Castigo ilegal

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No hace mucho tiempo, llegue aquí, a este deplorable lugar, aquí me sentía invisible, como si no existiera, como si a nadie le importara.

Que podía esperar de este sitio, mi edad favorita eran los dieciocho, al menos cuando tenía esa edad podía irme de aquí, pero mañana cumpliré dieciséis años, lamentablemente tengo la obligación de esperar dos horrendos y tenebrosos años más en este misterioso refugio.

Mañana debería ser algo especial para mí, por la misma razón que será mi cumpleaños, estaría satisfecha si tan solo recibiera una torta, pero estaba segura que nada de eso iba a suceder. Lo único que hacía especial todos mis aniversarios era la hermosa estrella plateada, esa estrella era tan brillante que no podía verla por mucho tiempo ya que podría lastimar mis ojos.

Ese sublime lucero siempre surgía cada 7 de agosto, el día de mi cumpleaños, era algo curioso, siempre me preguntaba ¿porque salía justo ese día? Entonces llegue al conclusión que esa estrella era como un feliz cumpleaños, como si el lucero era hecha especialmente para mí, eso era lo único que me hacía sentir especial, por lo resto me sentía invisible y miserable en este orfanato. Si. Así es. Soy huérfana, mi padre me abandono cuando nací y mi madre murió cuando me dio a luz. La única persona que podría llamar "mamá" seria a la querida monja Johanna quien me crió con mucho cariño desde que tengo memoria, ella conocía a mi madre y a mi padre, ella fue quien me trajo a este lugar, ya que no había ningún familiar que me cuidase o se hiciera cargo de mí.

Johanna era la única, además de la estrella, que me decía feliz cumpleaños. Ella me decía que tengo la cautivadora mirada y los dulces y grandes ojos azules de mamá, la piel blanca y el cabello anaranjado y lacio de mi padre, y por último la valentía de ambos. Yo no estaba de acuerdo con eso  ¿porque mi padre seria llamado valiente si él me abandono?  si se hubiera armado de valentía tal vez ahorita estaría viviendo con él y no en este lugar, pero no es así; cuando le decía esto a Johanna ella siempre me respondía:

_Algún día entenderás, por ahora no es el momento indicado.

Esa respuesta siempre me dejaba con la inmensa indagación, ¿qué se refería ella con lo de "algún día entenderás"? ¿Y porque todavía no sería el momento indicado?, lluvias de preguntas me invadían.

Tendrían que pasar años para descubrir que era.

Dentro de muy poco conocerán mi mundo, entenderán el porqué de no encajar aquí, el motivo de sentirme tan invisible, dentro de muy poco conocerán mi verdadero hogar, el mundo Lamborjay.


Este orfanato esta al cuidado de monjas, mi vida había sido algo aburrido y miserable, pero al conocer a Jazmín fue un completo infierno, Jazmín fue una chica de rostro muy bonito, de cabello castaño y ojos color avellana.

Todo comenzó en una tarde friolenta, fue hace más o menos dos años, cuando tenía catorce de edad, estaba echada en mi camarote, yo estaba en la parte de arriba y en la parte de abajo estaba una compañera cuyo nombre era Nina, nunca me dirigía la palabra con ella ni con otras chicas, no tenía amigas, cosa que no me importaba ni afectaba, si bien lo recuerdo estaba leyendo un pequeño libro que la hermana Johanna me había prestado, pero saque la atención de aquella lectura para ver como un grupo de chicas estaba junto a Jazmín en medio de la habitación, todas estaban paradas excepto Jazmín quien estaba sentada en una silla.

_Estoy tan agotada, necesito unos masajes- dijo Jazmín mirando a una chica y al mismo tiempo estirando las piernas y los brazos- que esperas una carta de invitación o estas sorda, dije que necesitaba unos masajes- grito'.

Elecciones prohibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora