"Please Love me"
El amor, siempre a sido un tema que ha dado de hablar y del cual todos quieren vivir, al menos que suceda algo malo, siempre que las cosas no marchaban como uno deseaba uno mismo se rendían al mismo, o encontraban un sustituto.
Tú, en particular eras la persona sustituta, uno puede llamarlo mala suerte, el destino o posiblemente que en tu vida pasada fuistes una terrible persona, pero era claro que cada vez que te enamorabas de un chico o una chica, este solamente te usaba para pasar el rato, poner celoso a sus ex novios o simplemente por no saber cómo decirte que no correspondían tus sentimientos.
Aunque no era totalmente la culpa de ellos, tu siempre te aferrabas a un amor inexistente, repitiendo en tu mente que en algún momento te iba a amar como tú lo hacías.Sin embargo, nunca era así, pasaban un rato, luego empezaba la indiferencia, el maltrato psicológico y físico para terminar en una ruptura.
Renunciaste a la idea de tener un romance decente, incluso habías aceptado la idea que ibas a ser esa persona viviendo con alguna mascota —la cual, si llegabas a morir era seguro que te devoraría si no le dejaste algo que comer.— y no te parecía mala la idea.
Hasta que llegó esa persona.
Donde tú ibas, el/ella iba, te seguía a cada lado flirteando a tu persona, al punto de declarar abiertamente que gustaba de ti.Caso no le hacías, cansada de esos juegos.
Sin embargo, las palabras que te dió un día en particular cambiaron todo:
"—Por favor, destrozarme, golpearme, romperme, empujarme, hacerme sentir basura como todos te hicieron sentir, hacerme vivir en carne y hueso todo el maltrato que te hicieron. Pero, sálvame, y así yo te salvaré a ti de este ciclo sin fin."
Te dejo con la garganta seca y un nudo en la garganta, el que esa persona se ofreciera voluntariamente de esa forma a vivir tal daño era extraordinaria, si era un tipo de broma, era bastante exagerado llegar a aquellos extremos.
Pero no pudiste decirle que no, aunque muy en el fondo no deseabas tal trato a ningún ser humano, querias que alguien más sufriera todo eso, esos golpes, esa humillación, esos insultos.Aún con un nudo en el estómago, solamente pudiste responder en voz baja:
"—Quizás... Quizás."
Cerrando aquel enfermizo y tan distorsionado acuerdo.