Capítulo 5

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Por un momento aparto la vista del techo y miro el reloj que cuelga de la pared. Son las 4 de la mañana y no puedo pegar un ojo desde hace varias horas. Desearía ser tú para poder dormir a pierna suelta aún cuando sé  que estás tan nervioso como yo. 

Mientras tanto dirijo mí vista hacia la ventana, afuera todo sigue obscuro siendo el alumbrado público las únicas luces encendidas en esta zona. Todo está tranquilo, menos mi pensamiento, que buscando algo de paz comienza a divagar, una vez más adentrándose en mis recuerdos...

¿Sabes? Contrario a lo que la gente dice respecto lo que debes de hacer cuando estás nervioso, es decir, relajarte, pensar en algo más... para mí en este momento es imposible. En estos momentos solo vienen a mi mente otras situaciones de tensión.

Después de 3 meses helados, vino la primavera y desperezó a los cerezos del patio haciéndolos esparcir su fresco aroma primaveral. En cuanto a nosotros, tuvimos un tiempo de relativa tranquilidad, todo marchaba sin contratiempos. Ni siquiera Sanji había vuelto a acercarse, simplemente me sacaba la vuelta, sorpresivamente sin ninguna mirada de rencor u odio como al principio... No era algo a lo que yo le tomase importancia, es más, terminé olvidándolo por completo.

Pero no fue hasta una semana después del inicio de primavera que mis nervios volvieron a tensarse.

Una vez más, llegó el tan esperado viernes, todo un fin de semana juntos, como el tiempo era favorable, seguramente saldríamos por ahí, aunque no tenía nada planeado aún. Pero para esto debía esperar hasta la hora de la salida y apenas había sonado la campana del recreo. 

Haciendo a un lado el estrés de las clases y la bulla de los alumnos me dirigí a la sala de maestros a descansar un rato. No había nadie, seguramente todos habían salido a comprar el almuerzo o a fumar, de cualquier modo, no convivía mucho con los demás profesores, por lo cual no me incomodaba almorzar yo solo.

Acerqué una silla a la ventana y comí mi almuerzo sintiendo la tibia brisa que venía de afuera, pero no le prestaba atención, mi vista estaba en el patio central donde te distinguí corriendo de un lado a otro, al parecer jugando con Usopp y el pequeño Chopper.

Sonreí para mí mismo, pensando en todo lo que me hacías sentir e inconscientemente dejé escapar un suspiro.

- ¿Otra vez almorzando solo... Zoro-sensei?- dijo una voz desde la puerta.

- O-oh, Nico-sensei- contesté casi atragantándome con la bola de arroz que estaba comiendo- no la escuché entrar.

- Se veía muy metido en sus pensamientos- se sentó a mi lado- o en lo que pasa allá afuera.

No dije nada, me estaba poniendo tenso ¿hacía cuánto que me estaba mirando? No importaba, debía mantenerme sereno.

- Luffy-kun ha avanzado considerablemente con su tutoría...- soltó de repente.

- Sí, sí, ¿sabe? Él ha puesto mucho de su parte y...

- Tiene un gran maestro apoyándolo- dijo sonriendo.

- Muchas gracias Nico-sensei...

- Más que apoyar, yo diría motivar ¿o me equivoco?- se paró poniéndose frente a mí- Porque usted es mucho más que un maestro para él.

Me quedé paralizado con la bola de arroz entre mis manos.

- Sé lo de ustedes, Zoro-sensei- soltó- sé que están juntos desde hace tiempo.

Después de una pausa incómoda intenté defenderme.

- Ahora ¿qué hará?- dije apretando un puño- ¿se lo dirá al consejo de maestros y me echará de aquí?- "es mi culpa" pensé bajando la mirada.

Mi Historia contigo ZOLUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora