Capítulo V

528 79 52
                                    

El bullicio del exterior le indicaba al par que pronto deberían iniciar con el ensayo programado, de un minuto a otro, el planificador llegaría a interrumpir su importante conversación, esa que no quería terminar hasta conseguir lo que se proponía. El pelinegro, al que le guardaba rencor a causa del matrimonio Park, le estaba entregando información tan vital como el aire que respiraba, misma que lo aproximaba a su salida del papel que se obligó a asumir.

—Supongo que Sehun lo sabe.

—Tal vez— dijo Chan, tomando de golpe el resto de su bebida—. Está de más comentarte que Hunnie no conoce la verdadera razón tras el uso del aparato con los Kim.

—¿Y no temes que yo le diga?— el mayor se cruzó de brazos.

Chanyeol soltó una carcajada, su risa le hizo entender al castaño que sabía más de lo que aparentaba, mucho más, y él ansiaba conocer hasta el más diminuto detalle.

—Por favor Baek, eres el primero en querer ocultárselo— pronunció mientras se esforzaba en no ahogarse—. El señor Oh y tú son los que más perderían si se entera— se levantó, sobándose en medio de las costillas.

Sehun no sabía nada de su pasado, al menos eso comprendió de las palabras del otro, encendiendo una llama en sus entrañas que lo embriagó de una tranquilidad que creyó inexistente. No obstante, aunque el menor fuera un ignorante en ese asunto, no descartaba la posibilidad de que conociera la ubicación de la tecnología neuronal que necesitaba conseguir.

—Tenemos que ir al espectáculo— comentó el alto, viéndose en el espejo móvil para acomodar su azulado blazer.

—No deberías hacerlo. Si no sientes amor, la unión pesará a la larga— susurró mientras su vista se perdía en las ondas que sus movimientos formaban en la bebida.

Se perdió en las escasas burbujas y en el amarillento color, era más claro que el dorado de su sortija matrimonial. En ocasiones, sencillamente olvidaba que adornaba su mano izquierda y, cuando se percataba de su existencia, aun así la sentía vacía. Pero en situaciones como esa, cuando la contemplaba, el aro parecía ganar toneladas de masa convirtiéndose en una carga muy difícil de soportar.

—La persona que amaba se fijó en alguien más— sacudió brevemente los cabellos del castaño—. Sin resentimientos, Baekkie.

Baekhyun hizo una mueca, ¿qué significaban exactamente esas palabras? Dejó la copa y se dispuso a seguir al menor hacia la salida.

... 

El cielo lloraba desconsoladamente y, algunas veces, se iluminaba para desquitar un poco del enorme malestar que lo acongojaba. Debido al gélido clima, la cena en familia en un restaurante cercano se había cancelado. Lo agradecía, en verdad lo hacía, porque todos habían notado lo tensa que estaba su relación con Baekhyun; su padre le cuestionó sobre la situación, los Park se percataron de la extrañeza, y si los Kim hubieran asistido también se hubieran dado cuenta. Sin Jongin y Junmyeon cerca, sólo tenía a Chanyeol para hablar, y no es que fuera malo para dar consejos, sino que en asuntos así prefería considerar las tres opiniones.

Era incapaz de recordar alguna otra ocasión en la que se hubiese instalado en el sofá para pasar la noche, sin el calor de Baek parecía que todo a su alrededor se hubiese congelado, como si lo hubieran trasladado a uno de los polos o al centro de un iceberg en el Océano Atlántico.

Usualmente, las causas de sus peleas se resumían a quemar la comida, desacuerdos en asuntos del hogar o en los destinos de sus viajes, incluso solían fingir celos sólo para obtener la famosa reconciliación. Tragó saliva y dio media vuelta procurando no caer o destaparse.

Forget you «SeBaek» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora