Capítulo VII

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Las luces del alma

Kagome intenta salvar al ser color verde atrapado, sin mucho éxito. Se recriminaba ser tan débil.

-Usa más fuerza- dice desesperado.

La chica tomó aire, el sonido del agua que corre por la caverna le llena los sentidos auditivos. Debía ayudar a ésa ceiatura pero cómo, ella no era fuerte ni mucho menos. ¿Por qué su padre jamás le permitió hacer nada por ella misma?

Sesshomaru ya estaba mucho mejor, le observa, no comprendía el empeño de ésa mujer torpe. Siempre con sus estúpidas buenas invenciones, sólo le hacía querer sacarse las entrañas, o quebrarle el cuello. Pensar su padre murió por ella. Por éso la odiaba, porque Kagome Higurashi había sido la culpable de la muerte de su padre. La odiaba por ser débil, por haber tenido que salvarla a ella y dejado atrás a su padre. Y sin embargo... aveces se le dificultaba un poco verla con desprecio. Cuando lo miraba como si fuera el humano más fuerte y único del planeta, cuando le sonreía sin ninguna censura, cuando tocaba su mano y luego se disculpaba con sus mejillas sonrojadas, cuando se le olvidaban los límites y las formalidades y le llamaba por su nombre, cuando le pedía le acompañara en la mesa, en sus caminatas por el jardín a su lado y no tras ella, cuando le hablaba de su madre y sus incontables libros, cuando le contaba sobre ése patético collar que una persona especial le regalo. Esas veces se le dificultaba no verla distinto, pero no, ella era culpable. ¡Debía odiarla maldita sea!

La joven intenta de muevo mover el cristal de pura esmeralda, rechina los dientes, empuja con todas sus fuerzas, Taisho nota que se mueve, una leve sonrisa se dibujó en su rostro, la ayudó.

Finalmente el animal fue libre, les agradeció para marcharse luego. La chica estaba emocionada, saltó sobre su escolta y lo abrazó sin pudor alguno. Los cabellos negros de la fémina inundaron las fosas nasales del hombre con su olor. Detuvo sus traicioneras manos antes que tocaran el cuerpo de la princesa.

-¡Eres el mejor Sesshomaru!- dijo viéndolo con admiración - No lo hubiera podido hacer sin ti

En esos momentos no la odiaba a ella, se odiaba a sí mismo.

Hakudoshi se siente totalmente incómodo pero no podía dejar a ésa niña allí sola, por rara y loca que estuviera

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Hakudoshi se siente totalmente incómodo pero no podía dejar a ésa niña allí sola, por rara y loca que estuviera. No contaba la chica le tomara de la mano.

Pero ahora caminaban por ésa cueva buscando una salida tomados de las manos. Era algo totalmente extraño. No paraba de ver a la niña frente a él, sus corazón en cualquier momento saldría de su pecho para hechar a correr como él no podía. Apretó los labios, Rin era extraña, lo hacía sentir extraño.

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Cinco Reinos (Sesshome, Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora