99

27 10 4
                                    

Querido, queridísimo Blue:

Sé que piensas que nunca me calló y lo cierto es que sí, jamás, jamás me calló porque al igual que a ti me costaba hablar... Hubo una época en la que no me aceptaba, hacía un enorme esfuerzo por ser invisible, no quería destacar por miedo a lo que los demás pudieran decir a mis espaldas (en el mejor de los casos).
Me pase la adolescencia en el armario, sé que te reirías de mí y me dirías "que estupidez", pero para mí era el fin del mundo si alguien llegaba a enterarse que era gay y cuando pasó lo fue una temporada, hasta que mi hermana me dijo: ¡Que se pudra el mundo tú eres perfecto!
No intentó comparar nuestras historias yo siempre conté con el amor incondicional de mi familia, tuve a personas en las que apoyarme cuando amigos (que no lo eran) me dejaron de hablar, incluso cuando parientes me rechazaron. Así que, trato y trato de imaginarme en tu lugar y simplemente no soy capaz (yo no habría superado los once años); como te dije hace unas pocas semanas eres increíble, pensar que cuando nos conocimos me intimidaste bastante y me hiciste decir muchas estupideces (¡y no vayas a decir que siempre digo estupideces!), pero el segundo día que trabaje en la cafetería me hiciste superar mi record.

—Nunca vi a alguien doblar servilletas con tanta dedicación —comentaste.

—Es que soy tan gay... ¡Es broma! No es broma que soy gay, sí es broma que mi sexualidad influye en como doblo las servilletas, eso no me define si soy alguien prolijo, solamente define quien me atrae, o sea sí soy gay. Soy gay.

—¿Y qué? —Generaste una revolución en mi cabeza, ¿y qué?, ¿qué importaba?, ¿qué cambiaba quien me gustara?

Si te hubiese conocido cuando tenía catorce años me habrías ahorrado años de drama y habría ganado años de aceptación. Sobre todo te habría ayudado, habría hecho hasta lo imposible para ayudarte... para salvarte.
Perdón, pero leí tu diario y estoy un poco ofendido porque no escribiste nada de mí en él ni siquiera nuestras iniciales adentro de un corazoncito (ni me diste un color como nombre). Y ahora estoy escribiendo en tu diario como venganza (...claro que no).

Las personas que llamaron a la ambulancia me dijeron que tenías mi nota en tus manos...
Blue, es prematuro decírtelo, porque nuestra historia de amor apenas comenzaba, aunque por un año se estuvo formando, tomando fuerza, volviéndose real y para mí eso cuenta, aquí voy:

Escribiste que habías nacido en el día sobrante del tiempo, un día inexistente (como si no existieras), el día 366 (como si no contaras), que tu madre no te quería (como si fuera a definir si alguien más podía quererte), también pediste que te dieran alas (como si no las tuvieras, déjame enseñarte a usarlas, pero antes necesito que me des tiempo, que te lo des).
Por favor vuelve a abrir tus ojos azules, déjame ver tu cabello dorado iluminado por el sol, vuelve a caminar de mi mano no porque la necesites tú, sino porque yo también necesito tomar tu mano.
Dame otros 366 días más a tu lado y luego te suplicare por más porque te amo, no te amo por tu belleza (aunque lo seas), no te amo porque sienta compasión (desde el "¿y qué?" estas tallado en mi corazón), sino porque me enamore de lo que no se ve y ni tú ves.

Blue, Blue, me gusta como suena, pero te equivocas no significa solo tristeza, es mucho más profundo lo que simboliza, déjame enseñártelo, por ahora te diré que el nombre proviene del lapislázuli, una gema...

Si tú eres Blue entonces yo seré tu complemento: Orange.

366 días ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora