hacer lo que les dicen. Y los complace más si tienes un trato especial con ellos.
–Pero eso está mal, por algo estoy pensando en crear la P. E. D. D. O–dijo exasperada.
–¿La qué?–dijo confundido el rubio.
–La Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros. Es para defenderlos–dijo la castaña antes de ser interrumpida por el rubio.
–Vamos a ir a la cocina así ves como es que trabajan.

La castaña quiso poner objeción pero Draco le agarro de la mano y la llevó hasta la cocina.
Frente al cuadro que los llevaría hacia allí, los dos se dieron cuenta que estaban agarrados de la mano y se soltaron.
Dentro de la cocina una elfina los recibió con una sonrisa.

–¡Señorito Malfoy, que bueno verlo de nuevo! Y a traído una amiga–dijo la elfina– ¿en que lo puedo ayudar?–el rubio quiso decirle que no era su amiga, pero no pudo.
–Kit, quiero que traigas algo de comida para Granger y para mi, por favor.
–Con gusto señorito, siéntese aquí y yo le traigo todo.

Se sentaron a esperar.

–Ves, te lo dije. A ellos les gusta servirnos y el hecho de pedirles las cosas con un "por favor" hace las cosas diferentes–dijo el rubio.
–Pero creí que tu nunca dirías "por favor" y menos a un elfo. Encima esto está mal, no les pagan ni nada–dijo la castaña extrañada y poniendo objeción. La chica si que era terca.
–No me conoces bien Granger. Si quieres muere de hambre...
–Aquí esta todo señorito—dijo Kit dándole los platos a Draco.
—¡Gracias!—se apresuró a decir la castaña.

Cuando ya estaban en el pasillo, Draco se dió cuenta de que ya había estado mucho tiempo con Granger y le dijo que iría a su sala común.
Dentro de su habitación y comiendo, se puso a pensar en todo el día que había pasado con Granger. No se la podía sacar de la cabeza y eso no estaba bien.
Algo tenía que hacer y rápido.

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