Capítulo IX

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Esas miradas...

El joven Koga se invitó a sí mismo a unirse al grupo, extrañamente Taisho no se negó, de hecho, no dijo ni una palabra más. Se limitaba a caminar y vigilar nada les atacara, para el monje y la guerrera era un comportamiento extraño, Miroku aseguró que era nada más estrategia, Rin no entendió. Continuaron su viaje una vez estuvieron listos, unos kilómetros más y podrían al fin llegar al puerto, así tomar un bote directo a Oeste. Kagome aceptó la compañía de su amigo con alegría, no podía negar era grato conversar con él.

Ella y Koga se conocieron cuando el muchacho, rebelde desde chico, se coló en el castillo para ver a su padre. Hijo de un gran general de Central, siempre fue salvaje y problemático. No esperaba encontrarse con la joya escondida tras los muros del castillo. La princesa Kagome Higurashi. Ella estaba tan sola, tan frágil, no pudo evitar autoproclamarse su protector, soñaba con ser su príncipe de brillante armadura y poder salvarla de cualquier peligro. La amaba, aún a su edad se dio cuenta de ello, el problema fue cuando se enteró de la promesa de la princesa a alguien más. Quiso burlarse para ocultar su desazón, ella ni siquiera entendía los sentimientos de Koga y no sabía de su dolor por la confesión.

-¡Él prometió volver!- dijo luego que el se riera -Yo lo esperaré, nos casaremos...- estrujo el collar que su prometido le había dado como símbolo de su promesa -Él lo prometió

Fue cuando las ilusiones del chico de trece años fueron rotas, sin embargo, el ahínco de su amada le enternecio el corazón, sonrió para ella, también le prometió algo en silencio, amarla siempre, buscando lo mejor para ella.

Cuando cumplió quince, Koga siguió su camino para ser un investigador, escribiría un libro.

Tantos años han pasado, sus sentimientos por ella aún estaban allí, aún la quería. Pudo notar ella estaba quebrada, no lo decía, pero lo notaba. Kagome estaba rota. Perdió en una noche todo cuánto amaba. Debería estar hundida en la tristeza, pero seguía adelante, quizás era por...

-¿Ha visitado muchos lugares joven Koga?- pregunta la princesa.

El sonríe, comienza a relatarle sus aventuras. Kagome parecía una chica frágil pero era fuerte, muy fuerte. La acompañaría hasta asegurarse de sus sospechas, si eran ciertas...

Volteó a ver la espalda del soldado el cual iba a la vanguardia, si su sospecha era cierta... debía irse de nuevo.

Frente a ellos comenzaron a aparecer las calles adoquinadas del puerto, habían muchos soldados del Norte, debían ser cautelosos. Miroku sugirió conseguir un barco pequeño.

No sabían que Naraku y Hakudoshi pensaron exactamente lo mismo.

Reino del norte, castillo

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Reino del norte, castillo

El ser tenebroso se dirige al mismo lugar de siempre, le encantaba poder hablar con ella, era una obsesión. La gran bruja Irazue. Ella era hermosa, nunca debió casarse con Inu No Taisho, él era un inútil, la dejó, dejó le hicieran daño, se convenció de su muerte aunque nunca encontraron el cuerpo, ése sujeto no la merecía. Si él fuera normal... podría amarla, podría demostrarle lo que siente, desde que la vio a lo lejos, desde que notó ella no le había hecho daño. Quería demostrarle podía ser un ser humano.

Cinco Reinos (Sesshome, Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora