Paz?...

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 Logramos independizarnos de la URSS, pero a que costo?, muchos Fineses perecieron en la Guerra Civil y a pesar de que nuestro país era débil en sus comienzos logramos salir a flote, los Soviéticos firmaron dos tratados de paz con nosotros con lo que unos 20 años estaríamos en paz, Con el primer tratado comenzaba una época de luz y esperanza para Finlandia. Ustedes se han de preguntar quién les narra todo esto, o tal vez no... De todos modos me presentare, nací en 1911 en lo que se conocía como el Ducado de Finlandia, mi padre lucho junto a los Blancos en la Guerra Civil, aunque pereció después de esta. Mi nombre es Paaveli Venäläinen, yo narrare esta historia.

 Durante 1938 la Union Sovietica intento realizar un acuerdo con nosotros en caso de que entraran en guerra con el Proclamado Tercer Reich alemán, o al menos eso fue lo que escuche en la radio de Sortavala, pero tambien escuche que se comienzan a movilizar tropas de reserva, y como tengo 28 me han reclutado a mi.

-Oye Venäläinen, cuanto tiempo vas a escribir? Tenemos que prepararnos para partir.- Reconocí la voz que me obligaba a despegar la vista de aquella libreta, era uno de mis amigos, Matti.

 Ambos éramos de Sortavala, nos habían dado un entrenamiento de unas cuantas semanas y nos dieron nada mas que un par de días para prepararnos y despedirnos de nuestras familias, como si eso fuera suficiente.

-No quisiera irme, sin... tu sabes...- Dije casi sin ganas, Matti sin embargo sabia perfectamente de que hablaba me conocía lo suficiente como para no darse cuenta.

-Tienes que ver a Mikkola, no?-

-Si, lamento tener que involucrarte en esto, pero primero vamos a casa... tenemos que prepararnos- Dije sin mas.

Esa misma noche me puse a empacar lo necesario, para irme hasta el frente, quizá me envíen a Carelia o a las regiones de Laponia... no lo se con certeza.

-¿En serio necesitas prepararte tan rápido?-

-¿Qué haces fuera de la cama, Aida?, Ve a dormir tu no debes partir pronto.-

 Se lo dije lo más dulcemente posible, pero fue lo único que se me pudo haber ocurrido... no quería preocupar más de la cuenta a mi hermana, pero ella sabía lo que me esperaba.

-No podría verte mientras te vas hacia una encarnizada lucha contra los rusos...-

Me llego muy profundo lo que dijo -No te preocupes por eso, no voy directo a luchar contra los rusos sino que ire para protegerles a ustedes y a nuestra patria-

 Ella me vio, me sonrió y se fue, pero por dentro yo sentía temor a pesar de que parecía indiferente... Quede mirando por la ventana hacia la oscuridad como si esperara que las cosas se resolvieran solas, sabia que no podría ser verdad, sabía que nuestro destino estaba escrito.

"20 de Noviembre, 1939, Ciudad de Sortavala, Residencia Venäläinen"

 Son apenas las 10 de la mañana y escucho que alguien toca la puerta con fuerza, pero al abrirla y después de recibir un par de golpes noto que era Matti quien venía agitado y con un periódico en mano.

-Matti?, ¿que te trae tan temprano?-

-¡Donde diablos te habías metido toda la mañana! ¿¡Todavía no has leído el periódico!?-

Me costó un poco responderlo, los golpes que me dio en la cara me distraían un poco.

-No, aun no... lo iba a buscar ahora, ¿Por qué?-

-¿Por qué? ¡Estallo la guerra en Europa!... Me sorprende que no te hubieras enterado.-

Afortunadamente mi hermana y mi madre habían salido, pero supongo que ellas ya deberían saberlo... ¿Pero yo?, yo me quede parado en la puerta intentando procesar lo que me había dicho, me costaba creer que se había desatado la guerra después de una paz bastante inquieta... Pero una cosa si tenia clara, teníamos que irnos... y rápido.

-Y tu mochila?- Pregunte

-En casa, ya he avisado que me iría pronto, tu supongo que no lo has hecho adecuadamente, verdad Paaveli?-

-Ehh... Sabes bien que no se como decírselo- Le dije algo preocupado.

-Mas vale que pienses algo, por que ambas ya están aquí- Me dijo viendo hacia la entrada.

Mi madre me vio preocupada, el silencio que había solo era roto por una brisa que daba un ligero silbido, nuestras miradas hablaron, ella había comprendido lo que me aguardaba y cuando se me acerco me dijo -Haz lo que debas hacer, mi Paaveli...- Solamente pude abrazar a mi madre y durante el resto del dia intente pasar todo el tiempo que pude con ellas, pero al caer la noche tuvimos que prepararnos para irnos al amanecer hasta Viipuri...

A la mañana siguiente cercano a las 5 o 6 AM me reuní con Matti en la estación de Sortavala Donde ambos nos despedimos de nuestras familias.

-Ja, miren quienes aparecieron, Venäläinen y Aino- Dijo un chico que yo conocía de Laponia.

-Si, a nosotros tambien nos alegra verte, Soukka- Vi que dijo Matti.

Sonaba el silbato de nuestra locomotora y todos se apresuraban para partir, Matti se dirigió hacia un vagón de transporte, pero yo... yo me despedí por última vez.

-Por favor, prométanme que se cuidaran, prometo que volveré cuando menos lo esperen- Le dije a mi familia quienes entre lagrimas me miraban. En cuanto me di la vuelta para irme, sentí como mi hermanita, Aída, se sujetaba de mi cintura como si su vida dependiera de ello, impidiendo que yo me fuera a algún lado.

-No te irás... sin despedirte... de ella, verdad?- Me dijo entre lágrimas al señalar a mi izquierda.

Cuando voltee encontré que una chica venía hacia mi, no dudaba que fuera Mikkola quien se había enterado de mi partida...

-Te vas sin despedirte de mi, no es así Paaveli-

-Mikkola... yo, es que.- Antes de que siguiera, ella me callo.

-Paaveli...- Dijo mientras me abrazaba -Tengo miedo de lo que pueda llegar a pasarte, por favor prometeme que no volverás en un ataúd-

-Mikkola... no te preocupes por Ello...- Le dije al colocarle mi gorro -El dia que me veas llegar a casa, verás a los rusos irse humillados por nuestra fuerza-

Le quite el gorro y me despedí con un beso, el cual casi ni duro... Nos interrumpieron gritos del vagón donde iría yo mezclados por los silbidos de aquella locomotora que me recordaba hacia donde iba...

-Oye Venäläinen! ¡Date prisa o te abandonamos aquí!-

Como ya no tenia tiempo, corrí hasta el vagón dando un saludo corto hacia nuestras familias, apenas antes de subirme... La locomotora comenzó a correr y mientras nos alejabamos segundo a segundo desde los vagones repletos de soldados se escuchabas frases de aliento, cariño y algunas de odio.

Esas locomotoras nos trasladarían a Viipuri, donde nos equiparían y terminarían de entrenarnos para ir a defender nuestra patria en lo que nosotros llamaremos "La Guerra de Invierno".

"TALVISOTA" - La Guerra de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora