Cuando Heydi y yo llegamos al dormitorio opté por darme un baño mientras ella buscaba un vestido que ponerme.
A cabo de unos minutos ya había terminado de asearme, pero Heydi aún no encontraba el vestido adecuado.
_Pero que vestido podemos elegir para usted princesa- buscaba en el ropero mientras yo estaba sentada en la cama vestida con un camisón blanco , mis pensamientos se veían invadidos por aquel tipo de negro que había salvado mi pellejo por un tonto favor a cambio.
_ Este es, definitivamente es este vestido, combinan con sus ojos – dijo la mucama en tono de triunfo.
_No, no y no, no me pondré ese vestido – reclamé al ver aquel vestido de color azul bebe, con muchas perlas y brillo – no hay algo más sencillo tal vez.
Heydi se quedó pensando.
_ Creo saber que hay un vestido que pueda agradarle.
Heydi volvió a buscar en el armario, pareciera que aquel ropero nunca se acabara.
Después de unos minutos de buscar y buscar, Heydi encontró un bello vestido verde agua, dejando descubierto hombros, un bonito lazo en la parte de atrás, largo hasta los tobillos, sin perlas ni brillo.
Ella quedó mirando el vestido con nostalgia, su mirada transmitía muchas cosas, sabía que en esos momentos miles de sucesos retomaban en su memoria.
_Era de su madre, la princesa Deysi – dijo sin quitar ni un segundo la mirada de aquella prenda.
_ ¿De mi madre?- cogí el vestido con cautela y pude ver una pequeña nota encima, que decía:
Úsalo en un día para comenzar de cero, por la mañana cuando el sol salga al amanecer, ese día será perfecto para saber cosas nuevas, y tal vez descubrir unos cuantos secretos.
Un pequeño repiqueteo se formó en mi corazón. Es curioso como una persona puede llegar a sentir tantas cosas con tan solo leer o escuchar unas simples pero poderosas palabras.
No sé con exactitud lo que quiere dar a conocer mi madre con esa nota, pero estaba segura que ahora no era el momento adecuado de usarlo, y desde el fondo podía presentir que una vez puesta el vestido iba a llegar nuevas cosas, no me importaba si eran malas o buenas noticias, solo aseguraba que aquello que iba averiguar iba a marcar parte en mí.
_Creo que ya es de noche y necesito descansar, mañana me pondré este vestido – sugerí.
Heydi me miro con curiosidad, como si quería decirme miles de preguntas, pero no lo hizo.
_Como usted diga princesa.
_Catrina, mi nombre es Catrina, quisiera que me llames por mi nombre.
Me dedico una amable sonrisa y se dirigió otra vuelta al ropero, creo que tiene una obsesión con los armarios. Saco un camisón de color palo rosa.
_Creo que debería ponerse esto antes de dormir, es más suave y reconfortante - dijo entregándome aquella prenda – Bueno creo que ya debería irme, si desea algo puede llamarme.
_Gracias – le dedique una mable sonrisa
Me puse el camisón y en mi mente seguía la misma pregunta que me invadía. ¿Quién era aquella persona que me salvo? en algún otro día lo veré, él dijo que reclamaría un favor así que de todos modos vendrá al palacio.
Pero ¿Cuándo vendrá al palacio? necesitaba encontrar a alguien que quizá sepa algo sobre personas que paran por el bosque.
¿A quién podría preguntar? El rey Edgar quizá no quiere hablar sobre el tema, Hans tal vez esté ocupado, cuando le vi se estaba dirigiendo a otro lugar. Por otro lado Heydi no es alguien que sepa todo con exactitud pero tampoco era una mala idea.
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Elecciones prohibidas
FantasyPrólogo: Y fue ahí donde me di cuenta en la gran burbuja de mentiras que yo me encontraba. Las cosas habían pasado tan rápido que pensaba que todo era un sueño en vez de la triste realidad, me costaba desde el fondo creer que estos sucesos formaba...