Entre arboles

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Había pasado segundos, minutos, horas. No tenía ni la menor idea cuanto tiempo había transcurrido, pero sabía que quería quedarme toda la noche aquí.

Pareciera como si acá no existiera los lapsos ni los segundos , el tiempo era loco, a veces pasaba tan rápido que apenas lo notabas, pero hay momentos donde ni siquiera avanza.

Se escuchó el silbido de un gran viento, alce mi cabeza para ver el cielo que estaba decorado con estrellas y una redonda luna llena, mi vista se desvió del cielo hacia un árbol grande y de muchas hojas, una sombra se deslizo por aquel arbusto y mi corazón dio un salto.

Alguien estaba aquí ¿Quién era? Me acerque despacio y cuidadosamente, mire hacia arriba, donde aquella sombra había pasado.

_ ¿Quién está ahí?- pregunte' con las dos manos alrededor de mi boca para que se escuchara más fuerte.

Me acerque dando un paso más y al instante una bandada de pájaros salió volando del árbol, por el susto involuntariamente di un mal movimiento atrás y tropecé.

Tontos pájaros.

No me moleste en levantarme y observe como caían plumas negras y un sombrero que estaba a dos pasos míos. Me levante rápidamente y cogí aquella gorra tan conocida, lo mire con curiosidad y molestia.

Este sombrerito si bien lo recuerdo pertenecía al idiota de Dreik, eso significa que me estuvo espiando todo el tiempo desde que estuve aquí y que ahora estaba escondido en aquel árbol.

Bien, si el no bajaba no volvería tener su sombrero pero si el bajaba de ahí tendría su sombrero y también una paliza mía.

Tenía que hacer algo para que aquel príncipe baje, esperé cinco segundos.

Uno, dos, tres, cuatro y cin.... co.

No bajo, que lastima, no dude en pisotear y estrujar aquella gorra.

Lo pase de una mano a otra y lo comencé a presionar bruscamente, pero eso solo duro una fracción de segundo. Con una velocidad sobrenatural Dreik me quito el sombrero de mis manos, lo sacudió y reviso, había pasado tan rápido, su mirada decía "Ojala que no te hayas hecho nada mi querido sombrerito" ¿Por qué importaba tanto para él? , ni me interesaba eso ahora. Después de unas sacudidas más Dreik por fin se puso aquella gorra inclinada en su cabeza.

_ ¡Se puede saber qué haces acá! ¡Acaso me estas vigilando o que! – replique, Dreik no respondió, solo me miro a los ojos de la misma forma cuando estábamos bailando el vals, me irritaba - ¡Edgar te mando!

_ No, Edgar no me mando, yo vine por mi cuenta.

_ ¿Que?

_ Quiero decir que Edgar dijo que podía explorar todo el territorio hechicero si yo lo deseaba.

_Sí pero no te dijo que podías espiar personas.

_No tengo la culpa de haberme topado contigo.

_Claro, por supuesto, que casualidad ¿No? – dije sarcásticamente, me acerque al hasta encararlo – Escúchame príncipe Dreik manténgase alejado de mí.

_Le juro que yo también quisiera eso pero acaso se le olvida que lamentablemente debo venir constantemente acá para enseñarle a pelear.

Lo fulmine con la mirada, él tenía razón, pero algo no me quedaba claro.

_ ¿Cómo es que llegaste hasta aquí?

La respuesta era fácil y entendible para mí, él me había perseguido, como es un Drácula con experiencia en vez de pasar por los arbustos trepo por los árboles.

Elecciones prohibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora