Capítulo VI

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Había estado vagando cuidadosamente por los pasillos de la empresa cuando su presencia fue solicitada por el jefe, y no se refería a Sehun sino al señor Oh. Le hubiese temido a esa reunión si se hubiese creído descubierto, pero no era así, esa era la oportunidad que esperó para hablar con el dueño de la compañía y, si la suerte estaba de su lado, descubrir el paradero del aparato neuronal que debía conseguir.

Los sillones azul egeo quedaron a su izquierda; a su derecha se ubicaba un portagarrafones, un mueble de color chocolate y una planta de sombra; la transparente pared que daba hacia la ciudad se encontraba al descubierto a causa de las abiertas persianas; frente a esta vista, se hallaba el hombre con el que tenía que reunirse.

Oh Chunghee aún compartía rasgos con su hijo a pesar de la edad: su cuerpo estaba ejercitado, era algunos centímetros más alto que Sehun, y su cabello todavía era tan negro como el ébano a pesar de que algunas canas ya se divisaban entre los cabellos.

—Baek, no te quedes ahí— comentó el sujeto desde atrás del escritorio en forma de "L" —. Toma asiento— apuntó a una de las sillas frente a él.

—¿Hice algo malo, señor Oh?— indagó el castaño obedeciendo la indicación.

—¿Por qué tanta formalidad?— cuestionó divertido, dejando los asuntos con la computadora.

¿Cómo se supone que debería tratar a su supuesto suegro? ¿Debía llamarlo por su nombre? ¿Qué clase de relación llevaba Baekhyun con él? Posó su vista en la fotografía enmarcada, alguien con su misma imagen pero con una personalidad completamente distinta.

—¿Hace cuántos años te tomó esta foto? ¿Antes de que te graduaras?— interrogó Chunghee, miró fijamente al menor, parecía perdido en sus pensamientos y no le prestaba atención—. ¿Estás bien?— carraspeó para regresar al otro a la tierra.

—Lo lamento, estaba tratando de recordar.

El mayor lo vio suspicazmente, había algo extraño en él, tal vez era el hecho de que lucía como un niño perdido o, posiblemente, los rumores sobre los problemas maritales eran ciertos. Hacía días, Chanyeol le había comentado sobre el asunto pero no lo creyó cien por ciento cierto hasta ese momento.

—¿Cómo se encuentra Hun? Tengo que continuar con su trabajo debido a su ausencia.

—Padece de un resfrío— respondió el más bajo, colocando las manos entre sus muslos para tratar de disminuir el frío que le provocaba el lugar.

—¿Y las cosas entre ustedes? Supe que pensaban darme un nieto— rió brevemente ante la cara estupefacta de su acompañante—. Kyungsoo se lo dijo a Channie, y él a mí.

El castaño apretó sus labios. ¡¿Acaso ese sujeto se lo contó a todas las familias?! Creyó ese tema enterrado hace dos noches, pero no, la vida se aferraba en recordarle la vida de ensueño de Baekhyun y Sehun, mientras que la suya era una miseria.

—Aún no es un hecho— respondió, esperando tajar con el asunto.

—Espero se decidan pronto, esa noticia me haría feliz.

—Me imagino, sería una novedad, ¿no es así?— soltó mordaz.

Cuando arribó a la oficina de Sehun, tenía el propósito de portarse educado con el hombre, pero no podía tolerar que se entrometiera en sus asuntos. El otro entrelazó sus dedos en lo alto y recargó su barbilla sobre estos.

—No lo negaré— dijo el mayor con una fina sonrisa—. Pero ya te lo he dicho, estoy feliz de que mi hijo te haya elegido.

—¿De qué quería hablar conmigo?— cuestionó, conteniendo su impulso de cruzar sus brazos.

Forget you «SeBaek» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora