ocho

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Tras mucho debate, decidí ponerme un vestido de terciopelo granate, corto y de tiras.
Me observé en el espejo, sin dejar una parte de mi cuerpo que no fuese repasada.

-Te ves genial. - Aria apareció detrás de mi.

Un gracias fue lo único que pudo salir de mis labios.

Minutos después ella ya se había marchado y nosotros estábamos saliendo por la puerta.
Cogimos el coche y pusimos rumbo a la casa de Tom. Me pregunto en qué lugar vivirá.

Me encontraba escuchando Cherry mientras observaba cada detalle del trayecto por la carretera.

-Willow. - la voz de mi madre se escuchó a duras penas, así que saqué uno de mis auriculares.

-Sí? -

-Ya sabes que tienes que comportarte con educación, tu padre y Tom están hacien... -

En cuanto empezó a soltar el mismo sermón de siempre no pude evitar pasar de ello.

-My cherries and wine, rosemary and thyme, and all of my peaches.- comencé a cantar.

-A veces te pones tan insoportable Willow. -

-Are ruined.-

Llegamos en unos minutos a una calle poco transitada en la que había varias filas de casas (prácticamente mansiones) y bajamos del coche para dirigirnos en frente de una.
Timbramos, y tras pasar un gran portal con un camino rodeado por hierba nos encontramos de frente con ella.
Aparentaba tener unos cuatro pisos, estaba llena de ventanales, contenía dos balcones y sus paredes eran de un blanco impecable.

Una vez en la puerta, nos recibió aquel hombre, con un traje color azul marino que marcaba su perfecto cuerpo.

-Buenas noches. - fue lo primero que salió de sus labios. - Adelante, pasen. -

El interior lucía muy cuidado. La decoración era perfectamente lujosa, todo estaba ordenado y la estancia era muy amplia.
Desde la entrada se podían distinguir unas escaleras que se encontraban justo en frente, habitaciones tanto a la izquierda como a la derecha y detrás de la ya antes nombrada escalera.

-Permítame señorita Myers. - dijo tomando mi abrigo para colocarlo en un perchero.

-Tiene usted una casa realmente apacible señor Hiddleston. - hablé observando una vez más a mi alrededor.

-Muchas gracias. - sonrió para luego girarse y mirar a mis padres. - Síganme. -

Nos llevó hacía lo que parecía ser una sala de estar, en la que había varios platos con comida oriental. Este hombre hacía algo mal?

-No sabía si esto sería como una reunión informal o más tirando a un picoteo, así que he preparado comida oriental, creo que es una explosión de sabores muy interesante. - habló mientras me miraba de arriba a abajo.

-Es espléndido, a Willow le encanta la comida oriental. - 

-Me alegro de ello Adriana. Tomad asiento por favor, queréis que vaya a buscar un buen vino? -

-Por supuesto.-

-Puedo acompañarlo? - pregunté repentinamente. - Soy buena aconsejando. -

Mis padres me fulminaron con la mirada.

-Claro que si señorita Myers. Acompáñene. -

Comenzamos a andar fuera de la habitación hasta llegar delante de una puerta, que en cuanto fue abierta, dejó relucir varias estanterías con decenas de botellas de vinos, todos diferentes.
Nos metimos dentro, cerrando la puerta.

-Que tal lleva el cuello? - bromeé observando el lugar.

-A tu padre también le llamó la atención. -

-Ah si? Y que le dijiste? - me giré quedando de espaldas a él.

-Producto de una corbata muy apretada. -

Me volteé para mirarlo con una sonrisa.

-Es usted horrible mintiendo. -

Me cogió por la cintura pegándome completamente a él.

-Y me vuelve loco como te queda ese vestido. -

Nuestros rostros estaban demasiado cerca, de manera peligrosa. Tenía unas incomesurables ganas de besarlo, pero él tomó la iniciativa antes que yo, depositando un suave beso en la comisura de mis labios.
Espera un momento, suave? Tierno? Por qué y desde cuándo?

Llevé mis manos a su rostro, siguiendo lo que él había empezado.

Me miró unos instantes cuando nos separamos, y con una pequeña sonrisa, cogió aire para hablar.

-Que vino será señorita Myers? -

-Que sea el Château Mouton Rothschild de 1982.-

-Excelente elección. - cogió la botella para luego tenerme la mano y marcharnos de allí.

Mis padres esperaban algo impacientes, sentados juntos en la mesa.

-Cómo habéis tardado, espero que hayas elegido bien Willow.- bromeó mi padre.

-Estaba muy indecisa, pero sí, he hecho una buena elección. -

Million Dollar Man [Tom Hiddleston] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora