Cinco Reinos (Sesshome, Terminada)

Capítulo V

El monje decide ayudar

"El precio de la grandeza es la responsabilidad"  Winston Chorchil.

Temió morir. Taisho peleaba para ayudarle, no podía llegar hasta ella, la bestia le atacaba feroz y con sus habilidades de controlar los árboles era un problema.

La chica veía su muerte cerca cuando de tajo las raíces que le apricionaban fueron cortadas.

Un hombre de cabellos negros y ojos azules le sonreía. Kagome no podía más que pestañear. La salvó, el extraño le salvó de una segura muerte. Desvió sus ojos a los de Sesshomaru, él presencio lo ocurrido.

-¿Se encuentra bien señorita?- pregunta el joven ayudándole a ponerse de pie.

Kagome asiente apenada. De nuevo era salvada.

-Yo estoy bien pero...- apunta donde su compañero pelea fervientemente contra el monstruo -Creo Sesshomaru necesita ayuda- termina, preocupada por su compañero.

-Yo creo que no- dice el extraño observando la batalla con detenimiento.

Los movimientos del guerrero son certeros y bien planeados, a pesar de su habilidad, el Leshy utilizaba demasiada energía, se estaba cansando. Esas bestias aunque poderosas, son torpes. El ganador ya estaba escogido. Aquel desconocido podía verlo perfectamente.

-¿¡Pero, qué dice!?- la princesa se acerca a él -Está peleando contra ése monstruo, ayudelo

- No podría hacerle éso a un guerrero como ése- contesta -¿Acaso no nota su compañero está por derrotar a su oponente, si interfiero, estoy seguro su pelea no serviría de nada

Ella se le quedó mirando, analizando cada palabra dicha por el extraño. Fue cuando Taisho corrió hasta un árbol, saltó, usó su pie derecho contra la corteza para impulsarse y clavar su espada en la cabeza de la criatura. Lo mató.

Entonces la chica comprendió a lo que se refería. Tenía razón, alguien tan orgulloso como Sesshomaru jamás perdonaría alguien se inmiscuyera en su batalla. Cubierto el rostro de sangre verde olivo, del monstruo, se acercó a ellos.

Taisho observó al intruso que salvó a su responsabilidad, princesa torpe. En sus ojos podía ver no era una amenaza. Sin embargo no terminaba de agradable su presencia.

-Soy Miroku, un monje nomada- se presenta para borrar la creciente tensión.

-Sesshomaru Taisho, soldado y escolta de ésa mujer- contesta mientras una gota de sangre le recorre la mejilla.

-Yo soy Kagome Higurashi joven Miroku- dice muy jovial -Gracias por ayudarme

- No me des las gracias chiquita- le abraza y toca su retaguardia. La chica se heriza -Podrias tener un hijito conmigo...- suguiere.

Taisho suelta un gruñido y el monje sonríe, se alejó, comprendió podría terminar como aquel monstruo.

-Perdón- sonríe mientras Higurashi le observa enfadada- Son costumbres de mi pueblo

-¿Pero de qué clase de pueblo viene usted?- arremete enojada.

Ambos se enfrascan en una discusión hasta que el único sensato del grupo los detiene. Miroku afirma haber sentido una alteración en la energía cuando se dirigía a un pueblo para investigar unos extraños ataques. Se sorprendió al ser atacado por bestias salvajes estando tan cerca del reino cental.