Capitulo 23

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*NARRA DYLAN*

Estaba ahí de pie mirándome, quería pedir perdón a todo el mundo por estar así, la entendía, había estado en su misma piel, me acerqué y se alteró

-Maddie...
-No, por favor, vete de aquí, no quiero que me veas así
-Yo tampoco quiero verte así, por eso no te voy a dejar sola, tienes que parar de beber
-¡No es tan fácil!- me gritó
-Lo sé, ¿¡te recuerdo mi historia!?- yo me alteré también
-¡Pero es diferente!, yo...- no la dejé terminar y la interrumpí
-Sí, estás enferma, eres adicta a las drogas, tu vida no es todo lo que quisieras, lo sé, te conozco, ¿Pero sabes qué?, si yo pude tú también, sólo necesitas ayuda
-Pero...
-Pero nada, prométemelo, por favor
-Vale- agachó la cabeza, no quería mirarme
-No, mírame a los ojos y me lo prometes- no levantaba la vista, no se atrevía, así que lo hice por ella, tenía los ojos húmedos
-Todo era más fácil antes, cuando no tenía a nadie que decepcionar, porque la gente que me importaba pasaba de mí y me trataba como si fuera una mierda y ahora os he decepcionado a todos y me odiais
-Tú sabes que eso es mentira
-Pues yo no estoy tan segura, todos me odian, estáis aquí porque he hecho algo mal, pero en cuanto me ponga bien os iréis- bajó la cabeza
-Para mí eres importante y ahora mismo tienes a 5 personas más en tu habitación durmiendo porque les preocupabas, y te aseguro que lo único que impide que nos quedemos es un puto avión que sale dentro de dos horas, pero preferimos estar aquí por tí, aún a riesgo de perderlo y sabes que algunos no nos podemos permitir pagar otro billete- no dijo nada, sólo me abrazó y se derrumbó
-Yo puedo ayudaros- nos dimos la vuelta, su padre, nos despegamos al instante
-¿Qué?- preguntó Maddie
-Que se queden, pueden quedarse aquí, se les proporcionará habitaciones y les dejaré el avión privado, se quedarán hasta el sábado- la cara de Maddie se iluminó
-Gracias
-Lo necesitas, no quiero que estés así- Maddie se acercó y le abrazó, él se sorprendió, mucho, me miró y yo no sabía que hacer, yo no pintaba nada allí, era muy incómodo
-Gracias papá- sus ojos casi se salen de las órbitas, separó a Maddie de él y la miró fijamente
-¿Me has llamado papá?- ella no dijo nada y le volvió a abrazar, después se separó rápidamente y se abalanzó sobre mí, ese momento fué el más incómodo de mi vida, su padre nos estaba mirando
-Maddie, tu padre- la susurré, ella rió y rápidamente se bajó
-Vamos arriba- nos íbamos a ir y su padre me cogió mientras Maddie se iba sin darse cuenta de mí
-Me gusta lo que has hecho y como la tratas, espero que jamás la hagas nada malo
-¡Hey!, Vamos- volvió Maddie
-Vosotros dos vais a estar muy separados, que lo sepáis- Maddie se rió, ¡Yo no!, Dios, ¿sólo un beso y ya estaba fichado?

Maddie me arrastraba a lo largo de los pasillos, hasta meterme en una habitación y empezar a descojonarse, yo no entendía nada y pareció darse cuenta cuando me miró y volvió a reírse

-¡Maddie!, ¡No no lo entiendo!, ¿¡Qué coño te hace tanta gracia!?- intentó calmarse y respirar, estaba llorando de la risa
-Ay.... Deberías de haberte visto la cara cuando te abracé- rodé los ojos
-A mí no me hace gracia- se empezó a reír de nuevo, salí de allí indignado, perseguido por ella
-Perdón, perdón, perdón- me detuvo secándose las lágrimas y a mí se me escapó una pequeña sonrisa, y ella al notarla se alegró de que no estaba enfadado de verdad

Me dió un beso muy corto, después me arrastró a su habitación, donde no había nadie y se me abalanzó encima, besándome
Cogí rápido la idea y seguí aquel beso que terminó desencadenando en otra cosa, ella me quitó la camiseta con una habilidad sorprendente, yo a ella la suya, seguía subida en mí, nuestras pieles rozándose y ambos con un calentón acumulado de muchos meses, de repente pasó sus labios a mi oreja y la mordió, odio eso, porque me encanta y es mi puto punto débil, la separé de mí

-No sigas por ahí- no me hizo caso y siguió, así que la tiré en la cama y empecé a darla besos por todo el cuerpo, la quité los pantalones y volví a su boca, ella le dió la vuelta al asunto y se puso encima, se fué a mi cuello y empezó a hacerme un chupetón, al separarse me miró, se sentó en mi abdomen y apoyó sus manos en mi pecho, mirándome fijamente
-¿Está situación no te recuerda a algo?- ¿Qué?, ¿¡Pretendía que me pusiera a pensar en un momento así!?, La miré como si estuviera loca, se rió y me quitó los pantalones, y a partir de ahí la cosa fué a más y más y más.... Prefiero guardarme esos recuerdos para mí, el caso es que estaba tan buena como parecía o incluso más

The PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora