Capitulo 16

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Al día siguiente me levanté a las 12 de la mañana sólo se oía murmullo, abrí los ojos, allí no había nadie, me levanté y salí al pasillo, allí tampoco había nadie, pero el murmullo era fuerte, bajé las escaleras a la mitad y vi una gran masa de gente en la entrada del cuarto de las lavadoras, pobres, ahora todos me daban tanta pena

-Bonito pijama- miré detrás, Dylan
-Gracias- se puso a mi lado mirando a toda la gente- ¿Tú no tienes ropa para lavar?
-Sí, pero yo ya sabía lo que pasaría, la lavé en el hotel, ya que estaba todo incluido lo aproveché, ¿Tú?
-Ayer por la noche, ya me supuse lo que pasaría- de repente un escalofrío recorrió mi cuerpo, alguien había abierto la puerta- bueno, creo que voy a ir a vestirme, hace frío aquí, nos vemos luego- me di la vuelta y me dirigí a mi habitación

Me cambié después de ducharme pero sin lavarme el pelo ya que estaba limpio, decidí hacerme un moño y bajar a fumar, en estos últimos días casi no me había surgido la necesidad, encendí uno y me quedé mirando, repasando estos días, las borracheras, los chicos, las noches, pero paré, Dylan, ¿Qué había pasado?, Antes de ir le odiaba, casi no podía ni verle, después la cosa fué a mejor y cuando llegamos allí fué cómo si nada de lo que había ocurrido anteriormente fuera real, cómo si ambos lo hubiéramos olvidado, él fué el que cuidó de mi el segundo día y el último, a ver, que reconozco que en ambos días iba un poco borracha, pero... Todo era tan extraño, en ambas ocasiones de una forma o de otra había pasado la noche con él, pero... Creo que empezaba a caerme bien, pero de verdad, empezaba a confiar en él, cosa que no muchas veces me había pasado y es que no era tan gilipollas, a pesar de ser un mujeriego no era tal y como Hannah nos había dicho, respetaba a las mujeres y sí, a veces se le iba un poco la cabeza, pero..., ¿A quién no?, En fin... No era tan detestable, si algo aprendí de mi madre es que nunca hay que prejuzgar, aunque en ocasiones parezca imposible, pero en casi todos los casos te puedes dar de bruces contra una pared y eso es lo que me había pasado a mí con él
Las horas siguientes las pasé junto a mi móvil revisando el Instagram, llamando a Kevin y contándole toda la semana que había tenido, pero se puso a decir tonterías y lo colgué, después de todo lo vería en unos días, venía el 26, podría abrazarlo, besarlo, apretujarlo, gritarlo... por fin, a veces echaba tantísimo de menos tener a alguien que me entendiera a la perfección y que me conociera tal y como yo soy...
Tan sólo faltaba un día y unas horas, Dios, que ganas

Y hoy doy gracias, ya que ese momento llegó antes de lo que me imaginé, cuando me quise dar cuenta, Kevin ya estaba delante de mí y yo abrazándole, le subí a mi habitación y allí le presenté a las que estaban

-Osea que tú eres el famoso Kevin...- dijo Hannah
-Vaya, ¿Debería tomármelo bien o mal?
-Bien...- dijeron ellas confundidas
-A ver, es que la conozco demasiado como para saber que no tiene ningún problema en hablaros muy mal de mí, es un poco cabrona- Hannah y Helen rieron y yo le di un golpe a Kevin en el hombro
-Bueno, ya las conoces cansino, ahora vamos a dar una vuelta y te enseño esto
-¡Espera!, Quiero ver tu habitación
-No
-¡Ja!, Fijo que está como me imagino- pasó a la fuerza y se llevó una gran sorpresa al verla
-Dios, ¿Quién eres y qué has echo con mi amiga?- me reí
-Es que eres tan tonto, a veces pienso en darte con una piedra en la cabeza para ver si te puedo arreglar
-Yo estoy perfectamente, ni lo dudes, mírate más a tí- reí aún más
-Vamos pesado- rodé los ojos y sonreí inevitablemente, le conducí a fuera, a los jardines y me lo llevé a dar una vuelta por allí, fuimos a la cancha de baloncesto, Fede estaba entrenando
-¡Señorita Townsen!- me giré y era el entrenador diciéndome que fuera, le indiqué a Kevin que me acompañara
-¿Townsen?-dijo confuso Kevin
-Sí- dije girando la cabeza hacia él y me acerqué a su oído- por lo menos es mejor que Mountbatten-Windsor- me reí
-Y más corto, ¡madre de Dios!- sonreí y él también
-Entrenador, ¿Pasa algo?
-Quiero volverte a proponer lo de que entres en el equipo, una de mis bases se ha lesionado de gravedad y necesito a alguien, tú eres una gran jugadora y me gustaría que ocuparas ese lugar
-Yo...
-Por favor, piénsatelo hasta mañana, si decides unirte te veré aquí a las 5 para entrenar, sino no pasa nada, lo entenderé y buscaré a otra
-Está bien...- yo ya sabía mi respuesta, pero si así él era feliz, pues vale, me despedí y nos fuimos a las gradas de fútbol, estaban entrenando, entre ellos mi hermano, Dylan, Cole y Freddie, creo
-Madison, ¿Por qué no quieres volver al baloncesto?
-Sabes porqué
-Sí, pero esas no son razones suficientes, una lesión de la que te recuperaste hace años y una niñas malas y gilipollas más pijas que la Barbie- reí por su comparación
-Ya pero... Tú, mejor que nadie sabes todo lo que fué eso
-Sí, pero eso eran las cosas malas, las únicas cosas malas que había, pero aquí ni te vas a volver a partir la rodilla ni habrá niñas que se burlen de tí por no tener madre
-Pero...
-Pero nada, no busques excusas, te conozco y sé que te gusta mucho, ¿Has jugado hace poco?
-Sí... Hace dos semanas o una
-¿Y cómo te sentiste?
-Bien...
-¿Sólo bien?
-Kevin...
-No, dilo
-Genial coño, ¿Eso era lo que querías?
-Algo más, pero por lo menos lo has admitido, contigo es un gran paso- le miré mal
-Vete a la mierda
-Vale, muy bien- resoplé- Entonces, pruébalo, no tienes nada que perder
-Kevin yo... Sé que no me voy a comprometer...
-¿Enserio?, ¿Lo único que te lo impide además de eso es la vagancia?- asentí
-Es demasiado fuerte- sobreactué y Kevin se rió de mí
-Ya estás preparando la ropa para mañana y yendo a entrenar todos los días- agaché la cabeza
-Te odio- murmuré
-Yo también te quiero- me abrazó y me dió un beso en la cabeza

The PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora