Capítulo XIII

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"Aprendí que la gente se va, incluso si hay mil promesas de por medio"
60 días de 365.

Reino Central, hace años

Sus cabellos negros se mesian con la suave brisa, cerró los ojos llenando sus pulmones con el aire puro, aún a sus casi seis años sabía que algo andaba mal con su vida, por éso, decidió escaparse, no era normal el que todos la cuidaran pero nadie la viera sin arrugar el rostro, era extraño, quiso experimentar salir...  Fue la libertad por primera vez. El viento sopla más fuerte, abre sus ojos, contempla el cuadro frente a ella, no podía creer tanta belleza, porque ése jardín silvestre en el patio del bosque era la hermosura hecha realidad.

Corrió con todas sus fuerzas cruzando el campo de flores, los dientes de león se agitan y elevan sus semillas al viento creando una escena jamás imaginada, creando arte digna de admirar.

Reir fue tan espontáneo, reir, su sonrisa no tenía restricciones, no tenía peros en ése momento, no había nadie , se sentía extrañamente segura...

¿Podría ése momento prohibido ser más épico?

Entonces vio el río al otro lado del claro, suspiró, era su oportunidad, se quitó los zapatos, fue hasta la orilla. Parecía no ser muy profundo, decidió arriesgarse. ¿Cuándo volvería a tener una oportunidad como ésa de nuevo?

Cuando los soldados y su padre se dieran cuenta de su desaparición sería un completo caos y sólo cuestión de tiempo para ser atrapada.

Se metió, chapoteo un poco, contenta de estar allí, estar viva. Entonces llegó a lo profundo, se asustó, trató de llegar desesperadamente a la orilla pero ahora su vestido pesada con lo mojado que estaba, trató con todas sus fuerzas hasta tragar tanta agua que se desoriento, dejó de chapotear,  se hundió.

Podía sentir su cuerpo ir hacia abajo, lentamente, muy lentamente, sólo unos pocos rayos de sol se filtran por las aguas frías, las burbujas de aire que se le escapan flotan hacia la superficie, eran tan bonitas, ella iba a morir. Cerró los ojos.

Un jalón, unos labios, una vida.

Se despertó desconcertada, agena a lo ocurrido, tosia agua por borbotones. Al voltearse se encontró con la persona que se convertiría en alguien especial para ella, ésa persona caisante de sus anhelos, hasta michos años después. 

Por primera vez dos pares de ojos se encontraron, unos confundidos y otros bastante inexpresivos.

-Chiquilla torpe- dijo el chico de cabellera negra.

-¡Oiga!- se puso de pie muy derecha, como le enseñaron -No le permito hablarme de ésa forma...- el comentario le molestó.

-Yo le hablo a las torpes como lo que son, torpes- sonrió socarrón.

La niña apretó los labios, no sabía qué decir o hacer, jamás nadie la había tratado así, ése tipo de conversación era nuevo para ella, le sacó la lengua molesta. Era todo cuanto podía hacer. Perdió totalmente la etiqueta, si sus maestros o su padre la vieran estarían escandalizados.

El chico se carcajeo, ésa niña le resultaba ilarante. Desde que le pilló corriendo en el claro supo debía estar loca o al menos ser muy rara. No se equivocó, solo de notar que entró al agua con ése elegante vestido al agua supo habría problemas. Gracias al cielo decidió quedarse para ver el desenlace de ésta historia, de lo contrario, se hubiera ahogado y encima la ingrata ni las gracias le daba. Toda una mal educada. Tipico de ésas niñas ricas.

Bufo por lo bajo cruzandose de brazos para contestarle, pero la reacción de la niña no se la esperó jamás, fue muy graciosa para él. A sus siete años jamás vio una expresión tan genuina.

Cinco Reinos (Sesshome, Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora