VIII

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-Mírame- sostiene mi rostro entre sus manos y conecta su verde mirada con la mía- Dime qué ves.

Pongo una mano sobre la suya y pienso.

¿Qué veo?

Tristeza
Frustración
Pánico
Libertad
Emoción
Felicidad

Misterio

Veo tantas cosas que hacen que mi cabeza de vueltas.

-A ti-

Aleja lentamente sus manos sin quitar su mirada de la mía.

-Te veo a ti, lleno de emociones, queriendo huir, gritar, saltar, llorar y reír como un demente- sonrío- te veo queriendo ser tu mismo sin que el mundo se te venga encima.

Yungblud suspira y se acerca aún más. Mis manos comienzan a temblar y mi respiración se acelera cuando creo que va a romper la distancia que queda entre nosotros. Pero ahi se queda, mirándome con su frente pegada a la mía.

-¿Cómo lo haces?- pregunta en voz baja.

-¿Hacer qué?-

-Joder H, ni siquiera me conoces, ¿cómo puedes meterte en mi mente y saberlo todo?- pasa sus manos por su cabello.

-Yo no...- tartamudeo, cosa que odio hacer.- no lo sé, no suelo hacerlo...de hecho nunca antes me había pasado.

Sus ojos brillan bajo la luz de la farola, está estático en su lugar y yo me limito a observarlo.

-Ven aquí- digo antes de caminar hasta el césped y sentarme en él. El chico sigue mis pasos y llega hasta mi. Se agacha y se recuesta en mi, apoyando su cabeza en mis piernas. Él mira hacia el cielo y yo paso mis dedos por su oscuro cabello.

-Podría quedarme así para siempre- dice después de cerrar los ojos.- me gusta que hagas eso.

La noche está fría y oscura. El parque de niños se ve terrorífico entre la neblina y el silencio abrumador. Al estar en compañía de un chico oscuro al igual que la noche me hace sentir bien, de alguna extraña manera, como si en él encontrase la cómoda y perfecta oscuridad que necesito.

-¿Porqué quieres que te llamen "Yungblud"?- sé que no debería entrometerme, pero necesito saberlo.

Él se queda pensando unos segundos.

-Porque así me siento... joven, y lleno de energía.-responde sin abrir los ojos.

-¿Qué hay de tu nombre real?- H cállate ya, eso no te incumbe.

-Mi nombre ya está manchado- resopla- me refiero a que, todos esperaban algo de mi, algo que yo no les pude dar, los que me llaman por mi nombre son los que esperan que sea otra persona... si no lo entiendes está bien, no es importante.

Entrecierro mis ojos pensando.

-Vale, lo entiendo- digo sincera.

-Mis padres solían traerme a este parque cuando era pequeño- dice de repente.

-¿Ah si?- arqueo una ceja.

-Ajá. Solía tener algunos amigos-

-¿Y que pasó?- pregunto curiosa.

-Les prohibieron juntarse conmigo- suelta una carcajada contagiosa a la que se me hace inevitable unirme.

-¿Y eso porqué?- pregunto.

-Porque soy raro H.

-¿Qué tan raro?

-Tan raro que si te contara sobre mis pensamientos ahora mismo te alejarías lentamente por la acera y te irías sin mirar atrás.- dice el ojiverde.

ANARCHISTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora