Flechas y arco

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_ Apunta a tu objetivo, esa es la clave – indico Dreik.

No sé cuántas veces me lo estaba repitiendo, era mi segundo entrenamiento con él y en este mismo instante me encontraba con el arco y la flecha apuntada al blanco.

_Vamos, tu puedes, tu mirada fija en el blanco – susurre para mí misma. Di un suspiro y deslice la flecha, por un momento pensé que iba a dar en el blanco, pero los resultados no salen como lo esperas.

_Fue tan solo unos centímetros – renegué.

_Pues esos centímetros son mucho – dijo Dreik

Rodé los ojos, aunque él tenía razón. Ya pasaron un hora y media desde que estoy con el arco y la flecha y son cero de resultado, era frustrante, pero tampoco podía aprender de un día a otro, tenía que tener paciencia, mucha paciencia. Hoy estaba con la ropa que me había confeccionado Leya, unos cómodos pantalones de color marrón oscuro y un chaleco y botas de color mostaza, algo muy ligero, no hay mejor persona para diseñar que Leya, peo ahora lo del diseño es lo de menos.

Me senté en el pasto, Dreik me observó por unos segundos que para me parecieron una eternidad, posteriormente me imitó, sentándose al frente mío.

_Después del todo cumpliste tu palabra- dijo rompiendo el silencio.

_ ¿Te refieres a los animales que mande para tu pueblo? Pues sí, cumplo mi palabra.

_ ¿Ahora cuál es tu favor? – pregunto' de una forma burlona.

_Aun no, tendrás que esperar – indique', por otra parte me picaba la curiosidad, quería hacerle muchas preguntas – dijiste que cada clase podría hacerte tres preguntas.

Su mirada se fijó en mí, como de costumbre, si hubiera querido descifrar lo que pensaba no lo hubiera logrado, nadie lo hubiera logrado.

_Así es – dijo al fin, tenía el sombrero inclinado para el lado izquierdo – yo dije eso y no lo niego pero hay un ligero cambio de planes.

Wow, eso me tomó desprovisto.

_ ¿Qué cambio de planes te refieres?

_No eres la única a quien la curiosidad le atenta, yo también tengo preguntas que hacerte.

_Hem... ¿Cómo qué clase de preguntas?

_ Ya verás.

Su mirada me parecía diferente, tal vez una mirada llena de curiosidad o una mirada donde planeaba algo no muy bueno.

_Bien, ¿Y cuál es tu pregunta Dreik?

El tardó unos segundos.

_ ¿Quién eras en el otro mundo?

¿Qué quién era? Ni yo lo sabía.

_Hem..., yo era una huérfana, una adolescente que vivía en un orfanato al cuidado de una supuesta monja llamada Johanna.

_ ¿Orfanato? ¿Qué es eso?- pregunto', las sombras de sus ojos se hacían más notorios cuando la luz reflejaba en cierto ángulo su rostro.

_Acá no hay orfanatos ¿cierto? Un orfanato en un lugar donde acogen niños o adolescentes menores de dieciocho años que hayan perdido a sus padres o no tenga a nadie que le cuide o se encarguen de ellos.

Mi definición no pudo ser mejor, aunque me falto informar que ese lugar es una tortura.

_ ¿Porque tu cierva te mando halla?

_ Creo que era el único lugar que conoció cuando me llevo al otro mundo.

_ ¿No tenías idea de quien eras en realidad?

Elecciones prohibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora