CAPÍTULO VIII - MIEDO
—Cómo me dejes chocar contra un árbol te golpeo —musitó la elfa, pisando con recelo el terreno irregular del bosque.
— ¿Por qué no confías en mí? —se quejó él de cabello azul, tomando con firmeza los hombros a la contraria, asegurándose de que la venda no se desprendiera.
—No lo sé, dime tú. —respondió obvia a la inquirie— Además, me sacaste de la nada de la enfermería, es evidente que sospeche que estás tramando algo —alegó ella, estirando sus brazos para buscar equilibrarse y evitar tropezarse con las raíces de los árboles que se asomaban por la tierra.
—Pero no tiene que ser algo malo —hizo un puchero Ezarel, deteniendo a Eweleïn en su andar—. Bien, es aquí. —avisó, empezando a desamarrar la venda para que ella pudiese ser espectadora de su arreglo.
Eweleïn miró lo que estaba frente a ella, sorprendiéndose y con el jubilo empezando a colarse en su sistema; una amplia sonrisa se apoderó de sus labios, mirando a Ezarel con incredulidad y este encogiéndose de hombros.
— ¿Cómo lo encontraste? —le preguntó ella, curiosa, mientras se agachaba para poder tocar con la yema de sus dedos las hermosas joyas de color arrebol con manchas negras, una rara joya de Eldarya que contenía un veneno que, sintetizándose, podía ser la cura a muchas enfermedades.
Ezarel jugó con un mechón de su pelo azul, sonriendo, —Quise ayudarte con la investigación —se agachó junto a ella, sacando una piedra del suelo y palméandola ligeramente para quitarle de encima la tierra—, Miiko no la financiará, ¿No? Parecía realmente importante para ti. —rememoró la ilusión en los ojos azules de Eweleïn cuando hablaba de ello en la cafetería.
—Sí, bueno... —murmuró Eweleïn, algo entristecida por recordar las duras palabras de la kitsune— Escarbar en pequeños puntos específicos es complicado y el procedimiento para separar los componentes no es sencillo... —trató de justificar, Ezarel dándole una de las piedras.
—Déjame ayudarte, actualmente no tengo ningún proyecto —comentaba él, empezando a escarbar otra piedra. Eweleïn lo observó con sorpresa, sin embargo sus labios se oprimieron.
—Ezarel —lo llamó, él elfo se reincorporó y la observó con atención a lo que ella fuese a decir, sin embargo no fueron sus palabras lo que lo sorprendieron, pues ella se hallaba taciturna, sino que ella estiró su mano y acarició ligeramente las ojeras de sus párpados bajos.
Ella era una de las pocas personas con las que no sentía incomodidad al ser tocado.
—No deberías, tendrías que descansar y recomponerte —vociferó ella, comprensiva. Ezarel apartó sus ojos esmeraldas, quedándose en silencio por unos segundos, antes de volver la vista a Eweleïn.
—Me siento inútil, Eweleïn. —confesó, cerrando sus ojos— Siendo arcadas cada vez que veo a los demás trabajando, repudio como todos me tratan como sí fuese un caso especial... —abrió sus ojos, suplicando con ellos a la fémina— Te prometo empezar a cuidarme sí me dejas ayudarte en el proyecto.
Eweleïn suspiró, alejando su mano del rostro del elfo.
—Bien —acabó por aceptar—, pero te estaré vigilando —condicionó, él chico de pelo azul asintió con una sonrisa, empezando a escarbar nuevamente en la tierra, Eweleïn al ver ese comportamiento aniñado de Ezarel no pudo contener una sonrisa. Apoyando sus rodillas en el suelo para empezar a remover tierra.
Sus ojos verdes fueron iluminados por un fugaz destello de tristeza, apoyada en el tocón de uno de los árboles del bosque que rodeaba. Apretó sus labios y bajó con desilusión su mirada esmeralda. ¿Por qué se dejaba tocar con tanta facilidad por ella? Sabía de su relación pasada, sabía el motivo de la ruptura de aquella treta sexual, y sin embargo; seguían siendo amigos, él seguía confiando en ella.
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❝ Domando A Una Bestia ❞ || Leiftan X Nevra
Fiksi Penggemar❝ ━━Una segunda oportunidad para calmar la tempestad ❞ ➸ Yaoi/BL/Gay/Homosexual. ➸ Fanfic del juego Eldarya, las imágenes y los personajes pertenecen a ChiNoMiko, su ilustradora, y a Beemoov, la compañía que los financia. ➸ Leiftan x Nevra ➸ Los e...