Yungblud-"¡Be fucking happy!"- le grito a mi madre antes de salir de casa.
-¡Dominic!-Escucho que grita detrás de mí pero salgo corriendo antes de que pueda decirme otra cosa.
La verdad es que la guitarra me pesa muchísimo. Tengo que recuperar el aliento un par de cuadras más adelante. Mi celular vibra en el bolsillo de mi pantalón y lo saco para ver que me ha llegado un mensaje de Peter, quien me ha prometido que iría a verme tocar hoy. Me ha dicho que su mejor amiga está de cumpleaños o algo así.
"estamos aquí"
Dice el mensaje y yo respondo al instante:
" =D en camino "
Subo al primer autobús que pasa y me siento en la parte de atrás. Miro a través de la ventana, pasamos junto a un parque de niños pequeños y se me viene a la cabeza una imagen de cuando era niño y solían llevarme a jugar, una vez le dije a un niño que si escalaba un árbol y se lanzaba desde lo más alto, moriría y se iría a un lugar mejor, pero también le dije que si había sido malo se iría al infierno y que las larvas se comerían su cuerpo inerte. Mi madre no me llevó nunca más a ese parque.
Comienzo a reírme ante tal recuerdo y una mujer mayor que está sentada cerca de mi se me queda mirando, yo paro de reír y le saco la lengua, la señora pone una cara demasiado rara y centra su mirada en el frente de nuevo.
Soy un raro de mierda, ya lo se.
Alrededor de 15 minutos después bajo del autobús y me dirijo al bar. Cuando llego y cruzo la puerta del lugar logro ver a Peter con un grupo que supongo son sus amigos, no me sorprende ver que todos son de su estilo. Decido que iré a saludarlos luego. Paso de largo en dirección a la parte trasera del lugar.
-Yungblud, ¿qué tal?.- pregunta Jack acercándose a mí. Jack es el administrador del bar.
-Hey, muy bien- respondo.
-Sales en 3 minutos- dice antes de irse por donde ha venido y dejándome parado en medio de la oscuridad del pasillo. Vaya, eso ha sido rápido.
Camino lentamente hasta el escenario. Tomo asiento en la silla que está posicionada justo en el medio y comienzo a sentirme un poco desorientado con la poca luz que cae sobre mi cabeza, quito la guitarra de la funda y desde el lateral del escenario Adam me hace una señal de que el micrófono está encendido. Carraspeo y comienzo a tocar.
Peter me sonríe desde su lugar y sus amigos miran en mi dirección. Cierro los ojos y me concentro en la canción, todo alrededor se desvanece y recuerdos comienzan a invadir mi mente, una de las tantas veces que me enviaron al psicólogo por dibujar cosas extrañas, yo les dije que era el mundo al que solía ir en mis sueños, al parecer había algo malo en él, o así me lo hicieron ver ellos, me asusté, porque para mí era un lugar genial, en ese lugar yo podía hacer lo que quisiera, había criaturas voladoras con la que tenía que luchar en combates que yo siempre ganaba, Llevaba a los monstruos a mi calabozo y los torturaba. Los profesionales le dijeron a mis padres que no debían permitirme hablar sobre ello, que no era normal en un niño pequeño. Cuando mis padres me prohibieron hablar de mundos ficticios y "peligrosos", yo les respondí que le daría la orden a los monstruos de que les quitasen las manos y les cocieran la boca. Esa vez me quitaron los libros de dibujo y los juguetes. A los 8 años me quedé en mi habitación llorando todo el día, aquella fue la primera vez que escuché a mi madre decir a mi padre que se merecía a un hijo mejor que yo. Me dolió.
Abro ligeramente los ojos y me cohibo un poco al ver tantas miradas posadas en mi. Me topo con unos ojos en especial; una mirada color miel de una chica que tiene el pelo azul. Me parece curiosa la intensidad con la que me observa, ninguno corta el contacto y por un milisegundo intento descifrar en qué está pensando. Mis dedos empiezan a doler un poco cuando toco la guitarra con más fuerza y vuelvo a cerrar mis ojos cuando mi voz llega a las partes altas de la canción. Termino de tocar y al instante se escuchan los aplausos.
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ANARCHIST
Fanfiction-No sigas...porfavor- digo. Mis ojos se humedecen involuntariamente a la vez que un dolor punzante crece en mi pecho. Su mirada está perdida y apagada...sin el característico brillo de siempre. Y eso fue algo difícil de ver. Su rostro y manos llen...