Capítulo VIII

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El joven admirador

El bosque regala sus sonidos típicos, los extraños caminan siguiendo el sendero con miles de cosas en sus cabezas. ¿Por qué no habían sido atacados? Ni un solo monstruo.

-¡Éso es fantástico!- exclama Rin, logrando romper con los típicos sonidos del lugar, cuando Sango le habló de su entrenamiento como guerrera. Desde que la niña se unió al grupo una paz inexplicable reinaba, era bueno, pero... para Taisho algo andaba mal. 

Kagome simplemente le incluyó en el grupo y ya. Nunca preguntó sobre la forma en que terminó en esas cavernas, era totalmente raro, una niña sola, sin ningún rasguño, convenientemente huérfana. Al hablar con ella, parecía no tener conocimientos básicos sobre la vida cotidiana, no sabía nada de nada, tan torpe como la princesa. Mira que tener el atrevimiento de suguerir él cargara con la inútil de Higurashi porque se lastimó el tobillo. ¡Santo cielo! Si la torpe se resbaló con un tronco todos hacen escándalo, típico de ella. Ahora allí iba él, con ésa molesta mujer en su espalda. Ya se las pagaría ésa niña idiota.

Rin no cabía de la felicidad, iba enmedio de Miroku y Sango, ser finalmente libre era maravilloso, le encantaba sentir el sol y la brisa en su rostro, hace 19 años que esperaba poder liberarse de ése cristal, terminó allí luego de una intensa batalla, pensar que ahora por fin podría cumplir su propósito. Proteger a la princesa de central.

-Lo siento Sesshomaru- dice la joven pelinegra por cuarta vez -Siempre terminas cargando conmigo...

-Cállate- regaña con su típico tono.

Ella sonríe, luego de tantos años ya entendía la mayoría del lenguaje entre líneas de Taisho. Amaba sentirse protegida con él, pero, era algo aterrador a la vez, estaban de por medio sus sentimientos por aquel niño de ojos extraños y personalidad explosiva, siempre lo amo, sin embargo... Sesshomaru... había algo con él, lastimosamente imposible...

-Me gusta estar asi- susurra apoyando la cabeza en la espalda del escolta.

Taisho tragó grueso, detestaba cuando ella hacía esas cosas, era una...

-Tonta

Rin sonrió con felicidad, la princesa estaba a punto de encontrar a su persona especial. Tomó la mano derecha de Sango y la izquierda de Miroku, suspiró feliz. Las cosas podrían estar bien.

Reino Norte

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Reino Norte

El viento sopla con todo su poder, la planicie congelada brama, los cristales de hielo lastiman la piel helada del sujeto, sus cabellos blancos danzan con ése viento inclemente. Cada paso es un suplicio. La solitaria cabaña se ve a lo lejos, faltaba tan poco.

Finamente traveso el umbral de su hogar. Tensseiga se deja caer sobre la silla catreca de la deteriorada cabaña, aún escuchaba el viento. Estaba seguro, el destino que vio hace años cuando la princesa nació estaba andando de nuevo, Tetsuya no podría detener el destino por siempre. Ella nació para asesinar y ser asesinada, no había otro destino. La presencia de su sobrino Sesshomaru a su lado le inquietaba, mucho. El universo se descontrolaba, muchos poderes ocultos estaban despertando, no era nada bueno. Pensaba estar loco, sintió hace unos días un poder como el de su cuñada Irazue, éso era imposible, la mujer llevaba años muerta.

Cinco Reinos (Sesshome, Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora