XI

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Siento mi estomago encogerse por un momento mientras observo vagamente a través de la ventana de mi habitación.

¿Qué se supone que debo hacer ahora?, ¿de eso se tratará mi vida?, reprimir mis sentimientos y opiniones mientras termino el instituto y comienzo a estudiar una carrera que probablemente me de dinero pero que no me va a gustar, mantener mi irrelevante anatomía y así sucesivamente. Siento que no puedo contarle a nadie acerca de esto. A pesar de tener un grupo de amigos en los cuales puedo confiar, en el fondo sé que no podría dejar al descubierto una parte tan privada e importante para mi. Como también quiero fingir que no me importa, que estoy bien. Porque, nada anda mal con mi salud, tengo un techo, y comida para vivir. Pero aún así siento que me falta tanto. Hace falta esa razón, o al menos una inspiración. Y no me voy a rendir hasta encontrarla.

Salgo de mi habitación y me dirijo rápidamente a la salida.

-¿Dónde vas?- pregunta mi madre.

La observo en el sofá tomando un café y leyendo un libro de aves.

-Por ahí- hago una pausa mordiendo el interior de mi mejilla- necesito salir.

-¿Y, a quién le has pedido permiso?-

Resoplo y ruedo los ojos.

-¿Puedo salir?- pregunto- y te digo en seguida que no importa lo que me digas, saldré igual.

Ella se pone de pie pero soy mas rápida y salgo antes de que pueda alcanzarme.

No sé exactamente hacia donde mi dirijo pero eso no me impide seguir caminando.

Mis pasos me llevan hasta la casa de Blair. Toco la puerta suavemente y minutos después aparece su madre. Al verme esboza una sonrisa.

-Hola cariño- dice y se hace a un lado para dejarme pasar.

-Hola Lizy- me tomo el atrevimiento de llamarla por su nombre- ¿Blair se encuentra en casa?.

-Aquí estoy perra- dice la rubia peli-rosa bajando por las escaleras.

-Blair, vocabulario- le reprende su madre.

-Lo siento mamá, nos vemos luego- dice rápidamente tomando mi mano y saliendo de su casa.

-¿Qué ha sido eso?- pregunto cuando ya nos encontramos caminando hacia algún lugar.

Ella rueda los ojos y comienza a caminar más lento.

-Odio estar en casa, me aburro de una manera que no imaginas y además, mi madre siempre invita a mi prima a cenar o almorzar y la odio- se justifica.

-Te entiendo...aún le tienes rencor por lo de..- me interrumpe.

-¡No!, claro que no, eso ya no me importa, es una maldita descarada que no sé cómo tiene los huevos para volver a plantarse en frente de mi.

-Okay, creo que sí te sigue afectando un poco Blair admítelo- digo después de ver su reacción.

-Vale... ¿Cómo perdonas a tu propia prima por meterse con tu novio?-

-Humm- en realidad no sé que decir- solo date cuenta de que en realidad es una estupidez, digo,¿Quién demonios dejaría ir a una chica como Blair Ferard? Es algo de lo qué Scott se arrepentirá toda tu maldita vida Blair.

Ella me sonríe.

-Eres genial haciendo sentir mejor a la gente -dice- oye, te noto extraña estos últimos días.. ¿ocurre algo?.

Me pongo tensa y de inmediato se me viene a la cabeza mi padre y la actitud de mi madre últimamente.

-Ya sabes, lo de siempre- agacho la cabeza y ella lo nota- pero no te preocupes, se me pasará.

ANARCHISTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora