366 días ✔

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1 de enero, 2013

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Mi madre me desprecia, quisiera ser capaz de opinar igual respecto a ella, pero no puedo...

La necesito.

La echo de menos tanto como no desearía hacerlo.

Mis padres se separaron en el 2006, me quede con mi padre y mi madre se fue. Sólo fue la confirmación de que me odiaba.

Tenía seis años.

Pero en el 2004 inició todo, me significó la muerte, la pérdida de mi inocencia y mi cuerpo.

Ocurrió durante la madrugada, solo estaba yo y él. Se arrastró hasta mi habitación y se colocó a horcajadas sobre mí. No era consciente de lo que me pasaría, de lo mucho que eso me marcaría de por vida...nadie está preparado para ver a su propio padre de aquella manera: aterrador, amenazante, escalofriante, indecente, siniestro, nefasto...repugnante, cruzando los límites de lo se define como repulsión.

Suena como el peor chiste de la historia, pero es la verdad, mi verdad.

Sí, tengo casi catorce años y soy un objeto, un elemento de uso, soy un pasaje de destrucción...soy un agujero negro en el espacio, insignificante e imponente: infinitamente un desgraciado.